© Naemi Ueta
Moisés Marín: "Este estreno en Les Arts ha sido un reto de grandes dimensiones"
Conocido por su versatilidad vocal, el tenor granadino Moisés Marín forma parte del elenco que estrenará Enemigo del pueblo pueblo de Francisco Coll en el Palau de Les Arts de Valencia, el próximo 5 de noviembre. En ocasión de esta importante cita conversamos con él para conocer con más detalle esta obra, así como sus próximos proyectos.
Este mes de noviembre forma parte del elenco de Enemigo del pueblo, un estreno absoluto con el que el Palau de Les Arts conmemora su XX aniversario. Con música de Francisco Coll y libreto y escena de Álex Rigola, usted interpreta la parte del Alcalde. ¿Qué nos puede contar del proceso creativo de esta obra, a las puertas ya del estreno de la partitura?
La obra plantea un tema bastante universal y atemporal, la dicotomía entre la ética y el pragmatismo, que es lo que expresa la obra original de Ibsen, Enemigo del pueblo. En base a esa obra Álex Rigola ha hecho una adaptación del texto en la que se recogen cinco de los principales personajes de la trama, junto al personaje del pueblo propiamente dicho.
La historia, en pocas palabras, tiene que ver con un balneario en el que se descubren aguas contaminadas que hacen que los bañistas enfermen. El intento por dar a conocer este descubrimiento choca con diversos intereses en el pueblo y se genera un conflicto que tiene muchas capas.
A través de la música de Francisco Coll la obra se entreteje con algo muy reconocible para el gran público y especialmente para el pueblo valenciano, que es un pasodoble. Toda la partitura está hilvanada con un pasodoble deconstruido y reconstruido, que es la base precisamente del aria de mi personaje, el Alcalde.
La cuestión que plantea Álex Rigola con su propuesta es la de desdibujar la línea entre los buenos y los malos; en realidad se trata de dos visiones de una misma realidad, con sus respectivos intereses, etc. Ha de ser el público quien determine con quién se identifica, realmente.
¿Ha tenido la ocasión de participar activamente a la hora de dar forma a la partitura de su personaje? ¿Ha habido un diálogo con Francisco Coll en este sentido?
Sí, yo entré a formar parte de este proyecto hace ya un par de años. Francisco Coll se había interesado precisamente por mi vocalidad, buscando una escritura con bastante extensión vocal. En este sentido hemos ido viendo hasta qué límites se podía llevar el rol de una manera manejable.
La comunicación con Francisco ha sido fantástica; una vez que tuvo la primera versión de la obra me la hizo llegar y pudimos matizar algunas cuestiones, posibles pasajes con dificultades técnicas, etc.; siempre buscando una solución fiel a su idea musical y fiel también a mi instrumento. Su predisposición en este sentido ha sido fantástica; estamos hablando de alguien con un nivel de inteligencia y sensibilidad realmente fuera de lo normal.
Como director también ha hecho siempre un gran trabajo, remando siempre a favor de obra. Esta obra Enemigo del pueblo ha supuesto para mí un proceso largo, han sido muchos meses de estudio, pero también ha sido muy gratificante. Creo que el resultado final de estas funciones no va a dejar indiferente a nadie; es una música compleja, qué duda cabe, pero también es una obra con mucha pegada a nivel emocional.
© Miguel Lorenzo
Atendiendo a su agenda más reciente, lo cierto es que se advierte una vocalidad bastante flexible y versátil, atendiendo a repertorios realmente diversos. ¿Ha sido esta su primera experiencia con una obra de creación contemporánea?
Había tenido alguna experiencia puntual, en Granada tenemos por ejemplo a Héctor Eliel Márquez, pianista, director de coro y compositor con quien he colaborado y voy a colaborar en el futuro, este mes de diciembre estrenando varias de sus canciones junto a Rubén Fernández Aguirre. Pero no había tenido ninguna experiencia de esta envergadura con la música contemporánea. Es verdad esto que comenta de la versatilidad como algo que viene marcando mi agenda estos últimos años.
Este estreno en Les Arts ha sido un reto de grandes dimensiones y creo que llega en el momento justo; tengo la impresión además de que ha desbloqueado en mí algunas habilidades que no había explorado hasta ahora. Mi experiencia hasta la fecha, con los baritenores rossianianos y con Mitridate más recientemente, me ha llevado a desarrollar una tesitura amplia y a encontrar los recursos vocales con los que resolver ciertas situaciones técnicas más exigentes o complicadas.
En línea con esta cuestión, ¿en qué momento diría que está su instrumento? ¿Hacia dónde se encamina su agenda en los próximos meses? Tiene proyectos en Sevilla, Madrid, Barcelona…
Sí, y también voy a interpretar el War Requiem de Britten en el Auditorio Nacional en el concierto organizado en homenaje a las víctimas del terrorismo. Empiezan a llegar este tipo de propuestas más allá de los comprimarios que he hecho en España o los grandes roles que he hecho fuera como Pollione, que volví a cantar este verano en Grecia.
Pollione es ciertamente un papel muy revelador a la hora de valorar cuál es su vocalidad ahora mismo.
Sí, con el tiempo voy dominando más la tesitura y los extremos de mi vocalidad. Ahora tengo la impresión de tener un dominio bastante amplio de mi instrumento, he ido ganando confianza en este sentido, creo que conozco bien mis límites. En el horizonte pienso en Wagner, por ejemplo, siempre hablando de los roles de tenor de carácter.
Le iba a preguntar precisamente por Wagner. Al mismo tiempo le veo cantando Loge en el Anillo y Erik en El holandés errante.
Sí, estoy ahí en medio, podría hacer esos tenores de carácter típicamente wagnerianos y también algún otro rol más lírico como Erik. Pero tengo clarísimo que no soy un Heldentenor y ni yo ni nadie me ve cantando Siegfried, eso por supuesto. Sería una temeridad, aunque me llegaron a sugerir en su día que hiciera Parsifal.
Es verdad que tengo cierta facilidad con los idiomas y ahora estoy haciendo algunos roles, como se verá en el Smetana del Teatro Real, donde los comprimarios tienen mucha relevancia, son tenores de carácter con un peso específico y de los que se requiere una amplia paleta de colores y de tesitura.

¿Cómo encaja la zarzuela en todo esto? Es bien sabido que la vocalidad de la zarzuela para los tenores es una cosa muy particular y a menudo fronteriza. Tengo además la impresión de que esta profesión etiqueta demasiado rápido y el verle cantando ciertas cosas quizá impida que se le visualice cantando otras.
Sí, la zarzuela siempre está ahí como asignatura pendiente. En los últimos dos años es un tema que ha estado sobre la mesa. Yo he cantado Luisa Fernanda en versión de concierto y me he encontrado muy a gusto. Seguramente mi vocalidad no se ajuste con las zarzuelas más líricas, pero creo que iría bien con otros papeles de más carácter. No he hecho aún zarzuela escenificada pero pienso que mi voz podría encajar bien en una Tabernera del puerto, por ejemplo. Es un territorio por explorar, el en cualquier caso.
Una parte importante de su actividad, desde hace algunos años, ha estado consagrada a un empeño benéfico realmente encomiable, con Alma Lírica. ¿En qué momento se encuentra esta iniciativa?
Me considero una persona inquieta y esta causa me parece que merece toda mi dedicación. Alma Lírica está creciendo y va a crecer mucho en fechas próximas, si nada se tuerce. Estamos reestructurando algunas cuestiones de nuestro equipo y van a entrar pronto colaboraciones que nos van a dar mucho juego. La idea es hacer un proyecto solidario con una gran integración vertical, muy vinculado a Granada y a sus gentes.
El año pasado pusimos en marcha dos ramas: por un lado, Alma Senior, enfocado al acompañamiento de mayores en situación de soledad no deseada; y Alma Kids, para niños en situaciones de riesgo de exclusión. Todo ello bajo el paraguas de la Fundación La Caixa.
Toda nuestra actividad está orientada a recaudar fondos para Cris contra el cáncer, una fundación que recauda fondos para la investigación del cáncer infantil, en la unidad liderada por Antonio Pérez, intentando dar una oportunidad a los niños que están clínicamente desahuciados por el cáncer. Con sus tratamientos consiguen que uno de cada tres niños salga adelante.
