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María José Siri, soprano: "El artista nació para arriesgarse"

La soprano uruguaya María José Siri protagoniza hoy el estreno en Las Palmas de Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea. En ocasión de estas funciones conversamos con ella sobre sus recientes compromisos y sus planes futuros.

Hace un año estaba usted precisamente en Las Palmas, con un proyecto que implicaba su debut como Aida y el de Elina Garanca como Amneris. Y ahora, un año después, en el mismo sitio, pero con otro título. El destino...

Sí, la verdad es que fue todo muy extraño. Viajé hacia aquí, de hecho, el mismo día que hace un año... Es como si el destino me quisiera aquí otra vez, un año después. Estoy muy contenta de estar aquí, especialmente con este título que apenas pude debutar el año pasado, el 4 de marzo en Bari, con tan solo una representación. Estrenamos esa noche y el día 5 salió el decreto de cierre para los teatros en Italia. Fue, pues, un debut muy raro y por eso considero estas funciones en Las Palmas como mi verdadero debut como Adriana Lecouvreur, sobre todo porque ha pasado el tiempo y he podido reposar el rol, asimilarlo más a fondo. El tiempo tiene su razón de ser, no hay que menospreciarlo y a menudo pasa para bien. Muy contenta, pues, de debutar en Las Palmas con Adriana Lecouvreur.

¿Qué tiene de fascinante este papel, que seduce a toda soprano que se precie?

Todo (risas). A nivel vocal no le falta nada y a nivel interpretativo es un personaje delicioso. Es un rol realmente rico, de una sensibilidad extraordinaria. Y supone un reto vocal muy importante, sobre todo aquí en Las Palmas donde tenemos que hacer casi dos horas de música sin ningún tipo de pausa. Es un reto físico y emocional. El monólogo, mentalmente, supone un impacto muy fuerte para alguien como yo que no había trabajado nunca antes con el teatro de prosa. 

Adriana es, junto con Abigaille en Nabucco y Francesca da Ramini de Zondani, uno de sus últimos debuts, además de Giorgetta en Il tabarro. No parece que quiera usted especializarse en un repertorio muy determinado, más bien lo contrario, amplitud de miras y un horizonte bien amplio de autores y estilos.

Sin duda, nunca he creído en esas categorías tan cerradas con las que suele organizarse el repertorio. Y no temo a los roles dramáticos, por decirlo de algún modo. Abigaille, por ejemplo, creo que va a ser un rol determinante en mi carrera. De hecho creo que ha sido un punto de inflexión para mi evolución vocal, uno de esos momentos en los que te paras y evaluas dónde estás. Cuando me preguntan si soy pucciniana o verdiana... yo canto (risas). Me formé en el bel canto. Y me atraen mucho los roles intensos, más propios a veces del verismo.

En línea con esto, ¿qué otros roles planea incorporar próximamente a su repertorio?

Estoy preparando Lady Macbeth. En su momento me propusieron hacer Odabella en Attila, fue un reto, pero me dí cuenta de que podía abordarla perfectamente. Por abordarla perfectamente me refiero a cantarla con la técnica, con la voz alta, sin fatiga, etc. Y tras ese Attila quería más. El bel canto te da seguridad, a diferencia del verismo y Puccini, donde es más fácil perder las riendas. Sin embargo cuando conquistas un personaje en el bel canto, te empuja a seguir dando pequeños pasos. Y por eso de Odabella pasé a hacer Norma, que es la madre de todas las óperas para mí. Y Abigaille, de algún modo, desciende de ese marco vocal, con saltos vocales más arriesgados que en Bellini, obviamente, pero hay una familiaridad entre ambas. Y por eso ahora me quiero enfrentar a Lady Macbeth. Y después iré a por Elvira en Ernani, etc. Quiero ir hacia atrás, digamos. Mi vida vocal la rijo por la flexibilidad. Y esto te lo da la técnica. De lo contrario la voz se cansa, se acomoda y te encasillan. Siempre me ha gustado probar, arriesgar, ponerme en la situación de resolver algo nuevo.  

Dentro del actual panorama de producciones anuladas y reprogramadas, ¿qué le queda ahora mismo en pie, en los próximos meses? ¿Cuál es su agenda para este verano?

Tras estas funcioens de Las Palmas volveré a hacer Adriana Lecouvreur en Florencia, una única representación sin público y en streaming en el Maggio Musicale. Entre esto y el verano tendría unas funciones de Madama Butterfly en la Deutsche Oper de Berlín que ahora mismo no se si se llevarán a cabo. La situación se actualiza semana a semana, ahora mismo. En verano, en la Arena de Verona, si todo va bien, debutaré Cavalleria rusticana. Será solo una función, para probar el rol nada más. Yo pruebo las cosas así, a lo grande (risas) como la Butterfly que debuté en la inauguración de la Scala (risas). El reto me motiva, me hace ir hacia adelante. Para mí, el artista nació para arriesgar. No vivo en función de lo que los demás piensen o digan de mí, así que suelo arrojarme a la piscina tenga o no tenga agua. Por cierto, quiero felicitar a este país por su manera de dar el pulso por la cultura. Realmente es excepcional lo que está pasando ahora mismo en España, con los teatros funcionando con normalidad desde hace meses. Esto dice mucho del valor de la cultura en España.