Kunde Rodriguez Bofill 

Profetas en su tierra

Barcelona. 12/02/2017. Gran Teatro del Liceo.Verdi: fragmentos de I Vespri Siciliani, Luisa Miller. Un Ballo in Maschera, Aida, Don Carlo y Otello. Puccini: fragmentos de Manon Lescaut. Leoncavallo: fragmentos de Pagliacci. Giordano: aria de Andrea Chénier. Gregory Kunde, tenor.  Juan Jesús Rodríguez, barítono. Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu. Dir. musical: Manuel Coves.

Que cuesta ser profeta en su tierra es un tópico no por manido menos cierto. Así se explica quizás que en el programa de mano luciera fotón a toda plana con la imagen del admirado tenor Gregory Kunde para anunciar un concierto que en realidad protagonizaron dos artistas y, visto el resultado, con el mismo nivel. De hecho si somos justos, fue el barítono español Juan Jesús Rodríguez quien se llevó las más cálidas ovaciones de la noche, pues para sorpresa de una gran parte del público que sabía que venía a ver a Gregory Kunde, se confirmó la voz madura de un barítono que por calidad y momento vocal merece estar en los primeros repartos del mundo de la lírica. No es coincidencia que debutara la temporada pasada en el Met de Nueva York como Conte di Luna de Il Trovatore nada menos que al lado de Angela Meade o Dolora Zajick. 

Así las cosas, un feo en el programa no quita la buena iniciativa y sobretodo el resultado de este concierto que triunfó por un planteamiento de base, solistas acompañados por la orquesta del Liceu bajo la batuta de un director, como deberían ser todos los conciertos y recitales de ópera que se puedan ver en este teatro histórico de las Ramblas.

El programa variado y con piezas de auténtico repertorio del Verdi maduro y una selección de verismo en la segunda parte para volver a acabar con el Otello verdiano, fue interpretado con inspirado lirismo y gran compenetración profesional por ambos cantantes quienes acabaron triunfando frente a un público que ovacionó a los solistas como en las mejores noches. Buena mano la del director Manuel Coves, quien acertó con los tempi y supo iniciar el programa con la Obertura de I Vespri Siciliani y una orquesta titular solvente y de sonido grato y teatral. 

El primer dúo de la misma ópera, presentó a Gregory Kunde como Arrigo y a Juan Jesús Rodríguez como Monforte, papeles que ambos ya habían cantado juntos en la nueva producción que abrió oficialmente en diciembre del año pasado la temporada 2016/17 del Palau de Les Arts de Valencia. Complicidad, buen volumen de ambas voces y un fraseo verdiano noble y cálido, los llevó a este dúo de los menos conocidos del gran Verdi, donde ya dieron muestras de las excelencias que iban a proporcionar a posteriori tanto juntos como por separado.

Con el aria de Luisa Miller, Quando le sere al placido, Kunde volvió a mostrar ese instrumento pulido y de emisión limpia, proyectado con firmeza y un registro superior desahogado y seguro para esta aria agradecida y hermosa ideal para un inicio de programa. Pero fue con la primera aria solista del barítono Juan Jesús Rodríguez, el Eri tu del Renato de Un ballo in Maschera, donde la voz potente, tersa y oscura del cantante de Huelva, demostró su gran estado de forma. Registro amplio y seguro, color noble, fraseo ardoroso y bello, resultado del grado de madurez vocal que vive el barítono quien en cada una de sus arias demostró una autoridad interpretativa recompensada cada vez por un público rendido a sus pies. No fue el Celeste Aida de Kunde su mejor aria, si bien el ímpetu y espíritu del guerrero del Nilo apareció en la voz, unos cambios de color poco favorecedores y la pérdida de esmalte de un instrumento que ganó con el transcurso del recital, dejaron el aria menos solar y extrovertida de lo deseable.

Emotivo final de la primera parte el dedicado al Don Carlo verdiano. Demostración de estilo y medios por parte de Rodríguez con un Per me giunto cincelado por una dicción natural y sentida con un gran legato y agudos sobrados. Con el dúo de Don Carlo y Rodrigo, las dos voces empastadas con grato sonido y una orquesta de gran eficacia, con mención a los vientos, y el famoso leitmotiv de la amistad, se cerró la mitad del concierto con el público entregado y consciente de estar viviendo una gran noche.

Cuidada captación de la sofisticada orquestación de Leoncavallo por parte de Coves en el inicio del prólogo de Pagliacci, con un hermoso resultado, poniendo en bandeja de plata la entrada impactante del solista. De nuevo y sin caer en el nivel de un concierto con dos cantantes pletóricos, Juan Jesús Rodríguez volvió a hacer gala de sus cualidades, flexibilidad vocal, color homogéneo, emotividad canora y un exultante registro superior que coronó con el agudo final del Incominciate, emitido con la facilidad de los grandes. Con un ambiente que no decayó en ningún momento apareció Kunde para cantar un contundente y controlado Vesti la giubba, donde no forzó nunca el registro y demostró también sensibilidad canora pues el verismo no está reñido con las sutilezas tenoriles. Después de la delicada orquestación del atmosférico Intermezzo de la Manon Lescaut, de nuevo con buen estilo por parte de Coves desde el podio, Gregory Kunde brindó una Donna non vidi mai impecable, puesto que si bien su instrumento ha perdido lustro en general no así firmeza y facilidad. Violenta pasión, como dice el texto del aria, escanciada con soberana elegancia y emoción, así fue el Nemico della patria de Rodríguez, un Gérard de libro que lo hace deseable para cualquier teatro de primer nivel, ¿se le podrá ver en Barcelona?.

Broche de oro con los dos fragmentos del Otello de Verdi para cerrar un concierto inolvidable. Papel estandarte en la carrera de Kunde, quien desde los tiempos del estreno de la ópera, no parece haya habido otro tenor capaz de cantar los dos Otellos, el de Rossini y el de Verdi como hace hoy en día en una misma temporada el artista de Illinois. Su Moro veneciano tiene la expresión y la interiorización del drama, sabiendo dotar a su canto de la emoción justa para ofrecer los matices y temores de un hombre atormentado, pianos y medias voces coronados con un espectacular agudo final que rompió en aplausos del público. Finalizó la fiesta canora con el dúo Era la note…Si, pel ciel! con ambos cantantes en estado de gracia, generosos, empáticos y entregados cerrando la velada con la audiencia rendida y la sensación de que un programa de más de hora y media había pasado en un santiamén.

¿Se podía mejorar lo vivido? Un Cortiggiani de cortar el aliento por parte de Rodríguez, y un inevitable pero no por ello menos grato Nessun dorma de un Gregory Kunde que canta como si obrara milagros, cerraron la noche solista. Un pequeño fragmento a modo de bis final del dúo de Otello, remató un anoche para enmarcar. Ahora, con permiso de Mr. Kunde, a esperar la vuelta de Juan Jesús Rodríguez en un primer papel, ¡y que sea pronto!.