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Lo tomas o lo dejas

Schwarzenberg, 18/06/2023. Angelika Kauffmann Hall. Schubert: Winterreise. Matthias Goerne, barítono, Leif Ove Andsnes, piano.

Escribir una reseña después de escuchar Winterreise de Franz Schubert, el Everest del mundo de la canción alemana, siempre resulta difícil. Los versos del poeta Wilhelm Müller, intensos, apreciables pero no excepcionales, se convierten, en manos del compositor vienés, en el paradigma del sentimiento del idealizado hombre romántico, aquel que parte a un viaje, quizá sin retorno, en el invierno helado de su corazón. El acercamiento a ese mundo tan cerrado, tan íntimo, tan especial, constituye uno de los retos más difíciles para un cantante. No sólo por la complejidad musical, sino sobre todo porque en el Viajero de Schubert hay mil hombres distintos a los que el intérprete se puede acercar de mil maneras diferentes. Por eso resulta complicado hablar sobre el tema después de un concierto. Cuando te mueves en interpretaciones de primer nivel, tu apreciación suele ser más personal, si cabe, de lo habitual y puede diferir completamente de otro aficionado. La escucha del lied tiene una parte objetiva, de técnica, y otra, para mí más importante de afinidad, de que la interpretación te llegue dentro, te conmueva. 

Matthias Goerne es un consumado intérprete de lied y Winterreise es uno de sus trabajos más reconocidos. Es indudable que su enfoque, que a mi parecer, tampoco ha variado tanto desde la primera vez que se lo escuché, es eminentemente temperamental. Su Viajero ya no es que esté enfadado, es que su indignación es palpable en muchos de los versos que canta. Goerne opta por una interpretación demasiado teatral, tanto que, personalmente, me resulta poco o nada creíble. Los movimientos por el escenario son constantes, su cuerpo es un instrumento más (hasta caer, en muchos momentos en la exageración), junto a la voz, de los sentimientos que surgen de cada lied del Viaje. Una voz en la que es evidente el paso del tiempo, pero que sigue teniendo una autoridad sobresaliente gracias a una tremenda proyección. El cantante se mueve con facilidad por toda la tesitura pero abusa en los graves de sonidos oscuros, cavernosos, casi amedrentadores. El resultado es que el oyente (yo mismo) no empatizó con lo escuchado más que en muy contados momentos, especialmente cuando el ciclo llegaba a su fin. Pero antes eché de menos, por ejemplo un Der Lindenbaum (uno de los lieder más estremecedores del Viaje) más poético en el recuerdo de la felicidad pasada en contraste con el duro presente. Y esa fue la tónica de todo el concierto: no había conexión entre el oyente y los intérpretes.

Abro aquí un paréntesis para hablar del pianista que, junto a Goerne, era la estrella de este recital. Leif Ove Andsnes es un profesional de una trayectoria impecable y uno de los instrumentistas más destacados de la actualidad. Parece ser que tiene una buena relación con el cantante y esperaba que la conexión entre voz y piano fuera especialmente fructífera. Para mi no lo fue. Andsnes no me pareció en ningún momento cómodo en el teclado, sin conseguir un lugar propio. Su pianismo fue perfecto pero bastante mecánico, muy alejado de la romántica importancia que Schubert daba siempre al teclado en todos sus lieder y sólo en puntuales momentos pudo apreciarse su indudable clase como pianista.

Como decía, al final sí que hubo ese contacto que tiene que ver tanto con los sentimientos con lieder tan bellos como Der Wegweiser (La señal)  y, sobre todo, con esa joya, para mi uno de los lieder más bellos de la historia que es Der Leiermann (El zanfonista). Ahí sí que soltó la chispa: Goerne lo cantó excepcionalmente, pero era ya un poco tarde para que no saliera con una sensación un poco amarga de este Winterreise

Pero mi opinión no fue compartida por la mayor parte del público que llenaba el Angelica-Kauffmann-Saal en la primera jornada de esta temporada de la Schubertiade de 2023 (repartida en cuatro periodos, dos en Schwarzenberg  y otros dos en Hohenems). Hubo grandes aplausos y bravos, y es que Matthias Goerne es un cantante temperamental yexpresivo con muchos seguidores que conocen cómo aborda el lied romántico. Está claro que “lo tomas o lo dejas”, a gusto del espectador. 

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