Como un guante
Viena. 21/11/2015. Konzerthaus. Schumann: Escenas del Fausto de Goethe. Christian Gerhaher (Faust, Pater Seraphicus, Dr. Marianus), Christiane Karg (Gretchen, Una Poenitentium), Alastair Miles (Mephistopheles, Böser Geist), Christina Landshamer (Marthe, Sorge, Magna Peccatrix), Gerhild Romberger (Mangel, Maria Aegyptica, Mater Gloriosa), Jennifer Johnston (Noth, Mulier Samaritana), Anna Huntley (Schuld), Andrew Staples (Ariel, Pater Exstaticus), Franz-Josef Selig (Pater Profundus), Elisabeth Ehrenfellner (Eine Büsserin). Wiener Symphoniker. Wiener Singakademie. Dirección musical: Daniel Harding.
Obra infrecuente, de escasa popularidad, incluso considerada como tal fuera del Opus de Robert Schumann, la vigencia de estas Escenas del Fausto de Goethe ha ido siempre ligada al empeño personal de determinados ínterpretes, como fue el caso en su día de Benjamin Britten o Dietrich Fischer-Dieskau, y como es hoy el caso de Daniel Harding y Christian Gerhaher. Tras un lapso de varias décadas en las que la obra cayó en un cierto olvido, tras la férrea defensa que Britten hizo de la misma, esta partitura experimentó una cierta revitalización de la mano de Claudio Abbado y Nikolaus Harnoncourt. Ambos dejaron de hecho sendas grabaciones en 1995 y 2009, respectivamente. En el caso que nos ocupa, en torno a estos conciertos en el Konzerthaus de Viena, conviene recordar que tanto Harding como Gerhaher y Karg encabezan de hecho la grabación de 2014 con la Orquesta de la Radio Bávara y comercializada por Br Klassik. Y de igual manera, tanto Gerhaher como Harding, éste aquí en reemplazo de Harnoncourt, protagonizaron unos memorables conciertos con esta obra junto a la Filarmónica de Berlín en diciembre de 2013.
Todo esto como preámbulo a unas impresiones absolutamente favorables y gozosas en torno al concierto vienés que nos ocupa, que superó con mucho las expectativas que pudiéramos habernos formado. Daniel Harding nunca nos ha deslumbrado, pero con el paso de los años se consolida como una opción segura, de un oficio nunca mediocre, versátil en estilos y repertorios diversos, y que de tanto en tanto encuentra un singular acomodo con una obra, como estas Escenas de Fausto, a las que hace brillar y sonar con verdadera pasión. Harding extrajo una paleta sumamente expresiva de recursos a la Sinfónica de Viena, una formación entregada aunque no virtuosa y de un sonido tan firme como anónimo, pero que en manos de su batuta no tardó en caldearse, haciendo que la compleja e irregular partitura de Schumann sonase casi como un hallazgo. Lo mismo cabe decir de aquilatado sonido del coro de la Wiener Singakademie, dúctil, etéreo, intachable…
Pero sin duda el gran triunfador del concierto fue el barítono Christian Gerhaher, en quien casi se diría que Schumann estaba pensando cuando compuso esta parte, que se resuelve a través de una suerte de complejo recitado por el que Gerhaher transita con abrumadora naturalidad. La partitura le cae como un guante y eso se percibe una y otra vez durante el concierto: transido en el "Vier sah ich kommen, drei nur geh…”, imperial por su hondura en el “Die Nach scheint tiefer…” y sublime en “Verweile doch, du bist so schön!”. Hay algo mágico en el decir de Gerhaher, de una teatralidad nunca rebuscada, como herida y siempre fértil, sin dobleces. Lo cierto es que con estos conciertos Gerhaher redondea un año memorable tras su Wolfram en Berlín o su debut como Wozzeck en Zúrich y en el que le espera aún la versión semiescenificada de Pelléas et Mélisande, este mes de diciembre, con Peter Sellars y la Filarmónica de Berlín.
El resto del extenso reparto estuvo sin duda a la altura del citado Gerhaher. Cabe destacar especialmente a Christiane Karg, quien nos pareció una soprano a seguir más de cerca, en un compendio bien equilibrado de dotes naturales, técnica y adecuación al repertorio. Nos gustó mucho el trabajo del tenor Andrew Staples, quien forma parte del reparto del próximo Das Liebesverbot del Teatro Real.