431180146 17967304013705213 4575913462122615301 n 

Una muesca más

Bilbao. 2/03/2024. Festival Musika-Música 2024. Auditorio Euskalduna (1) y sala OA (2). 

(1) La nuit, de Camille Saint-Säens y Sinfonía nº 6 en fa mayor, op. 68, de Ludwig van Beethoven, con Claire Booth (soprano), Vocalia Taldea (dirección, Basilio Astúlez) y Euskadiko Orkestra. Dirección musical: Lucas Borowicz. 

(2) Les arts florissants, de Marc-Antoine Charpentier, con Lucía Caihuela y Aurora Peña (sopranos), Gabriel Díaz (contratenor), Emiliano Cano (tenor), Ferrán Albrich (bajo) y La Ritirata. Dirección musical: Josetxu Obregón

 

Introducción

El primer fin de semana del mes de marzo en Bilbao es sinónimo de Musika-Música, es decir, sinónimo del festival más popular, poliédrico y dispar que uno pueda imaginar dentro de lo que convencionalmente conocemos como música clásica. Es el festival de la música sinfónica, de la de cámara, de la música vocal, de la ópera, la canción y de toda manifestación que tengamos a bien imaginar, a lo que podemos añadir conferencias y actividades específicas para pequeños. Todo, siempre, en torno a la música clásica. Y tras 22 años está claro que ya se ha establecido una relación estrecha entre el aficionado y el certamen; se ha forjado una tradición de la que quizás solo lleguemos a entender su verdadera dimensión el día –que ojalá tarde en llegar- en el que nos falte. 

Musika-Música de 2024 se ha programado bajo el paraguas del concepto Imágenes, concepto abierto como pocos y que permitía abrir el repertorio de las obras propuestas hasta el infinito. Imágenes entendidas como aquellas que conforman un paisaje sonoro, aquellas que lo son por el sonido ensimismado; aquellas que nos permiten viajar a otras tradiciones y lenguajes musicales. Imágenes porque como decía el programa general, nosotros, el ser humano, somos música.

En esta edición hemos cubierto dos conciertos del sábado, 2 de marzo, el primero sinfónico clásico y otro operístico del barroco francés en forma concertante. Una vez más cientos y cientos de personas caminaban de forma atropellada, mientras consultaban la próxima sala y la buscaban en los planos del imbricado Palacio Euskalduna. Hasta el punto –y lo viví en el primer concierto- de que haya espectadores que aplaudan la salida del director segundos antes del comienzo del concierto y se vean impelidos a preguntar, en este caso a un servidor: ¿y aquí que obra van a interpretar?

 

Concierto 1: Euskadiko Orkestra

Dos obras conformaban nuestra primera cita, a las 13:00 horas y en el auditorio principal: la popular Sinfonía nº 6, Pastoral, de Beethoven y la infrecuente La nuit, para soprano, coro femenino y orquesta en mi bemol mayor, op. 114 de Saint-Säens. Ambas tenían como punto de encuentro el contacto con la naturaleza y un carácter pastoral, lo que en relación con la obra beethoveniana es pura redundancia.  

La obra del francés, de unos veinte minutos de duración es un diálogo entre coro femenino y soprano solista. Vocalia Taldea es un coro de voces femeninas que ha adquirido enorme relevancia en los últimos tiempos. Es un conjunto de medio centenar de voces bien empastadas y afinadas y lo cierto es que poco puede alegarse contra su interpretación pues fue capaz de transmitir ese color oscuro, meditabundo y misterioso que traslada el compositor a través de las notas de esta breve cantata nocturna. Mayores dudas en los ataques de la soprano Claire Booth, de volumen escaso aunque cabe reconocerle que tras un inicio dubitativo fue poco a poco mejorando. La obra es de relativo interés. Lucas Borowicz estuvo más enérgico en la obra del maestro de Bonn, en la que desplegó sus cinco movimientos con autoridad y capacidad de contraste. El auditorio presentaba una platea casi llena y la respuesta del público fue modestamente calurosa.

431041407 17967303974705213 8912515383421376793 n

 

Concierto 2: La Ritirata

Después de comer –y de apreciar que el material de Musika-Música estaba presente en todas las tabernas y restaurantes adyacentes al Euskalduna- a las 16:30 horas pudimos escuchar una obra radicalmente distinta. Por estos lares la ópera barroca solo se puede vivir, salvo excepciones que se pueden contar con los dedos de una mano en los últimos años- en forma concertante; y la barroca francesa, ni así. Por ello que una de las imágenes elegida fuera Les arts florisants, idilio en música de Marc-Antoine Charpentier solo puede calificarse de oportunidad a no perder. 

La sala OB es bastante más reducida que el auditorio principal pero mucho más adecuada para este tipo de música. Estaba lleno en unas tres cuartas parte y solo cabe decir que la interpretación que ha hecho el grupo ha sido ejemplar. El nombre o la marca Les arts florissants está hoy en día indisolublemente unido al nombre de Willian Chrstie pues el titulo de esta breve ópera es el que eligió el estadounidense para su grupo barroco, quizás el mejor en su género. Pero antes llegó la obra de Charpentier, que hoy es poco interpretada. Breve ópera de cámara en acto único con obertura y cinco escenas, su título hace referencia a las artes fundamentales, música poesía, arquitectura y pintura que conviven con la paz y la discordia pero que por aquello del buen hacer del rey Luis XIV –ya se sabe que donde manda patrón no hay marinero que valga y más aun en pleno absolutismo francés- las artes florecen bajo el manto de la paz. 

Cinco cantantes asumieron las partes solistas y, así mismo, las corales. Lo cierto es que siempre me ha emocionado el trabajo comunitario de los cantantes de los grupos estables barrocos en los que se ven obligados a aparcar ese ego tan propio –al menos así viene narrado en el estereotipo- del cantante lírico, pasando así la misma persona de cantar un aria endiablada a aportar en el conjunto coral diluyendo su voz en el mismo. Por ello es digno de reconocimiento el trabajo de los cinco. Lucía Caihuela y Aurora Peña, las dos sopranos asumieron la parte solista de mayor enjundia y dentro del gran nivel de ambas conviene subrayar la voz potente, bien emitida y sonora en toda la tesitura de la segunda. Ferrán Albrich mostró una voz contundente, de graves sonoros mientras que el tenor Emiliano Cano –único que no tuvo parte solista- y el contratenor Gabriel Díaz aportaron al colectivo con dignidad y calidad. 

El conjunto instrumental, con nueve participantes mas su director, Josetxu Obregón, hizo una interpretación magnífica. El bajo continuo –viola da gamba, tiorba y clave- estuvo a gran nivel y cada una de las familias instrumentales no decayó lo más mínimo. La Ritirata presentó una formación compuesta por dos violines, dos flautas, viola da gamba, tiorba, violone, clave, órgano y percusión. Es difícil, quizás injusto, destacar a nadie pero me quedo con el trabajo de Josep María Martí (tiorba) o Hiro Kurosaki, primer violín. 

En este caso la respuesta popular fue mucho más extrovertida. No habíamos podido seguir el texto por la falta de traducción del mismo, lo que considero un error pero todos éramos conscientes de que habíamos asistido a un concierto notable.

428502734 17967325601705213 5030520958580264908 n

Conclusión

Como diría cualquier "completista" de esos que hoy parecen estar de moda, ya le hemos hecho una muesca más al revolver; otra edición de Musika-Música que hemos vivido y ya estamos deseando saber qué tema vertebrará la edición de 2025. Quizás lo sepamos pronto. En cualquier caso, celebremos que una vez más hayamos podido pasear por los complicados pasillos del Euskalduna, de una sala a otra para hacer algo tan sencillo y hermoso como es escuchar música clásica. Eso sí, y a modo de crítica constructiva, hagamos un esfuerzo por arreglar pequeñas cositas que nos facilitarían la vida en y durante el festival. Para ello, dos propuestas: la primera, que allá donde se cante texto podamos seguirlo con la traducción pertinente; y la segunda, aunque suene extraño, que no se deje entrar a nadie una vez comenzado el concierto. Que una cosa es acercar la música clásica a todo tipo de público y otra, que estemos levantándonos y molestando cinco o diez minutos después de comenzado el mismo. Nos vemos y oímos el año que viene.

Fotos: © Musika-Música