Alessandro Bayreuth baroque c Falk von Traubenberg© Falk von Traubenberg.

Alessandro en Bollywood

Bayreuth. 07/09/22. Markgräfliches Opernhaus Bayreuth. Vinci: Alessandro nell’Indie. Franco Fagioli (Poro). Bruno de Sá (Cleofide). Maayan Licht (Alessandro). Jake Arditti (Erissena). Stefan Sbonnik (Gandarte). Nicholas Tamagna (Timagene). Coro del Bayreuth Opera Festival. {oh!} Orkiestra. Max Emanuel Cencic, dirección de escena. Martyna Pastuszka, concertino y dirección musical.

Una magnífica fiesta barroca. Así se puede resumir el estreno en tiempos modernos, desde sus últimas representaciones en 1740, de esta nueva producción de la ópera Alessandro nell’Indie de Leonardo Vinci, estrenada el 26 de diciembre de 1729 en el Teatro delle dame de Roma.

Max Emanuel Cencic, director artístico del Bayreuth Baroque Festival, aquí también como director de escena, cierra una especie de díptico Vinci. Esta ópera fue la más famosa y rica de la producción del autor, junto al Artaserse (1730), estrenada tan solo mes y medio después de Alessandro nell’Indie (1729). Artaserse tuvo su reestreno en tiempos modernos en la Opera National de Lorraine, en Nancy en noviembre del 2012, con Cencic en el papel de Mandane. En esa producción supuso el descubrimiento mundial, para muchos, del actual divo, el contratenor argentino Franco Fagioli, quien cantó en el papel de Arbace al lado del protagónico contratenor francés Philippe Jaroussky. Ese Artaserse también supuso el espectacular inicio de una especie de “Vinci renaissance” que se mantiene actualmente, sobre todo gracias al tándem Cencic-Fagioli.

Pues bien, los tres cantantes principales de ese Artaserse de Vinci en su histórica première romana fueron los mismos que cantaron la première de Alessandro nell’Indie: Raffaele Signorini (soprano castrato) fue Alessandro, Giovanni Carestini, “Il Cusanino” (castrato soprano) fue Poro y Giacinto Fontana “Il Farfallino” (castrato soprano) fue Cleofide. Ambas óperas se estrenaron en la época en que la Roma vaticana había prohibido la participación de mujeres en las representaciones musicales teatrales por lo que los estrenos se realizaron con elencos totalmente masculinos, alternando roles en travesti de sopranistas junto a castrati en los roles masculinos. Tanto en el histórico revival de la Ópera de Nancy en 2012, como ahora aquí en Bayreuth, se ha vuelto a presentar esta ópera con un reparto íntegro masculino.

Cencic, en una puesta en escena espectacular por colorido, vestuario, maquillaje y coreografía, ha trasladado la acción histórica original del libreto. De la campaña India de Alejandro Magno (326 a C.), contra Poros, gobernante de la región actual del Punyab que comparten Pakistan e India, al reinado británico de Jorge IV, creador del ostentoso Royal Pavilion de Brighton (1823). Así pues, Jorge IV es Alessandro, quien se monta para si mismo una fantasiosa representación de Alesandro nell’Indie, realizada en la sala principal de su Royal Pavilion, con los miembros de su corte protagonizando los otros papeles en un imaginativo teatro dentro del teatro. Esta excusa fantasiosa y de aroma orientalista british se adorna con toda una serie de bailarines, todos también hombres, algunos en travesti de mujeres del harén de Poro y otros como miembros del ejército de Alessandro o como guerreros de Poro. Todo ello ambientado en el estilo de Bollywood gracias a las llamativas coreografías firmadas por Sumon Rudra, experto bailarín quien también danzó en la función del estreno.

Las casi cuatro horas de música (no hubo apenas cortes de la partitura original más que la de algunos recitativos) se llenaron de baile, color y difíciles y artificiosas piruetas vocales en esta ópera cumbre de Vinci junto al antes mencionado Artaserse. Cencic logra entretener, estar a la altura teatral del libreto de Metastasio, lleno de referencias a la fortaleza de la mujer (Cleofide) frente a las debilidades de Poro, su esposo celoso y taciturno, cruzando la historia con la de Jorge IV, famoso conquistador de mujeres en una corte donde ejerció de mecenas artístico y florecieron nombres como los de Jane Austen o Lord Byron. Gran trabajo y dirección actoral con los seis cantantes solistas, totalmente implicados en la ópera, dieron muestras de un instinto teatral sobresaliente. La producción, muy exigente a nivel teatral con ellos, pues han de bailar y ejecutar numerosas coreografías, subirse a bicicletas con forma de elefante o camello, etc…Funciona con desparpajo y consigue que no haya declive de atención frente a una partitura de una riqueza musical y vocal de primer orden.

Fantástico el Poro de Franco Fagioli, especialista en Vinci como pocos, quien volvió a demostrar su arte cánoro. Emisión homogénea, tersura tímbrica, agudos y coloraturas exquisitas y cambios de posición a los graves de pecho o a agudos en piano y en forte de verdadero maestro. Su aria del primer acto con el violín obbligato de la directora Martyna Pastuszka fue una maravilla, así como su duelo vocal final del primer acto con la Cleofide del sopranista Bruno de Sá, de un delirio barroco extático. En ese dúo, ambos se permitieron la licencia de cantar versiones modernas: de Sá con un fragmento del aria de La traviata:Siempre libera” (Gioir!) y también parte de las coloraturas de la segunda aria de la Reina de la noche de Mozart. Fagioli, por su parte, contestó con el fragmento final de La donna è mobile, provocando el delirio del público en una pirueta final de acto alucinante.

Triunfador de la velada junto a Fagioli fue el sopranista brasileño Bruno de Sá, de sorprendente facilidad en la emisión, dominador de la tesitura y gran pureza del sonido. La voz, con un virtuosismo en el registro agudo inusitado, es limpia y clara con un timbre nacarado que seduce al instante. Su larga y hermosa aria del acto segundo Se il Ciel me divide, fue uno de los momentos inolvidables de la velada. Control de la respiración, fantástico dominio del fiato, técnica y coloraturas impecables y una naturalidad de sonido que enamora, fueron las claves de un éxito que le augura un puesto preponderante en el futuro de los divos barrocos de los próximos años.

El tercer astro vocal en el reparto fue el Alessandro del sopranista israelí Maayan Licht. De instrumento más frágil, proyección y emisión más discreta que sus otros compañeros, mostró sin embargo una musicalidad notable. Su virtuosismo en adornos y variaciones en el agudo fueron hermosos y llamativos y se completaron además con un acting de auténtico hombre de teatro. Impecable la Erissena del sorprendente contratenor británico Jake Arditti. Su excelente caracterización como mujer en su rol de hermana de Poro, otro gran actor, se completó con un canto estiloso, emisión notable y agudos plenos con notable técnica. Atractivo timbre y color el del tenor alemán Stefan Sbonnik como enamorado y guerrero Gandarte. Mostró un estilo adecuado con margen de mejora en las coloraturas pero demostró en su aria final del segundo acto una sensibilidad musical y ángel canoro dignos de mención.

Adecuado y correcto el Timagene del contratenor estadounidense Nicholas Tamagna. En su papel de traidor y villano de la historia, supo compaginar con elegancia, estilo y técnica un papel secundario para hacerse notar en un reparto lleno de un alto nivel musical y artístico.
Sonido rico en matices, atractivo en el ritmo y teatralmente lleno de vida, las prestaciones de los magníficos instrumentistas de la {oh!} Orkiestra, formación en residencia en esta tercera edición del Bayreuth Baroque Opera Festival 2022. Con la concertino violinista Martyna Pastuszka al frente, brillaron con la calidad de la música de Vinci (1690-1730), compositor quien murió el poco de estrenar sus dos últimas óperas y obras maestras: Alessandro nell’Indie (1729) y Artaserse (1730), en plena madurez de su producción musical. Nunca decayó el nervio escénico ni musical. Llamaron la atención los solos de trompeta, las arias con acompañamientos de castañuelas o pandereta, las trompas, el fagot, el oboe, así como también la excelsa labor del clave y la tiorba. Se hizo justicia a una orquestación maravillosa que supuso el cenit del arte de Vinci.

Mención también a la excelente labor de los dos actores que hicieron de maestros de ceremonia durante toda la ópera, con textos extraídos del propio libreto: Nate Harter y Connor Powles. Un milagro barroco exhumado con una festiva imaginación de ambientación bollywodiense que estará disponible para los amantes de las óperas raras gracias a la cadena Arte, así como el canal Mezzo y Medicitv.