Campanello Sarria A.Bofill

Simpática e imaginativa

Sarrià. 27/01/2018. Amics de l´Òpera de Sarrià. Donizetti: Il Campanello. Raul Baglietto (Don Annibale Pistacchio); Irene Celle (Serafina); Pedro Quiralte (Enrico); Edda Paredes (Madama Rosa); Carlos Arturo Gómez (Spiridione). Pianistas: Viviana Salisi y Marc Serra. Orquestra Barcelona Concertante. Cor Acadèmia Concertante. Dir. de escena: Raúl Giménez. Dir. musical: Assunto Nese. 

Con esta simpática e imaginativa creación de Donizetti, escrita en Nápoles en 1836 durante unos días de suspensión de la vida teatral a causa de una epidemia de cólera, ha reabierto sus actividades en su IV Temporada la Ópera de Cambra de Barcelona con sede en el agradable y renovado marco del Teatre de Sarrià, antiguo teatro parroquial del templo cercano y que hoy congrega a un público tan numeroso como fiel, ya que las dos funciones de esta pieza bufa encantadora han registrado llenos absolutos, que imagino darán nuevos ánimos a la organización.

Lo mejor de la función fue, sin duda, la Orquesta Barcelona Concertante, que Assunto Nese dirigió con flexibilidad y garbo; las ideas escénicas de Raúl Giménez aseguraron que el público asistente entendiera perfectamente el pequeño lío familiar que organiza el celoso e inconstante Enrico ante la boda de su ex (Serafina) con el maduro farmacéutico Annibale Pistacchio, aprovechando unas leyes locales que obligan de noche a los farmacéuticos de Nápoles  a despachar personalmente las recetas que se les presenten. Enrico (elegante y astuto) se pasa la noche llamando a la botica con la campanilla que da nombre a la obra, llevando distintos disfraces de supuestos clientes con objeto de impedir la consumación de la noche de bodas. Don Annibale se desespera teniendo que atender a los “visitantes”, pues al día siguiente tiene que partir de viaje y confiar que Serafina resista los muy previsibles asedios de su antiguo novio.

Con una escenografía sencilla y un mobiliario ad hoc, la función se desarrolló con brillantez y el público pudo apreciar el ingenio de Donizetti (autor en este caso de música y texto) en esta ópera bufa de una hora de duración. El equipo de cantantes, procedentes de la Academia Concertante, realizaron una buena labor, sobresaliendo Pedro Quiralte  llamado com “refuerzo”actuando como enredón y polifacético “visitante” de la farmacia. Raúl Baglietto, ya conocido del público, es demasiado joven para el papel del maduro farcacéutico, pero se comportó adecuadamente, bien secundado por su criado Spiridione (Carlos Arturo Gómez, tenor); junto a ellos Edda Paredes fue una Madama Rosa convincente en el papel de reciente suegra del buen hombre que se ha casado con su Serafina; ésta, Irene Celle, tiene un aria final de lucimiento con el que acaba la obra y el público salió muy complacido del experimento . Quizás los responsables no pensaron en una acogida tan buena; alguna función más habría atraído  muchos más espectadores pues el teatrito de Sarrià ya empieza a tener su público fiel y las funciones son siempre de un nivel más que satisfactorio