marina sabina ismael zarzuela elena del real© Elena del Real.

¿Por qué cantar?

Madrid. 13/10/24. Teatro de la Zarzuela. Arrieta: Marina. Sabna Puértolas (Marina). Ismael Jordi (Jorge). Juan Jesús Rodríguez (Roque). Rubén Amoretti (Pascual), entre otros. Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. José Miguel Pérez-Sierra, dirección musical. Bárbara Lluch, dirección de escena.

Cantan quienes están contentos. Cantan quienes están tristes. Y cantan quienes están borrachos... que normalmente llegan a ese punto bien por alegría o bien por tristeza. El vértice diferencial suele ser que cantamos para recordar... pero bebemos para olvidar. En la Marina que ha preparado Bárbara Lluch para el Teatro de la Zarzuela, su protagonista canta por tener presentes sus sentimientos, no me cabe duda, mientras que Jorge bebe para intentar borrar. Porque bebe por beber, bebe por no pensar, por no sentir. Quizá no sepa ni por qué bebe. Es uno de los puntos de fuga que aquí dan una razón de ser a la ópera de Emilio Arrieta. Pero no todo es tragedia en esta absurda trama de Ramos Carrión, que se estira hasta la eternidad, sin sentido dramático alguno. También hay comedia a través de la ingenuidad y el despertar de Marina. Y en la conjunción de esos dos planos nace la línea sobre la que todo se sostiene.

Si no he fallado al contar, esta la 23ª ocasión en la que se ofrece Marina en el Teatro de la Zarzuela desde 1860 (cinco años después de su estreno en el madrileño Teatro del Circo). Más de 200 funciones - 74 de ellas (!) en la temporada 58-59 - hasta la fecha. Las últimas en 2013 y 2017, por lo que muchos podemos recordar con facilidad la música del compositor navarro... Esta música en concreto, quiero decir. La pregunta sería, ¿por qué Marina? ¿Por qué no recuperar otras obras del músico y poder valorar su música desde el vivo, de forma más completa? La escritura instrumental, la orquestación que emplea aquí Arrieta se define algo abombada y demasiado simple, tendente al chimpunerismo y la repetición (¡esas cadencias continuadas!), mirando siempre a la Italia del belcanto romántico, cuyas fórmulas emula sin el mismo éxito. Sin embargo, en esta ocasión se ha optado por ofrecer una versión íntegra de la partitura... sin llegar a tener claro que esta merezca la pena más allá del ejercicio musicológico. A veces el uso de la costumbre - aquí el hecho de recortar compases - marca un camino que quizá sea mejor seguir, atendiendo a esa misma tradición a la que hay quien se aferra para mantener arcaicos patrones sociales en la lírica. No obstante, José Miguel Pérez Sierra cuida los tiempos escogidos para ofrecer dinamismo y parece amoldarse a los cuatro solistas principales, para que puedan ofrecer lo mejor de sí mismos, mientras intenta controlar los volúmenes y el material de Arrieta, procurando una mayor fantasía que la que ofrece el papel.

marina zarzuela cuarteto javier del real© Javier del Real.

Los textos de Ramos Carrión son febles, vacíos, e incluso llegan a chocar en la propia prosodia. Por razones diversas, un trabajo alejado de Los sobrinos del Capitán Grant, de Agua, azucarillos y aguardiente o de La marsellesa: "El pensamiento libre (proclamo en alta voz) ¡Y muera el que no piense (igual que pienso yo)". ¿Por qué programar de nuevo Marina? Bueno, pues porque desde luego se ha ofrecido con los mejores mimbres posibles que hay en la actualidad. Y si por algo ha convencido, ha emocionado y ha encendido el sentir esta Marina es por la verdadera magia que han creado los artistas sobre y en torno al escenario. La videocreación de Pedro Chamizo es bellísima, da aire a una sociedad cerrada y nos regala una fantasía de cielo y mar infinitos. Sobre ello la escenografía de Daniel Bianco, que es la garantía de quien conoce a la perfección lo que ha de ser el teatro, acompañado del vestuario de Clara Peluffo, colaboradora habitual de Lluch y la iluminación de Albert Faura, dando lugar todo ello a un marco marinero bastante figurativo, finisecular y refinado... y sobre todo, elegante. Habrá habido cientos de comentarios sobre Sorolla, supongo, pero yo en esta costa veo la elegancia de una fotografía de principios del siglo XX.

Bárbara Lluch, decía al comienzo de esta reflexión, parece unir en un vértice la tragedia de un Jorge que no entiende nada con la comicidad de Marina cuando despierta ante el mundo. Todo se apuntala con la actitud de los personajes secundarios, de cómo Pascual parece resignarse con su papel de pagafantas y de cómo Roque no termina de creerse ni a si mismo con su perorata sobre las mujeres. Además, ayuda muy y mucho la vis cómica de la protagonista, Sabina Puértolas que de un tiempo a esta parte vive su mejor momento sobre las tablas. Se la siente segura, se siente que disfruta y que quiere hacer disfrutar. Ese momento cuando se encuentra con Jorge después de tanto tiempo... de cómo descubre la cruz que le regalan... Ese juego en el que casi se rompe la cuarta pared... ¡Resulta que Marina podía ser una comedia amable! Desde luego por lo que se extiende y por lo insustancial de su trama bien podría ser un k-drama romántico coreano de hoy en día. Y por descontado, Sabina Puértolas se muestra pletórica en lo vocal. Hace, deshace, asciende a unos agudos brillantes, juega con las florituras varias. Es una gozada escucharla.

Absolutamente magníficos también el Pascual de Rubén Amoretti y el Roque de Juan Jesús Rodríguez, quienes ya cantaban estos personajes hace más de una década en este mismo escenario. De hecho, Rodríguez también cantó aquí el partiquino de Alberto en los años noventa. Destacar también a los solistas del Coro del Teatro de la Zarzuela (estupendo) en estos roles, porque todos brillaron por su calidad, especialmente Graciela Moncloa como Teresa. Y finalmente el Jorge de Ismael Jordi, que es la elegancia absoluta. Firma de la casa sus giros y dinámicas... esos pequeñísimos silencios suspendidos, casi como pellizcos donde te sostiene el alma, antes del siguiente requiebro. El canto de Ismael Jordi contiene más poesía que muchos versos que se han escrito. Ya puede leerte las Páginas amarillas o la alineación del Celta de Vigo, todo es belleza en su voz. ¿Por qué programar de nuevo, Marina, pues? Bueno, está claro que personalmente no conecto con la obra... pero con estos ingredientes créanme que volvería al Teatro de la Zarzuela una y otra vez.

marina zarzuela general javier del real© Javier del Real.