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INVESTIGACIÓN TECNOLÓGICA

Pilar Bayona, su entorno artístico y su estilo interpretativo. Rubén Lorenzo. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 2018

El pianista Rubén Lorenzo en su último libro, Pilar Bayona, su entorno pianístico y su estilo interpretativo, editado por la Institución Fernando el Católico, dependiente de la Diputación de Zaragoza, se ha lanzado a estudiar de una manera profesional y técnica un tema que, como comenta en el preámbulo del libro, ya había hecho en parte en su tesis doctoral: el estilo interpretativo de la artista aragonesa para conocer distintos aspectos del mismo como el fraseo, el ritmo o la articulación (por nombrar algunos que el propio autor enumera). Antes de empezar con los aspectos técnicos se dedica una parte de la publicación a hacer un resumen de la vida de Bayona pero sin pretender configurar una biografía ya que Lorenzo considera que hay otras publicaciones (concretamente la editada por Prensas de de la Universidad de Zaragoza de 2015) que son más completas y tienen como último objetivo el tema biográfico, caso que no es el del libro que nos ocupa. Aún así (y pese algún desliz de edición, como la repetición de un párrafo completo en la pág. 39) esta parte coloca al lector en el entramado social y artístico de la época e informa sobre los distintos conciertos y galas de la artista además de tener una amplia cobertura fotográfica de indudable interés.

Una segunda parte está dedicada a indagar cuáles fueron sus influencias artísticas y con quién las compartió en el momento de su primera formación. La que fuera niña prodigio tuvo como únicos maestros a dos hermanos catalanes, especialmente Ángeles Sirvent, profesora que ejercía sus enseñanzas a nivel privado y que tenía una sólida formación clásica que entroncaba con el pianismo de la escuela francesa y se nutría con el método de trabajo de la Sociedad Didáctico-Musical, formada por profesores del Real Conservatorio de Madrid, métodos que influyeron de una u otra de manera fundamental en la primera formación de muchos de los pianistas españoles de la primera mitad del siglo XX. Entre las y los pianistas que también trabajaron con Sirvent están Carmen Ledesma (que fue después profesora del  Real Conservatorio de Madrid), o Trinidad Castillo, entre otras destacadas alumnas.

La tercera parte aborda la labor docente de Pilar Bayona. No fue hasta época tardía y ya en la madurez artística y personal cuando Bayona se decide a impartir clases, comenzando en Pamplona, en el Conservatorio Pablo Sarasate. Estuvo bastantes años vinculada a la capital navarra aunque también estuvo vinculada al Conservatorio de Alicante y ya, a más avanzada edad, al de Zaragoza. En cuanto a pianistas que pasaron por sus clases (especialmente las particulares) Lorenzo hace un amplio repaso y, sobre todo, analiza con los testimonios de algunos de estos alumnos la metodología que llevaba Bayona, que era, como no podía ser de otra manera, su forma de abordar el trabajo con el piano. Este repaso incluye reproducciones de ejercicios y trabajos preparados por la propia pianista.

La cuarta parte se centra en el estudio del trabajo interpretativo de Bayona a través de fotografías de distintos momentos de su vida, de los pianos que utilizó o la forma de colocar las manos y de sentarse (o los diseños de estos asientos) delante del instrumento. Son prolijas a lo largo de toda la publicación las notas a pie de página, aclaratorias de muchos de los temas tratados en la parte principal o referencias bibliográficas o musicales. Y completan el texto un repaso a sus grabaciones y repertorio. Finalmente el autor, en el capítulo cinco titulado “A modo de conclusión” resume cuáles han sido las razones fundamentales de este trabajo.