Mitchell lenguaje musica moderna Acantilado

Schoenberg y Stravinsky, padres fundadores 

El lenguaje de la música moderna. Donald Mitchell. Acantilado. Barcelona, 2021.

El sello editorial Acantilado publica una nueva traducción del célebre ensayo El lenguaje de la música moderna, de Donald Mitchell, un texto que había circulado tiempo atrás en castellano en una versión de Esteban Busquets. Publicado originalmente de 1963, como bien apunta Edward W. Said en su introducción, estamos ante un libro que trata "sobre la manera en que la música moderna ha adquirido, y por ende posee, un lenguaje, y sobre cómo esta música es un socio de pleno derecho en la empresa del modernismo cultural de Occidente". 

Y es que Donald Mitchell, fallecido en 2017, explora en este ensayo las confluencias estéticas y filosóficas que determinaron el devenir de la música clásica en el agitado e intenso primer tercio del pasado siglo XX. A partir de las figuras fundacionales de Arnold Schoenberg e Igor Stravinsky, Mitchell traza una detallada radiografía del surgimiento de nuevas formas que no buscaban sino aprehender sensibilidades antes inéditas, un mundo y una humanidad, en suma, que querían expresarse como nunca antes lo había hecho. 

Mitchell incardina su exposición dentro de las teorías del lenguaje y la moderna historiografía, haciéndonos ver hasta que punto lo que comunmente conocemos como 'música clásica' no es otra cosa que un vehículo, uno más, para la expresión de vivencias, inquietudes y pasiones, las propias de un tiempo y un espacio concretos. La música, nos intenta decir Mitchell en estas páginas, es una de las más acabadas, complejas y certeras manifestaciones del sentir de una época, amén un producto cultural genuinamente occidental.

Con manifiesta destreza, Mitchell hila un discurso sesudo pero muy accesible. No en vano este ensayo, un ejemplo paradigmático de lo que décadas atrás se conoció como 'estudios culturales', se ha convertido ya en un clásico indiscutible para musicológicos y melómanos. Y por méritos propios, puesto que conjuga hondura y legibilidad de un modo ejemplar. 

Lo cierto es que la creación del dodecafonismo por Arnold Schoenberg representó en la práctica la puesta en circulación de un nuevo lenguaje musical. E incluso el propio Igor Stravinsky, tan reacio al principio a explorar las viabilidades de este nuevo sistema compositivo, acabó claudicando en sus últimos días, para experimentar con las posibilidades del nuevo método. Lo cierto es que son precisamente Schoenberg y Stravinsky los dos pilares en los que pivota la exposición del ensayista británico.

En pocas palabras, Mitchell plantea su tesis: "A pesar de la riqueza del novedoso y fértil territorio explorado en casda caso, ambos tuvieron que empezar de cero en cierto sentido; Schoenberg para implentar el Método, Stravinski para desarrollar una relación particular con el pasado. Y así se desarrollaron simultáneamente las dos corrientes principales de lo Nuevo en la música" (pp. 130-131). Y es que el particular neoclasicismo del ruso, preñado de vanguardia, abrió ciertamente en canal los horizontes de la música clásica tal y como se venía entendiendo desde finales del siglo XIX.

El londinense Donald Mitchell (1925-2017) fue un reputado musicólogo y crítico, fundador de la revista Music Survey, en 1947. Fue asimismo editor musical en el sello Faber & Faber, creando en 1964 Faber Music, desde donde supervisó la edición de la obra tardía de Benjamin Britten. Fue asimismo autor de tres importantes monografías sobre Gustav Mahler (The Early Years, 1958; The Wunderhorn Years, 1975; y Songs and Symphonies of Life and Death, 1985) y fue también profesor en las universidades de Sussex y York. Ejerció también la docencia en el King's College de Londres y fue también colaborador habitual de la prensa musical británica.