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MÚSICO Y PENSADOR

Un recuerdo al futuro. Luciano Berio. Acantilado, Barcelona 2019

Dentro de su decidida apuesta por la traducción de textos que enriquezcan la bibliografía musical en sus más variados aspectos, la editorial Acantilado lanza un pequeño pero denso volumen (que se da entender que es el primero de lo que será la edición de los escritos de Luciano Berio) con las seis conferencias que el compositor italiano impartió en la prestigiosa universidad americana de Harvard en los años 1993 y 1994. El título del Ciclo es Un recuerdo al futuro y proviene de un texto de Italo Calvino que había musicado Berio. La relación de las ideas del compositor y el escritor es estrecha ya que Berio era un gran admirador de Calvino y es indudable su influencia. Las conferencias, escritas en italiano, traducidas al inglés y luego retocadas por el propio compositor, fueron siempre precedidas y finalizaban con la interpretación alguna de las Sequenze que había creado Berio para instrumentos solistas anteriormente. La edición italiana de 2006 (que ahora traducen Rosa Rius Gatell y Pere Salvat) es de la musicóloga Talia Pecket Berio, directora honoraria de la Fundación Berio y encargada de la edición completa de sus escritos.

Resulta difícil hacer una reseña de unos textos que tienen poco desperdicio y que constantemente nos conducen por los caminos que Berio considera esenciales en la concepción de los distintos aspectos que conforman su idea de lo que es la música. En el poco espacio del que dispongo no podría resumir lo interesantes que me han parecido muchos de los comentarios del compositor, su visión tan particular pero a la vez tan esencial para conocer el mundo musical no sólo en su versión más contemporánea, como podríamos pensar por el corpus compositivo del autor, sino que se abordan otras muchas épocas o estilos. A modo de ejemplo y ante la imposibilidad de resumir o sintetizar tantas inteligentes reflexiones me voy a permitir (cosa que no suelo hacer generalmente), transcribir algunos fragmentos de estas estupendas conferencias y que les darán idea de su interés.

“No pretendo ocuparme de la música como si fuera una mercancía tranquilizadora y emotiva para el oyente [...]. Me gusta leer o escuchar la música que interroga e invita a una revisión constructiva o, incluso, a una suspensión de nuestra relación con el pasado, y a su descubrimiento cuando se la piensa en términos cuyas huellas conducen a caminos futuros.” (Conferencia I, Formaciones)

“La obra musical nunca está sola, siempre cuenta con una gran familia alrededor, y tiene que ser capaz de vivir muchas vidas: debe poder ser rechazada, abandonada a su pasado; debe poder vivir, en el presente, de maneras distintas, incluso olvidando sus propios orígenes”. (Conferencia IV, Olvidar la música)

“El tiempo de la escucha musical es móvil, diferido e irreversible, mientras que la percepción de lo que tenemos ante nuestros ojos, sobre la escena, es selectiva, global e instantánea. Es un diálogo entre ambas percepciones, la de la música y la de las imágenes, la primera es la que condiciona a la segunda, la música es la que observa, analiza y comenta permanentemente aquello que vemos”. (Conferencia V, Ver la música)

Poco más se puede añadir. Podríamos seguir hasta reproducir completamente el libro (si esto no estuviera penado por la ley). Por eso les recomiendo una lectura con calma de estas charlas que ojalá les abran a nueva y diferentes visiones, y sean tan enriquecedoras como  han sido para mí al leerlas.