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FUERA DE LO COMÚN

Sobre música, músicos y otras memorias. Erik Satie. Traducción de Fernando Correa-Navarro. La Pollera ediciones. Santiago de Chile, 2018.

Adentrarse en la biografía de Alfred Eric Leslie Satie (Erik Satie) es penetrar en un mundo diferente, complejo y que produce una especial atracción. Personaje contracorriente pero a la vez fuente de corrientes, su vida, su obra, sus escritos, no dejan de fascinar al que se acerca a ellos. Es el caso de Fernando Correa-Navarro que es traductor de los textos reunidos en “Sobre música, músicos y otras memorias” que ha publicado la editorial chilena La Pollera. Una atracción, la de Correa-Navarro, que nos explica en una introducción que es toda una declaración de pasión hacia el compositor y pensador francés. De este interés nace este volumen que recoge artículos y publicaciones de Satie que ya se habían publicado español pero que Correa-Navarro vuelve a traducir porque considera que no reflejaban todo el espíritu del compositor (habla de elegancia, austeridad, sarcasmo). Los escritos elegidos pertenecen a “Cuadernos de un mamífero”, “Observaciones de un imbécil (yo)”, y “Crónicas musicales”.

Los fragmentos (empezando por el apartado “Sobre Música”) son variados y nos dibujan a un Satie de muchas aristas: Sarcástico y divertido en “El que soy” con su fonómetro; simbólico y jugando al despiste de lo falso y lo verdadero en “Entorno perfecto”; antisistema, guasón pero también vengativo (como demuestra en la carta abierta que dedicó a este tema en 1894) en “Mis tres candidaturas” donde se mofa de los candidatos a académicos de Bellas Artes; riéndose de sí mismo en “La jornada de un músico”... Podríamos seguir así recorriendo cada uno de los pequeños fragmentos que Correa-Navarro ha reunido, que por su tamaño y fina traducción se convierten a la vez en iluminadores de la figura de Satie, demostrando su sagaz ingenio, su estupendo sentido del humor y el acierto en los dardos envenenados que lanza, rompiendo esa rigidez decimonónica que él tanto parece combatir.

De todas formas, me han parecido especialmente significativos algunos de los textos, como por ejemplo los extractos de “Cuadernos de un mamífero” inmersos en un surrealismo que lleva a la reflexión pero también a la fantasía o, por lo que me toca, “Elogio de los críticos” una implacable, sardónica, dura, pero a la vez teñida de un gran sentido del humor, crítica (valga la redundancia) de ese oficio o dedicación: “Hay tres clases de críticos: los que son importantes; los que son menos; los que no lo son para nada. Las dos últimas clases no existen: todos los críticos son importantes…”; también afila su pluma en “Los obsoletos” para hablar de todos aquellos que utilizan en su provecho la figura de Debussy.

Nos alargaríamos mucho comentando los interesantes artículos que aparecen sobre el epígrafe “Sobre músicos” que aborda diversos temas (comentarios sobre compositores como Ambroise Thomas o Igor Stravinsky o notas educativas como las que se  refieren a Albert Roussel y el Prix de Rome), o en el más variopinto “Otras memorias”. Lo que queda claro, y reiteramos en esta reseña, es el hombre tan a contracorriente que fue Satie, pero que a la vez que moderadamente rebelde siente una atracción por lo establecido, por lo académico, de lo que tanto se mofa pero que le importa, en el fondo, tanto.