© Dragana Branković

Katarina Bradić: "Hay que perderle el miedo a la ópera contemporánea"

Desde el 19 de junio, en la Staatsoper de Berlín, la mezzosoprano de origen serbio Katarina Bradić encabeza las representaciones de Cassandra, una ópera del compositor belga Bernard Foccroulle que ella misma protagonizó en su estreno en La Monnaie de Bruselas en 2023. En ocasión de estas representaciones conversamos con la mezzosoprano, afincada en Badalona y muy ligada al repertorio barroco desde los comienzos de su trayectoria. 

Estos días vuelve a protagonizar Cassandra de Bernard Foccroulle, una ópera que usted misma estrenó en 2023 en La Monnaie de Bruselas. ¿Qué nos puede decir sobre este título en particular y sobre la figura de Casandra, un personaje de enormes resonancias literarias y mitológicas?

Casandra, en la mitología clásica, era una princesa troyana, hija de  de Hécuba y Príamo, conocida por su belleza e inteligencia. Buscando el amor de Casandra, el dios Apolo le concedió el don de la profecía, la adivinación, pero cuando ella le rechazó fue condenada a que nadie creería jamás su pronósticos. En una de sus profecías ella vio la caía de Troya e intentó avisar a todos pero nadie dio crédito a su vaticinio. El personaje de Casandra tiene un carácter complejo, es una mujer desesperada que intenta evitar la catástrofe de Troya pero que es ignorada por todos.

Con respecto a la ópera de Bernard Foccroulle, el libreto actualiza la historia de Casandra en relación con la cuestión del cambio climático. Hay un paralelo entre la historia original, de la mitología, y la historia que vemos en escena, con un personaje llamado Sandra que es una científica que alerta a todos de los riesgos del cambio climático.

¿Cómo es la música de Bernard Foccroulle? Es por supuesto un autor contemporáneo pero tengo la impresión de que no resulta demasiado radical o experimental en su planteamiento.

Hay una combinación de varios estilos en su música. Por descontado es música contemporánea y hay pasajes más experimentales pero por lo general es una partitura donde encontramos momentos de una armonía tradicional muy logrados, con momentos de un sonido masivo en la orquesta que resultan realmente impresionantes. En cuanto a los cantantes, es una obra exigente aunque creo que Bernard Foccroulle logra crear una atmósfera muy auténtica, de resonancias mitológicas, con un aire místico, que se alterna a veces con pasajes más ligeros, casi próximos al teatro musical.

Creo que en Berlín la obra se escenifica en la misma propuesta con la que se estrenó en Bruselas, firmada por Marie-Eve Signeyrole.

Es un trabajo muy logrado; con pocos elementos, aunque cruciales y muy escogidos, bellamente elaborados además, consigue entrelazar la historia de la mitología clásica con las referencias a la actualidad. Hay un elemento importante en la historia, las abejas, que son cruciales para la vida en el planeta y que se están viendo muy amenazadas por el cambio climático. La directora de escena usa la forma del panal para recrear una parte de la escenografía, incidiendo en esa profecía sobre nuestra propia destrucción, en conexión con las advertencias de Casandra. 

Creo que hoy en día la ópera contemporánea todavía genera dudas importantes, hay cierta reluctancia por parte del gran público. Pero yo animaría al público a ver estas funciones de Cassandra en Berlín, es una historia muy contactada con nuestro presente y es un espectáculo bellísimo. Hay que perderle el miedo a la ópera contemporánea.

Me gustaría conocer algo más sobre su trayectoria hasta la fecha. Creo que los inicios de su carrera están muy ligados a la música barroca, si bien en fechas recientes la música contemporánea ocupa un lugar importante en su agenda, con estrenos como Justice de Héctor Parra o esta Cassandra que nos ocupa. 

Sí, los roles que más he interpretado forman parte del repertorio barroco, especialmente papeles de Händel como Bradamente y Orlando; también he interpretado la Ottavia de Motneverdi en L´incoronazione di Poppea y Penelope en Il ritorno d´Ulisse in patria. Por supuesto también he intepretado roles icónicos para la voz de mezzosoprano como Carmen e incluso tuve ocasión de cantar Dalila el año de la pandemia. Formé parte del ensemble de la Deutsch Oper de Berlín entre 2011 y 2014 y allí tuve ocasión de cantar una enorme cantidad de roles, muy diversos. 

Con respecto al repertorio contemporáneo lo cierto es que ha aparecido en mi agenda muy recientemente, casi le diría que en las dos últimas temporadas. Hasta entonces solo había formado parte de una producción de ópera contemporánea, con Die Eroberung von Mexiko de Wolfgang Rihm en el Teatro Real, en 2013. Y desde entonces nada hasta que en 2023 participé en el estreno de Cassandra en Bruselas, después protagonicé Macbeth Underworld de Pascal Dusapin en la Ópera Comique de París y finalmente Justice de Héctor Parra en Ginebra. 

Ha sido una inmersión intensa y profunda en la ópera contemporánea, un repertorio al que ahora siento que me puedo enfrentar sin temores. Es música exigente, qué duda cabe, hay mucha música que aprender y es un repertorio que requiere mucha concentración; además a menudo son propuestas escénicas intensas, pero para mí han sido experiencias muy enriquecedoras.

Es interesante ver en su agenda esta combinación de música barroca y repertorio contemporáneo.

Es una combinación interesante, sí, pero también implica saber organizar bien la agenda porque son repertorios entre los que no se puede alternar de cualquier manera. Hace falta cierto tiempo para cambiar entre ambos repertorios, no tanto por que sean estilos diferentes sino porque a menudo la ópera barroca y la ópera contemporánea manejan tesituras muy distintas. Este año, por ejemplo, entre enero y febrero, interpreté el Orlando de Händel en París, y es un rol para contralto, muy grave y con una coloratura exigente; de ahí tuve que pasar en mayo a los ensayos de esta Cassandra en Berlín, un rol que explora la práctica totalidad del rango vocal de una mezzosoprano, y esa transición requiere cierto tiempo de adaptación vocal. 

Con respecto a sus próximos proyectos, ¿qué nos puede adelantar?

Estoy deseando volver a cantar Orlando, esta vez lo haré en Luxemburgo. Además tengo ganas de cantarlo en plenitud de facultades; en París debutaba el rol y estuve enferma durante todo el periodo de ensayo y también durante las funciones, fue una experiencia difícil. Por eso tengo muchas ganas de cantarlo de nuevo, en mejores condiciones físicas. 

Estoy también muy contenta de volver cantar en Barcelona, una ciudad muy ligada a mí, de hecho yo vivo en Badalona. Ya habia actuado ahi con anterioridad, en dos ocasiones en el Palau de la Música y en l’Auditori en una version en concierto de Amadigi di Gaula con Dani Espasa y Vespres d´Arnadí. En esta ocasión participaré en Alcina de Händel, como Bradamente, en l´Auditori y con dirección musical de Philippe Jaroussky. Será divertido porque Jaroussky y yo cantamos juntos este mismo título, hace unos diez años, en Aix-en-Provence; él entonces era Ruggero, mi marido en escena, y esta vez será el director musical.

Fotos: © Dragana Branković