CND Granados TeatroReal 

Danza y belleza en el cierre de temporada del Teatro Real

In the Night, Música de Frédéric Chopin (1810-1849). Interpretada al piano por Carlos Faxas. Coreógrafo: Jerome Robbins. Figurinista: Anthony Dowell. Iluminación: Jennifer Tripton, recreado por Les Dickert. Repetidor/puesta en escena: Ben Ernest H. Huys.

Anhelos y Tormentos (Homenaje a Enrique Granados). Música de Enrique Granados (1867-1916): El Amor y la Muerte, Vals, Mazurka, Danza Oriental y El Ángel de los Claustros). Interpretada al piano por Rosa Torres-Pardo. Coreógrafo: Dimo Kirilov. Ambiente sonoro: The Lab. Diseño de Iluminación: Olga Sánchez García (A.A.I). Figurines: Íñigo Aragón.

Suite (trío). Música de Serguéi Rajmáninov (1873-1943): (Suite nº 2 para dos pianos, op. 17). Coreógrafo y figurinista: Uwe Scholz. Diseño de Iluminación: Röger Michael Wolfgang. 

Raymonda Divertimento. Música de Alexander Glazunov (1865-1936). Coreógrafo: José Carlos Martínez (sobre la original de Marius Petipa y la versión de Rudolf Nureyev). Figurinistas: Jordi Roig, Carmen Granell

Este año el cierre de temporada en el Teatro Real corre a cargo de la Compañía Nacional de Danza en un maravilloso programa homenaje a Enrique Granados. La Compañía, dirigida por José Carlos Martínez -que acaba de ser renovado en su cargo por tres años más-, está más cerca de conseguir una sede permanente y por eso se enorgullecen del éxito que supone haber establecido una temporada fija tanto en el Teatro de la Zarzuela como en el Teatro Real, sitio este último en que la CND ha estrenado y cosechado este viernes otro éxito más al poner fin a la temporada con el homenaje a Enrique Granados en el centenario de su muerte.

Como explicaba el propio Martínez a los medios, se trata de un programa ecléctico y variopinto que sin duda consigue acercar al gran público una importante variedad de estilos aprovechando el acontecimiento que supone tener un espectáculo de ballet cerrando la temporada de un templo como es el Teatro Real. "Hay tan poca danza en nuestro país y es necesario que la gente pueda ver toda una gran variedad de tipos para poder tener su propio criterio" detallaba José Carlos Martínez.

La noche fue mágica, la expectación era latente y no defraudó. La primera parte, In the Night con Carlos Faxas al piano está compuesta por tres "pasos a dos", tres conjuntos de amantes, con Alessandro Riga, primera figura, y Giula Paris, Kayoko Everhart y Moises Martín Cintas, bailarines principales y Aída Badía y Esteban Berlanga, bailarín principal. Coreografía original de Jerome Robbins, con música de Chopin, que bajo la atmósfera tenue de un cielo de medianoche y la excepcional técnica de ejecución e interpretación de los bailarines, consiguen que esta pieza recree a la perfección la inocencia o, en otro extremo, la violencia del amor. Se hace corto verles bailar, tanto por separado como a las tres parejas juntas, fascinantes.

Dentro de esta primera parte también se sucede la coreografía Anhelos y Tormentos (Homenaje a Enrique Granados). El amor y la muerte, Vals, Mazurca, Danza oriental y El ángel de los claustros son las piezas que Rosa Torres-Pardo, en una interpretación impecable, toca al piano mientras los bailarines, con una fuerza y una pasión desbordantes, ejecutan esta coreografía dura y sincera que sin duda es el plato fuerte de la noche. Destacando por espectaculares en sus bailes y por su pasión las parejas creadas por Mattia Russo y Antonio De Rosa e Isaac Montllor con Tamako Akiyama, bailarina invitada. Romanticismo en estado puro.

La segunda parte del programa también aúna el clasicismo con el contemporáneo. Dividida también en dos partes, comienza con Suite Nº2, op 17. III Romance con la música de Rajmáninov y coreografia de Uwe Scholz que siendo tan corta como bella, expresiva y de una ejecución complicadisima, es pura poesía en movimiento y, a pesar del comentado tropiezo, no empaña a tres jóvenes bailarines que defienden, en una suerte de sincronicidad, esta pieza perfectamente encajada en el programa de la noche.

El final, con Raymonda Divertimento, coreografía de José Carlos Martínez (sobre la coreografía original de Marius Petipa y la versión de Rudolf Nureyev) es un final espectacular. Este ballet en tres actos, que ya habíamos visto otras veces como en el 35º Aniversario de la CND, es un regalo para los amantes de la danza, sobre todo por tener la posibilidad de ver a YaeGee Park o a Anthony Pina en sus increíbles y cada vez mejores interpretaciones. Ver al cuerpo de baile, con la Compañía casi al completo, junto a ellos también es una suerte y demuestra que podemos verles en tantos registros como ellos deseen. Un fin de fiesta a la altura del Teatro y a la altura de la exigencia de un público que desea técnica pero que también quiere belleza y lo que desbordan Park, Pina y el cuerpo de baile en este ballet es sobre todo belleza.

Pensar en detalles como conseguir que la música en vivo siempre acompañe a las compañías de danza debería ser algo a perseguir, pero lo que sin duda es destacable es lo arriesgado de poner sobre un escenario un programa como este porque no va a dejar a nadie indiferente. El acierto es el querer bailar, el querer seguir trabajando, el mostrar al mundo lo que hace la danza española y por ende sus bailarines y eso hay que agradecérselo a la Compañía Nacional de Danza porque les permite, a todos ellos y a todas ellas, mostrar de lo que son capaces y demostrar que la danza española está muy viva. Gracias.