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Un año más

Irun. 27/06/2021. Centro Cultural Amaia. Jacinto Guerrero: El huésped del sevillano. Karmelo Peña (huésped), Hevila Cardeña (Raquel), Alicia Montesquiu (Constancica), Gonzalo Terán (Juan Luis), Darío Gallego (don Diego), Darío Maya (Corregidor), Rafael Álvarez (Rodrigo) y otros. Orquesta Sinfónica y Coro Luis Mariano Dirección Musical: José Antonio Irastorza. Dirección Escénica: David López.

No es El huésped del sevillano una zarzuela que se programe en exceso así que es de agradecer que la Asociación Lírica Luis Mariano se haya acordado de este título con motivo de su cita anual en coincidencia con las fiestas patronales de la ciudad, este año las no-fiestas. No reiteraré los problemas estructurales de Irun para poder llevar adelante sus citas líricas; quizás aquí y ahora lo importante es que tengamos citas líricas, aunque sea en condiciones precarias.

En Irun para vivir qué es lo precario no se necesita pandemia alguna. Basta ver el no-foso y el no-escenario para saber que cualquier cita artística en estas condiciones roza lo heroico. Por ello hay que ser comprensivos sin llegar a ser paternalistas. Y que quede claro que a mi me encanta ir a esta suerte de plazas donde, lejos del oropel de los grandes teatros, te puedes encontrar a las máximas autoridades de la entidad organizadora ayudando a una señora mayor a encontrar su localidad mientras otro compañero de las mismas lides está tratando de encontrar la entrada extraviada de un prócer de la ciudad. Lírica creada desde el amor al arte, a este arte.

El huésped del sevillano pide un plantel prolijo y, en términos generales, puede decirse que lo ofrecido por los solistas presentes fue notable. Destacaríamos dos elementos que quizás pocas veces son el núcleo principal de una reseña pero que considero conveniente resaltar al inicio de la misma: por un lado, la labor de la dirección musical, la de José Antonio Irastorza, veterano en estos menesteres y que trató de superar todas las dificultades para que la función saliera adelante; y por otro lado, el papel del Coro Luis Mariano y el grupo de solistas de pequeños papeles, la inmensa mayoría de la misma ciudad o del entorno más inmediato, que dieron realce a sus pequeñas intervenciones, doblando e incluso triplicando personajes, fortaleciendo el coro y aportando un saber estar muy necesario. Sirvan como ejemplo los nombres de Junkal Biurrarena, Darío Maya o Iker Casares.

Entre los personajes principales nos quedamos con el trabajo de Hevila Cardeña, una soprano de agudo tirante pero que dio a su Raquel un empaque y credibilidad suficientes mientras que Alicia Montesquiu dio a su Constancica - bastante más que un simple papel cómico – consistencia aunque pudiera pedírsele mayor volumen vocal en el celebérrimo Coro de Lagarteranas.

Por lo que a ellos respecta, Gonzalo Terán dejó al público bastante frío en su romanza Fiel espada triunfadora y aunque trató de dar señorío al personaje, vocalmente quedó por debajo de su amada, Raquel. El barítono Darío Gallego estuvo a buen nivel en su corta intervención mientras que Rafael Álvarez volvió a demostrar que es un seguro de vida en esto de hacer reír al personal, con un Rodrigo cobardica y bocazas que terminó por llevarse de calle al público asistente. El huésped, que no es otro sino Miguel de Cervantes en busca de inspiración para otra obra, fue asumido por el actor Karmelo Peña, de presencia y dicción solventes.

Ya queda dicho que el coro, de apenas veinte componentes, estuvo mejor que en otras veladas mientras que la puesta en escena de David López, de localización única – la ausencia total de maquinaria del recinto municipal obliga a ser generoso en la apreciación de estos aspectos – fue tradicional, sin ningún alarde. La orquesta Luis Mariano volvió a dejar muestras de sus carencias; admito que su disposición en doble fila y, en la práctica a nivel del escenario, en nada facilita su labor pero hoy por hoy el escaso nivel del grupo musical pasa por ser el principal problema de la compañía.

El público llenaba la sala hasta el límite permitido y no dejó de sorprenderme la tibieza en su comportamiento general hasta, prácticamente, el final de la representación donde Cardeña, Montesquiu y Álvarez junto con el coro fueron los más aplaudidos.

De acuerdo, no estamos en el Teatro de la Zarzuela pero qué quieren que le diga: me encanta ver a la gente disfrutar de la lírica, a los organizadores contentos por el resultado y consolidar tradiciones tan hermosas como que por Sanmarciales, la zarzuela indefectiblemente llega a Irun. Hasta el año que viene.