AnnaNetrebko Shirokov 

Anna Netrebko: "Estoy en mi mejor momento"

Madurez profesional y estabilidad personal. Anna Netrebko atraviesa a buen seguro un momento dulce, quizá el más redondo de su traeyctoria sobre los escenarios y de su vida fuera de ellos. En mitad de sus triunfales funciones de Aida, la soprano rusa Anna Netrebko nos recibió en su residencia a las afueras de Salzburgo. Conversamos largo y tendido en su jardin, en un ambiente distendido y franco. Durante la charla Netrebko desprende naturalidad e inteligencia a partes iguales. Es fácil entablar complicidad con ella. Al poco de sentarnos y empezar a hablar, lo confieso, me desarma. Se detiene un momento, saliendo del asunto que nos ocupaba, e identifica la marca de mi chaqueta, sin haber en ella marca alguna que permita identificarla. Nos echamos a reir. Fashion victim para algunos, icono de las redes sociales para otros con su cuenta de Instagram, lo que está claro es que Anna Netrebko es una profesional incomparable, la diva del siglo XXI. Pero estamos ante una diva muy humana, muy sincera y que seduce a partes iguales fuera y dentro de los escenarios.

Es muy especial hacer esta entrevista en Salzburgo, donde de algún modo cosechó uno de los éxitos decisivos de su carrera, con esa ya mítica Traviata de 2005. ¿Qué queda hoy de esa Anna Netrebko de entonces y qué ha cambiado?

Yo debuté aquí en 2002 con Don Giovanni, interpretando a Donna Anna. Esta ciudad es muy especial; el Festival de Salzburgo ha sido por supuesto muy importante para mí. Los más grandes artistas se reúnen aquí cada verano y algunos de los proyectos artísticos más ambiciosos y especiales sólo son posibles aquí. 

Durante estos diez años mi voz ha cambiado y con ello también mi repertorio. Todo empezó a cambiar en 2011. Fue en ese momento cuando decidí empezar a cantar otros papeles y dejar atrás parte de mi repertorio hasta entonces. Fue un gran paso adelante, con sus riesgos; pero era una apuesta personal que tenía que acometer. Ahora mismo canto con más seguridad y facilidad que nunca, me siento más capaz de controlar mi voz. 

Esto es interesante. ¿Percibe ahora más facilidad para cantar?

No diría tanto que sea más fácil sino que es todo mucho más consciente, más controlado. Sé qué quiero hacer y cómo lo quiero hacer, vocal y técnicamente hablando. Soy completamente dueña de mi voz. El repertorio dramático tiene además otras exigencias; necesitas también un cuerpo que respalde tu técnica. A veces no se habla de esto, pero hace falta una mayor resistencia física para cantar determinado repertorio. Hace falta por ejemplo un diafragma mayor y más fuerte para el repertorio dramático. Tu cuerpo tiene que acompañarte en esto también. Son ya seis años explorando un nuevo repertorio y creo que estoy en mi mejor momento.

Tengo curiosidad por saber con qué motivaciones decide finalmente qué roles cantar o no. Mi impresión es que al final pesa más en su caso lo emocional que lo racional, pues hay papeles a priori ideales para su voz que sin embargo ha declinado cantar porque no los siente como algo propio.

Es una cuestión complicada. Los contratos se firman cada vez con más anticipación, a varios años vista. En ocasiones tomas la decisión simplemente mirando la partitura y valorando si puedes o no cantarlo, pero muchas cosas pueden cambiar hasta que finalmente llega el momento de cantar ese papel. Si al abrir una partitura para estudiarla no siento pasión por lo que veo ahí escrito, no puedo cantarlo. Sé que he podido decepcionar a algunos seguidores al decidir renunciar a determinados proyectos, pero confieso que tomo esas decisiones con total honestidad, no como un capricho. Ahora tengo el compromiso de anunciar estos cambios, si se producen, antes de que las entradas salgan al a venta. Y mi voluntad de aquí en adelante es la de ser más cautelosa con lo que firmo y con los compromisos que adquiero; creo que es lo mejor para todos, para mí, para los teatros y para el público. Si anuncio que cantaré algo, es porque estoy completamente segura de ello.

Cuando se anunció su debut con Aida hubo quien pensaba que no llegaría finalmente a cantarlo.

Sabe, con Aida tuve que pensarlo mucho. Es una obra emblemática pero en realidad es poco espectacular para la soprano. Es un papel largo, exigente, con dos grandes momentos solistas, pero no es un papel del que sea fácil enamorarse. Amneris por ejemplo es un personaje más evidente, más claro; en cambio Aida tiene una personalidad con un perfil más bajo al principio, no deja de ser una sierva. Pero lo cierto es que es uno de los papeles más difíciles que he cantado. Es mucho más difícil que la Leonora de Il trovatore, por ejemplo, que estoy cantando mucho estos últimos años. Físicamente es muy exigente: llevas cantando ya dos actos, casi sin parar, con grandes concertantes donde debes hacerte oir y entonces llga el tercer acto que es cuando realmente tienes que empezar a cantar (risas).

¿Cuándo tomó la decisión de debutar Aida?

Fue hace un par de años. El Festival de Salzburgo había convencido a Riccardo Muti para hacer Aida y me lo propusieron. 

Sin duda, es la mejor batuta posible para debutar este papel.

Absolutamente. Es increíble. Me ha cuidado de principio a fin durante los ensayos y las funciones. Es maravilloso trabajar con él.

Me gustaría tratar ahora su relación con el repertorio alemán. Algunos pensamos que su voz es ideal para algunos papeles de Wagner y Strauss. Su Elsa en Dresde fue increíble ,por ejemplo. Sin embargo ha manifestado a veces algunas cautelas o dudas al respecto, sobre todo en torno a la lengua alemana. ¿Cuál es, en resumen, el problema con el repertorio alemán?

No hay ningún problema (risas). Me gusta mucho cantar en alemán. Pero...

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