liceu winterreise antonio lopez paco amate 1© Paco Amate.

Drama carcelario

Barcelona. 23/03/23. Cárcel la Modelo. Schubert: Winterreise. Benjamin Appl, barítono. James Baillieu, piano. Antonio López, imágenes. Bárbara Lluch, dirección de escena.

Qué nos gusta un buen drama carcelario. Ahí está siempre, en todos los ránkings, Cadena perpetua como una de las mejores películas de la historia (cosa que no terminaré de entender nunca). Luego ya, algunas maravillas como Un condenado a muerte se ha escapado de Bresson, Le trou de Becker, o Stalag 17 de Wilder. ¡Y Orange! OITNB por encima de tantas cosas, por favor, abriendo otro mundo, también este, hasta la fecha asociado en el imaginario cultural sólo a los hombres. Muchos de ustedes, de hecho, tendrán aún reciente Modelo 77, estrenada el año pasado y dirigida por Alberto Rodríguez (La isla mínima, Grupo 7...). Se ha llevado cinco premios Goya, entre ellos el de Mejor dirección artística, en aquella historia real sobre la rebelión de los presos comunes durante los años setenta en la prisión barcelonesa, con la llegada de la Transición.

Una muy buena película que nos sitúa ante el drama verdadero, más allá de la ficción de la pantalla: las cárceles son el último recurso, la constatación de que todo un sistema ha fracasado. El concreto y relativo a la Modelo, abrió sus puertas estos días para encontrar una reformulación en una sociedad que ha trasladado estos centros del interior de las ciudades a lugares de mayor seguridad. Revisitar las posibilidades de un complejo declarado Bien cultural de Cataluña, que ahora alberga, entre otros, un colegio (con barracones). En una de sus galerías, el Liceu trasladó un pequeño escenario, donde cabía poco más que un piano, para ofrecer otro Winterreise más en su programación; así como una pequeña exposición en algunas celdas, con obras del pintor y escultor Antonio López. La Modelo cerró sus puertas como centro penitenciario, definitivamente, en 2017, poco más de cinco años atrás. Al entrar allí dentro por primera vez, al atravesar los puestos de seguridad, cruzar el panóptico, sentarte entre las celdas... sientes, ahora sí, pero por suerte sin poder terminar de hacerte a la idea, la presión del verdadero drama carcelario. La prisión como auténtica protagonista de la noche, con todos sus detalles, prácticamente intactos... y toda su historia: asesinatos, torturas, condiciones inhumanas que sufrieron los presos... apoyándose en tu memoria, en tu imaginación, creando un prisma desde el que poder atender... o no... a la música.

Winterreise, como todo ciclo de Lied, se atiene a las coordenadas y posibilidades de este género, y requiere de unas necesidades específicas, no sólo sobre el escenario, sino también en rededor, para que pueda degustarse en su forma más tradicional, sí, pero también, a menudo más efectiva. Es un hecho que el lugar no acompañó, en absoluto, a la voz de Benjamin Appl y el piano de James Baillieu. Con una acústica muy complicada y por la disposición del público, en dos bandas con el escenario en medio, resultaba físicamente imposible que el barítono pudiera proyectar hacia los dos lados al mismo tiempo. Tanto a él como al pianista se les exigió pues, vocalmente, todo un tour de force que les hacía, por momentos, alejarse de la filigrana, el recoveco, la pequeña pincelada de matiz que requieren Schubert y la canción. El drama más tenso llegó a mostrarse en la voz y el balance de planos entre el piano y el cantante llegó a resultar, incluso, desagradable al oído, a pesar del buen hacer, siempre, de Baillieu y Appl, que dieron todo de sí mismo.

Frente a lo puramente musical, lo dramático. Y aquí sí. Ya que estábamos donde estábamos, no tenía sentido ofrecer un recital al uso, ciertamente. Necesitabamos de otra experiencia. Una experiencia. Más inmersiva si así se prefiere ver. Para ello, Bárbara Lluch lo apostó todo por mostrarnos a un recluso en sus recuerdos, interaccionando con su alrededor, con las puertas de las celdas y la acústica de estas; con las luces y las sombras de un pasado... y el exterior. La conexión del Viaje de invierno con sus paralelismos en la Modelo fue total y, al final, el reclamo de las pinturas de Antonio López, quedó en una mera anécdota. La nota de color mostrada en video sobre el piano. Con videos sencillos, básicos, con disoluciones y Ken Burns de Tal Rosner que buscaron cierta poética y resultaron agradables, sí, en un contraste un tanto insalvable... y demasiado arriba como para que se integrara en la acción. El hiperrealismo estaba abajo, entre Schubert, Lluch y Appl.