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Granados: Crónica y desenlace. Un estudio bio-bibliográfico. Josep Maria Rebés. Libargo, 2019.

Lo primero que sorprende al hojear Granados: Crónica y desenlace es la abrumadora documentación que el autor aporta y el grado de detalle con el que trabaja, para emprender lo que define como estudio bio-bibliográfico del compositor ilerdense. Asombra también el anuncio que hace el musicólogo Xoán M. Carreira en el prólogo, cuando afirma que frente a las narraciones hagiográficas –de las que yo mismo he participado en alguna que otra crítica, juguemos limpio– se erige como excepción la monografía de Carol A. Hess... y este libro de Josep Maria Rebés, que incluye en la tradición del primero. De hecho junto al trabajo de Walter Aaron Clark y el de Miriam Perandones, el de Hess –a quien Rebés le dedica el volumen– es la principal referencia con la que dialoga, en base a su acceso a fuentes primarias.  

Asombra, pero en efecto la obra cumple lo que se anuncia en esas primeras páginas. Tras una sucinta introducción, Rebés elabora un seguimiento pormenorizado de la vida de Granados con gran cautela y exhaustividad, pasando por todos los escenarios de su trayectoria vital y artística (Barcelona, París, Madrid, Nueva York...) en una enumeración microscópica (El 7 de marzo participó en tal concierto… el 30 de abril salió en tren hacia tal ciudad…). Tras un interludio dedicado al origen del mundo goyesco en Granados, es a los últimos meses de la vida y al célebre episodio de su muerte –que originó todo el trabajo de Rebés– al que el autor dedica más espacio. En él se detalla todas las circunstancias que lo rodearon, desde los cambios de planes del regreso a Barcelona desde Nueva York pasando por Inglaterra y Francia, hasta el contexto geopolítico internacional en la Primera Guerra Mundial pasando por todas las características del submarino alemán que atacó el Sussex y el relato minucioso y sobrecogedor de la vivencia a bordo. Tras ello, el autor ofrece argumentos de peso para respaldar sus conjeturas acerca del interrogante principal de su investigación en este punto (“¿Por qué volvieron a través del Canal de la Mancha?”).

Completa el volumen una generosa y valiosa cronología, doce anexos, un índice onomástico –que ofrece anotaciones biográficas de cada uno– y las referencias. Entre los doce anexos hay muchas cosas a destacar; entre ellas, además de una extensísima genealogía de 25 páginas, una sucinta pero iluminadora reflexión de Granados sobre la evolución de la música española desde el siglo XVIII.

Mención aparte merece el hecho de dejar en evidencia a libros, artículos o aportaciones como la de Melani Mestre, que tres años atrás presentó como hallazgo de una obra perdida una partitura que no se había llegado a escribir, más allá de fragmentos de la parte de piano del primer movimiento. Que la orquestación, el collage de fragmentos de obras para piano orquestadas y “cosecha propia” fuera efectivamente la recuperación del Concierto para piano orquesta “Patético” como compró la prensa nacional en pleno es, según Rebés, “un hecho absolutamente falso”. El chiste es demasiado fácil para hacerlo.

Los modestos inicios de esta realidad editorial que ahora ve la luz en Libargo –un resumen para el blog del autor– no lo aventuraban, pero la investigación ofrece todo lo que se le exige a una contribución científica que merezca ser denominada como tal. Precisamente, una de las grandes virtudes del volumen es que constituye en sí mismo una excelente herramienta sólida para futuras investigaciones y en ese sentido, un punto de referencia obligado. Y es que este trabajo de grandes proporciones es fruto de un espíritu humilde y riguroso. Pero por encima de todo, de un espíritu insaciablemente curioso que además de ejercer la investigación y la crítica musical, es informático de profesión, ha transitado la fotografía… (¡hasta el arbitraje de fútbol americano!) y además de ser un prolijo contribuidor a la Viquipèdia catalana, es responsable de Almanacat musical, cuenta de Twitter que recuerda a diario efemérides de la música clásica catalana.

En suma, nos encontramos frente a un trabajo que merece ser reconocido y exige ser conocido y discutido por todo aquel interesado en la figura de Enrique Granados. A uno no deja de devorarle la curiosidad por saber cómo será recibido, en un entorno en general tan endogámico y celoso de su esfera como nuestro mundo académico, más allá de los que han alentado su publicación. Carreira afirma que este libro es “un hito que resultará imposible de invisibilizar”. En cualquier caso, en un momento en el que prolifera la hipertrofia de publicaciones universitarias innecesarias, víctimas y cómplices a la vez del publish or perish, no parece casual que alguien llegado desde fuera haga una contribución de tal envergadura.