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Michael Fabiano: “Debutar Turiddu es un reto fascinante”

El tenor estadounidense Michael Fabiano acaba de instalar su residencia en nuestro país. Muy asiduo en la programación de los teatros españoles, en enero de este año llevaba su Cavaradossi de la Tosca al Gran Teatre del Liceu y en julio acaba de interpretar el papel de Calaf en las representaciones de Turandot con las que el Teatro Real cerraba su temporada. En ocasión de su debut como Turiddu en Cavalleria rusticanaen el Festival Cap Rocat de Mallorca, el próximo 4 de agosto, conversamos con él para conocer más de cerca sus planes más inmediatos y sus impresiones sobre la emblemática ópera de Pietro Mascagni. 

En agosto debuta en Mallorca afrontando por primera vez el rol de Turiddu en Cavalleria rusticana ¿Qué opinión le merece el personaje y esta obra crucial del verismo

Estoy entusiasmado de afrontar por primera vez el rol de Turiddu. Interpretarlo es siempre un reto para cualquier cantante. Turiddu es un personaje fascinante que está devastado por lo que ha vivido en la guerra. Probablemente haya visto los horrores del campo de batalla y sabemos que ese tipo de vivencias cambia profundamente a las personas. Al regresar a casa, su cariño y amor por Santuzza ya no es el mismo; siempre me han interesado ese tipo de personajes que cambian por circunstancias de la vida. No creo que Turiddu sea una persona narcisista, simplemente ve pasar su vida frente a él durante la guerra y decide que quiere vivir algo diferente; probablemente pensó "me queda un tiempo limitado en la Tierra y quiero pensar en la vida de otra manera", y por eso decide querer construir algo con Lola, aunque esto tenga consecuencias. Pero no creo que sea solo porque quiera hacer daño gratuitamente, como tampoco creo que sea una persona intrínsecamente mala. También se puede argumentar que posiblemente Santuzza esté embarazada, por lo que prefiere no entrar a la iglesia. Creo que es discutible, no es necesariamente la verdad de lo que sucede. Turiddu es un tipo sencillo y no creo que haya necesariamente mucha profundidad en él como ser humano, excepto que ama a su madre y a su país, y eso es todo.

Hablando de verismo, en julio regresó al Teatro Real para cantar Calaf en Turandot, de Puccini ¿Cómo se siente con el personaje? Creo que lo debutó en Roma, no hace tanto tiempo.

Sí, me siento muy cómodo cantando Calaf. No es un rol complicado para mí comparado con otros papeles de mi repertorio. No es para un tenor dramático, aunque mucha gente piense que sí, ya que en realidad es para un tenor lírico que incluye algunas frases más exigentes. Y por supuesto ahí está ‘Nessun dorma’, una página que todo el mundo espera. Y es precisamente esa expectación la que convierte esa escena en un momento mucho más complicado que si se canta el aria por separado en un concierto.

Lleva ya unos años cantando en España, especialmente en el Teatro Real, pero también en las temporadas del Liceu de Barcelona, de Bilbao ABAO Opera y del Palau de les Arts de Valencia. ¿Qué significa España para usted? 

Ciertamente, más allá de mis actuaciones en teatros importantes de Estados Unidos, de Europa y de otras partes del mundo, España ha significado un mercado bastante estratégico en mi carrera y lo será siendo en los próximos años. Amo cantar para el público español; no en vano he decidido establecer en Madrid mi residencia, una ciudad en la que he hecho amigos con los que he compartido grandes momentos.

Precisamente la producción de Turandot que acabo de cantar en el Teatro Real ha marcado once años desde que debuté en este fantástico teatro: fue en 2012 con Cyrano de Bergerac. Mirando atrás recuerdo con especial cariño la producción de La Traviata con la que el Real abrió las puertas al mundo de la ópera solo cuatro meses después delconfinamiento debido a la devastadora pandemia; eso demostró que era posible llevar a cabo representaciones en vivo si se aplicaban correctamente los protocolos de seguridad. No era fácil tomar esa decisión, pero aplaudí en su momento por ello no solo a la dirección del teatro sino también a todos los colegas que participaron y, sobre todo y por su valentía, al público que acudió a esas funciones.

En fin, en el Real además he vivido, antes de eso, grandes noches con otras óperas como NabuccoLa BohèmeToscaUn ballo in mascheraGiovanna D’Arco e I due Foscari. Pero también recuerdo con mucho cariño las noches ante el público del Palau de Les Arts de Valencia, de la temporada de ABAO en Bilbao o del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, al que volveré esta próxima temporada con Turandot

¿Cómo se encuentra su voz ahora mismo? En el pasado atravesó algunos altibajos pero ahora da la impresión de sentirse más seguro con ella.

Así es, estoy más confiado y seguro que nunca. Esto no quiere decir que yo sea perfecto o que esté cantando mejor que nadie o mejor que nunca. No se trata de ser bueno sino excelente, hay que aspirar a lo máximo. Di Stefano era excelente, Del Monaco era excelente, Lauri Volpi era excelente… Yo aspiro a eso; no me vale con ser simplemente un buen tenor.

Quizá mucha gente piense que la carrera de un cantante es siempre una trayectoria ascendente, pero la realidad lo contradice una y otra vez, ¿no le parece?

Absolutamente, esa es una idealización completamente falsa. Una carrera consiste en dar dos pasos adelante para dar uno hacia atrás, y es así todo el tiempo, una y otra vez, caer y levantarse. Todos los grandes tenores tuvieron momentos de crisis: Aragall, Carreras, Corelli, Pertile, Del Monaco… Pero perseveraron al margen de lo que pensaran de ellos. Yo soy así, no concibo mi trabajo como cantante de otra manera.

Hablando de su repertorio, creo que está cambiando cada vez más y más. Supongo que planea incorporar pronto algún nuevo rol, ¿quizá Manrico está ya en su agenda?

Así es, ¿cómo lo ha sabido? (risas). Mi repertorio está en un proceso de transición que ya empezó algunos años atrás y que se va a terminar de consumar durante las próximas tres o cuatro temporadas. En mi agenda por venir, además de Manrico de Il trovatore que usted comentaba, están papeles como Andrea Chénier, muchos papeles de Verdi, más Puccini… Y por supuesto, Turiddu de Cavalleria rusticana que tengo tantas ganas de debutar en el Festival Cap Rocat de Mallorca.

¿Qué citas le aguardan este verano en su agenda?

Unos días después de Mallorca, el 12 de agosto, iré al Festival Birgit Nilsson donde haré Cavaradossi en Tosca junto a Joyce El-Khoury, maravillosa Tosca y gran amiga desde la época en la que ambos estábamos en la Academy of Vocal Arts de Filadelfia. También me espera un recital en el Théâtre du Capitole de Toulouse y más adelante grabaré mi siguiente álbum, conectado de alguna manera con el repertorio que iré haciendo durante los próximos años.

Foto: © Frances Marshal