Otello_DeLeon_Real25_a.jpg© Javier del Real | Teatro Real 

Segundas veces que sí fueron buenas

Madrid. 20/09/2025. Teatro Real. Otello. Jorge de León (Otello). Maria Agresta (Desdemona). Vladimir Stoyanov (Iago). Airam Hernández (Cassio) y otros. Nicola Luisotti, dirección musical. David Alden, dirección de escena.

El ejercicio de la crítica es por naturaleza injusto. Y no por la arbitrariedad y lógica subjetividad con la que cada uno vemos y escuchamos sino por el hecho de vernos forzados, necesariamente, a comentar y valorar una foto fija, la de un día concreto, con unos artistas concretos, quien sabe si en su mejor o su peor día. Por eso es tan bueno tener ocasión de volver a ver el mismo espectáculo veinticuatro horas después, con los mismos mimbres pero con distintos solistas. Me refiero por supuesto a este segundo elenco para el Otello con el que el Teatro Real ha comenzado su temporada y de cuyo estreno ya di cuenta ayer en estas páginas

La segunda función, liderada por Jorge de León en el rol titular, me gustó más en conjunto, a todos los niveles. No insistiré en lo ya dicho sobre la producción de Alden, a la que reconozco no obstante algún cuadro más o menos fotogénico y acertado, incluso bello, como el momento en el que Desdemona se incorpora descalza a un patio apenas iluminado, instantes antes de su gran escena del último acto.

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Con respecto a Luisotti, debo decir igualmente que esta función que nos ocupa transcurrió mucho mejor, seguramente sin los altibajos que de un modo u otro acaba precipitando un estreno, con sus debidas tensiones. Luisotti estuvo ayer más narrativo y teatral y obtuvo de la orquesta titular del teatro un sonido más compacto y entero. Siguen sorprendiendo algunas elecciones en tiempos y dinámicas, por ejemplo en el monólogo final de Otello, llevado a un ritmo feroz, sin dejar aliento para el fraseo. Tampoco entiendo que Luisotti sea incapaz de dar ni una sola entrada a los cantantes durante la función, especialmente en una producción en la que son muchos los instantes en los que los cantantes necesitan referencias externas para saber dónde están. Sea como fuere, la impresión ayer fue la de un Otello sólido en el plano orquestal.

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Vocalmente el gran triunfador de la noche fue el tenor canario Jorge de León, en su cuarta producción ya como Otello, tras haberse medido con el moro de Venecia en Málaga, Barcelona y Bilbao. De León posee los medios ideales para el rol, con un metal descollante y fácil en el tercio agudo y con un centro y un grave anchos y bien coloreados. Como ya dije al hilo de sus funciones en la temporada de ABAO, Jorge de León ha ganado una plausible confianza en el fraseo, permitiendo recoger la voz como seguramente no hacía años atrás. El resultado es un Otello expresivo, contrariado, hecho de contrastes, verdaderamente teatral y vocalmente resuelto sin la más mínima fisura. Honestamente, no creo que haya ningún tenor ahí fuera a día de hoy capaz de cantar este rol con esta suficiencia.

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Me sorprendió para bien la Desdemona de Maria Agresta, una cantante cuyos medios han acusado el paso del tiempo pero que compareció ayer bastante entonada, diría que en la mejor actuación que le recuerdo en los últimos años. Agresta conoce al dedillo la parte de Desdemona -era ella, recordemos, junto a Gregory Kunde, en aquel mítico Otello de Les Arts, en 2013-. En la función de ayer Agresta sonó sumamente creíble, con el punto justo de vigor expresivo pero siendo a la vez sumamente sutil y flexible en los pasajes más líricos. Bordó su esperada última escena y cosechó una gran ovación por parte del público al final de la velada. 

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Aunque de medios algo taimados, el Iago de Vladimir Stoyanov tuvo la virtud de sonar sibilino y calculador, lejos de un retrato más grotesco y envarado del personaje. El barítono búlgaro aportó solvencia y serenidad. Asimismo, Airam Hernández volvió a dar muestras de un esmerado trabajo escénico con la parte de Cassio, muy requerido su rol actoralmente en esta producción.

En conjunto, una función más redonda y entonada que la del estreno, seguramente también porque ninguno de los protagonistas debutaba con sus respectivos papeles.

Fotos: © Javier del Real