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Ignacio Prego: "Con este disco quería reivindicar a Charles Avison, un músico fascinante y desconocido"

El clavecinista Ignacio Prego publicó recientemente su último álbum, al frente de su propia formación Tiento Nuovo. Se trata de un disco consagrado a los Concerti grossi de Charles Avison (1709-1770), un compositor inglés del siglo XVIII que escribió algunas de sus obras fascinado por el influjo de la música de Scarlatti. En esta entrevista conversamos sobre este CD y sobre sus próximos compromisos, destacando una interesante propuesta en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, en torno a músicas venecianas y españolas del siglo XVII, a partir de textos de Quevedo. 

Recientemente presentó su último álbum, en torno a la obra de Charles Avison. Se trata de su primer disco en cinco años, tras las Variaciones Goldberg. Asumo que detrás de este tiempo esperando hay un proyecto de madurez importante.

Sí, así es, aunque tampoco ha sido algo premeditado. El disco de las Goldberg vio la luz en 2016 y justamente ese año nació la formación Tiento Nuovo. Hace de todo esto ahora cinco años, por tanto. Y han sido años de mucha actividad. También debo decir que tras las Goldberg me quedé un tanto seco (risas). Es un repertorio exigente, en el que te tienes que volcar con todo y si que es verdad que no tenía prisa entonces por abordar el siguiente proyecto discográfico. 

Las Goldberg me trajeron además mucha actividad después de grabarlas; las habré interpretado en unos cincuenta conciertos, no exagero. Lo cierto es que este disco dedicado a Charles Avison se tenía que haber grabado hace un año, pero con la pandemia se pospuso dos veces. Y estoy muy contento porque este nuevo álbum plasma muy bien el momento de madurez del grupo, de Tiento Nuovo. Y creo que está muy bien hacer las cosas a la inversa de como se vienen planteando: me refiero al hecho de grabar nuestro primer álbum tras cinco años de trabajo, madurando como grupo, cuando a veces se pretende lo contrario, impulsar un grupo con un disco muy temprano. Yo no quería seguir ese modelo.

¿Cómo surge Tiento Nuevo hace cinco años, con qué motivación?

Yo volví a España en 2015 tras quince años en Estados Unidos. Hasta entonces había colaborado con muchos grupos, muchas formaciones, sobre todo en Norteamérica. Y al regresar a Madrid tenía clarísimo que quería formar mi propio grupo, mi propio proyecto además de mi actividad como solista. Empezamos con Hiro Kurosaki, con Emmanuel Resche-Caserta, con Daniel Zapico y con María Martínez al violonchelo.

El disco, debo decir, tiene un sonido muy personal, con una impresión orquestal muy lograda.

Sí, es algo buscado. Hemos trabajado con Federico Prieto, el ingeniero de sonido con el que vengo colaborando siempre hasta la fecha. Contábamos con un orgánico generoso, digamos al límite, con siete violines, una plantilla de catorce músicos. Y estoy contento de haber logrado un sonido muy empastado y muy orquestal con tan pocos músicos, algo que era muy importante en este repertorio con los Concerti grossi de Charles Avison. En esto creo que también ha jugado un papel importante la presencia del órgano positivo, que tiene una función muy integradora. Combinado con el clave te da un poso de sonido, una consistencia, como un colchón del que se benefician mucho los tutti

El disco rescata partituras del compositor inglés Charles Avison, ciertamente un desconocido en nuestros lares, a pesar de que algunas de sus piezas se inspiran directamente en la obra de Scarlatti.

Cuando empecé a pensar en el primer disco de Tiento Nuovo lo que siempre tuve claro es que el clave tenía que tener una presencia importante. De hecho estuvimos cerca de grabar finalmente los conciertos para clave de Bach, aunque al final lo descarté por varios motivos. Yo he tocado mucho la obra de Scarlatti y conocía bastantes de estos conciertos de Charles Avison. Así que me pareció un repertorio perfecto para lo que yo tenía en mente, de cara a un primer disco con la formación. 

La música de Avison es de una factura impresionante, es un gran compositor. En plena época de Haendel, viajó a Londres para estudiar con Geminiani, pero debió de ser un hombre con pocas ambiciones. Nació en Newcastle y trabajó como organista en la iglesia de San Nicolás, donde también trabajó su hijo. Todo es muy local en su biografía, a pesar de que le ofrecieron puestos importantes lejos de allí.

Era también muy crítico con todos los autores de su tiempo, como Haendel, e incluso a Scarlatti, a quien sabemos que admiraba con franqueza, le despacha de un modo algo displicente, de un modo un tanto pretencioso, dando a entender que las sonatas de Scarlatti encierran algo más grande a lo que solo se accede a través de las partituras del propio Avison, inspiradas en ellas. En fin, un tipo controvertido pero muy interesante y un gran músico, a todas luces. 

¿Y cómo llegó hasta la música de Avison?

Recuerdo que conocía algunas de sus piezas para clave, de mi época de estudio. Y conocía algunas grabaciones, las pocas que hay de su música, como la de Café Zimmermann, que es la primera integral. Están también por supuesto las del Avison Ensemble, que se ha ocupado y mucho de rescatar su obra. Pero en realidad no hay mucho más. Por eso creo que nuestro álbum puede ser una aportación valiosa para conocer mejor su figura y su legado. 

¿Cómo se explica la conexión entre Avison y Scarlatti?

Básicamente por la moda italiana que vivía Londres en aquel momento. Avison estudió con Geminiani. Y Scarlatti era un compositor muy admirado allí. Avison fue muy creativo, adoptando materiales ajenos para desarrollarlos, pero sin emplear un método sistemático. Para Avison la obra de Scaraltti pecaba de ser muy repetitiva y no eran demasiado clara al clave. Por eso plantea estos conciertos, como una forma de hacerlas más legibles tanto para el público como para el intérprete. Y es cierto, yo ahora mismo toco obras de Scarlatti y las veo de otra manera, más nítida, es una visión mucho más orquestal.

Avison TientoNuovo CD

Me gustaría recapitular su trayectoria como clavecinista. Entiendo que todo el tiempo pasado en Estados Unidos tendrá su motivo y habrá dejado su huella.

Así es. Yo me fui a Estados Unidos en 2004. Yo me había formado como pianista en España y mi relación con el clave había sido hasta entonces bastante amateur. Y fue en Estados Unidos cuando estudié el clave más a fondo, hice mi doble máster. Estudié clave en la Universidad de Indiana con Elisabeth Wright, una alumna de Gustav Lehondart; y después en Julliard con Kenneth Weiss y Richard Egarr. Y me quedé en Estados Unidos a trabajar, como profesor en la Universidad de Yale. Colaboraba entonces con diversas orquestas allí aunque también hacía puntuales proyectos con gente en España. Mi primer disco de clave solo es del año 2012, dedicado a Bach. Después grabé la integral de las suites francesas para Cantus, que fue un álbum con muy buena recepción y me hizo tocar mucho en España. Y en 2016 llegaron las Variaciones Goldberg, a las que antes hemos hecho referencia. 

Y a día de hoy, ya establecido en España, ¿cuál es su vínculo con Estados Unidos?

Lo cierto es que suelo ir allí a trabajar unas cinco o seis veces al año. Mantengo vínculos con muchas orquestas de allí, como la Philharmonia Baroque Orchestra y Nic McGegan o la Portrland Baroque Orchestra y Monica Huggett. De un modo u otro todos los años tengo proyectos en Estados Unidos. Lo cierto es que hay muchos músicos europeos que se han establecido allí. 

¿Cuáles son sus próximos proyectos en agenda?

Este verano estoy en el Festival de Granada como profesor, en su academia barroca. Y lo siguiente que tenemos con Tiento Nuovo es La conjuración de Venecia. Un retrato de Quevedo, en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, dentro del Festival Clásicos en Alcalá. Se trata de un proyecto con el actor Pedro Casablanc y la soprano Lucía Martín-Cartón, con un texto mío a partir de los originales de Quevedo. Interpretamos sobre todo música veneciana y española del siglo XVII, con cierta flexibilidad: hay música de Monteverdi, de Hidalgo. En 1618 hay una rebelión en Venecia, en el marco de las tensiones entre la monarquía de Felipe III y la República de Venecia. Y en tanto en cuanto Quevedo era el secretario del Duque de Osuna, todo apunta a que tuvo mucho que ver en esa intriga. Es una obra sobre la corrupción política, la muerte, etc. Por otro lado, estaremos también en el Festival Clásicos en Verano de la Comunidad de Madrid, con un programa para violonchelo y clave.