Benjamin Alard: "El intérprete debe olvidar el ego"
Órgano, clave y clavicordio no están entre los instrumentos más populares para las salas de conciertos, a no ser que se pertenezca a ese reducido, pero siempre creciente grupo de los conocedores de la Música Antigua. Y si este es el caso, Benjamin Alard, experto en esos tres instrumentos, es un nombre imprescindible. Inevitablemente, la conversación vuelve una y otra vez sobre Bach, el autor central de su actividad artística. A lo largo de la temporada 20/21 visitará el CNDM hasta en tres ocasiones, para interpretar la obra para teclado de Bach en el #ProyectoClavierÜbung. En la 21/22 promete volver, con otras tres citas. En enero de 2021, comparecerá en el Palau de la Música de Barcelona, en un recital que ha debido ser aplazado, debido al coronavirus. Antes, durante un respiro de la pandemia, hablamos de su visión sobre la Música Antigua y su interpretación.
Usted es obviamente un nombre prominente dentro de la generación actual de intérpretes de clave. Cuando uno piensa en este instrumento, inevitablemente le viene a la cabeza esta generación gloriosa que cambió la música: Leonhardt, Koopman y otros. ¿Qué es lo que ha cambiado desde entonces hasta ahora?
Me hace una pregunta que requiere una respuesta muy larga. Creo que cada momento es diferente. Si pensamos en interpretación tradicional, inevitablemente nos vienen a la cabeza los artistas que usted menciona. Pero es que ellos, en su generación, también estaban en un nuevo revivir de la Música Antigua. Por ejemplo, ellos tuvieron antes a Wanda Landowska, al principio del siglo XX.
Y también en el siglo XIX o en el siglo XVIII se interesaban por lo antiguo, no sólo por la música, sino también por los instrumentos o por objetos artísticos en general. Para mí, la diferencia es sólo que a principios del siglo XX Landowska enseñó su trabajo al público. Antes de ella, esta música se tocaba únicamente para grupos muy pequeños de personas estudiosas, no para el público. Ella fue la primera que la popularizó. Luego Leonhardt en su periodo hizo lo mismo, pero a su manera, diferente a la de Landowska. Mediante su investigación le dijo al público algo nuevo. Hoy en día todo es diferente, podemos escuchar a Bach al piano, en el clavicordio o en el clave. Pero para mí lo que cambia fundamentalmente es la relación con el público, porque este tipo de música y esta manera de interpretar se está haciendo cada vez más popular. Para mí, el trabajo y la manera de interpretar es la misma. Las diferencias tienen más que ver con el intérprete en particular que con la época.
Lo que ha cambiado entonces es la relación con el público, ¿Pero de qué manera lo ha hecho?
Lo que quiero decir es que el público de hoy sabe que la Música Antigua existe y tienen experiencia en ello. Antes era una novedad completa. Ahora, de alguna manera, se ha igualado al resto de la música clásica. Antes era una extravagancia y ahora es una parte más de la clásica.
¿Hemos perdido algo con esto?
En absoluto, hoy tenemos una cantidad de instrumentos increíble que no teníamos antes, con el trabajo empezado por la familia Dolmetsch, y la propia Landowska. Al revés, tenemos más, el trabajo nunca se acaba. Por ejemplo, en mi generación experimentamos con colores diferentes en los instrumentos, y antes se centraban en aspectos como la articulación. Lo más importante es continuar con el trabajo y el descubrimiento.
Por cierto, siguiendo con Landowska. Siempre que escucho su nombre me viene a la cabeza esta famosa frase suya que se refiere a Bach: “Tú interpreta a Bach a tu manera que yo lo interpretaré a su manera”. ¿Cómo interpreta usted a Bach?
(Ríe fuertemente) Landowska era una mujer increíble, tuvo que enfrentarse casi a una guerra para tener que explicar al público qué era la Música Antigua. Creo que no tenía otra opción más que decir algo así. Y creo que también es una expresión de abandono del ego. Era importante decir que ella no se interpretaba a sí misma, sino a Bach.
Bach es universal y nos enseña que, si confiamos en él y en su música y en su historia, cualquier cosa es posible. Tan solo tienes que ser honesto y entonces puedes tocarlo con una marimba, con una orquesta sinfónica o en cualquier transcripción. Si eres verdaderamente honesto hay algo que discurre soterrado, que puedes escuchar en cualquier interpretación.
Eso es lo que busco en mi interpretación, conectar con su música a un nivel muy profundo. Por ejemplo, si toco las Variaciones Goldberg, las puedo tocar de memoria e intento entrar en conexión con algo que no tenga que ver conmigo, sino con el espíritu de la música de Bach. No se trata de mí, de esa manera puedes también entender a Landowska. Si logras olvidarte de ti mismo, olvidar tu ego, conectarás con el espíritu de la música Bach
Entra usted este debate eterno sobre el papel del intérprete, especialmente en la Música Antigua. Hay una visión muy contemporánea que rescata al intérprete como el absoluto protagonista de la música y entiendo que lo que usted dice es lo contrario, defiende casi que el intérprete desaparezca, para de ese modo permitir que la música hable por sí misma.
Bueno, es que uno está ahí tocando, pero tienes que convertirte en la música que Bach escribió. Te conviertes en un instrumento. Una vez más, hablamos de olvidar el ego.
Detengámonos un momento en los instrumentos. Cuando hablamos de Música Antigua, la interpretación históricamente informada es un elemento muy importante. La recuperación de instrumentos antiguos es lo que ha posibilitado nuevas maneras de interpretación. Hábleme del clave. ¿Es el instrumento adecuado para Bach? Es un instrumento que tiene sus limitaciones, como no poder controlar las dinámicas, pero por otra parte esto también es parte de su encanto.
En Música Antigua existe un gran problema para los instrumentistas de teclado. Porque si tocas el clave o el órgano, en realidad estás tocando un instrumento con el que no tienes contacto directo con el sonido. Los instrumentos de viento madera sí lo tienen, pero nosotros no. Así que no es tan fácil crear musicalidad si no estás tan en contacto con el sonido. Por ejemplo, en el órgano puedes alargar la duración de las notas, pero no puedes darles dinámica, es un poco como tocar una máquina. Hay una excepción a todo esto que es el clavicordio. Aquí estás en contacto con las cuerdas y puedes hacer vibrato; también puedes hacer fortes, pianos -es muy íntimo, no puedes tocarlo en conciertos para cientos de personas-, pero esa manera de tocar con el teclado ha supuesto una auténtica revelación para mí. Durante muchos años, hasta entonces, mi trabajo de interpretación se centraba en encontrar trucos para darle vida a la música, a estos sonidos.
Con el clavicordio tengo la sensación de que puedo tocar como si fueran cuerdas o como si fuera mi voz, cantabile. Para mí, en la música de Bach, es el instrumento más importante. Un descubrimiento importantísimo para mí. Sin la sensibilidad que da este instrumento, sin conocerla, puedes pasarte toda una vida haciendo especulaciones sobre el sonido de esa música.
Y en el clave y el órgano, ¿cómo da usted vida a los sonidos?
Si tienes claro lo que quieres hacer, puedes lograr efectos mágicos. Puedes tocar un poco arpegiado o con un ataque más decidido en la mano derecha para hacer un solo. Hay muchos trucos que se pueden utilizar en el clave. Estos trucos ya se conocen desde hace tiempo, el mismo C.P.E. Bach los los describe en El arte del clave.
¿Y qué piensa usted de la improvisación? Esto era una característica fundamental de la Música Antigua. De hecho, de los intérpretes se esperaba que improvisaran. Parece que ahora se ha perdido. En un concierto de Bach nadie se atreve a improvisar mucho sobre su partitura. ¿Debemos improvisar más?
Para mí esto es muy, muy ,muy importante. Yo he sido organista y he tenido la oportunidad de practicar improvisación en los servicios religiosos en los que participaba y esto me ha enseñado mucho. Es un poco como el lenguaje. Si quiere usted entender un texto en cierta lengua, es deseable que hable esa lengua. Es como cuando observas a los niños pequeños aprender a hablar, lo hacen a través de la improvisación. Y si quiere usted entender la música de Bach, hay que hablar el idioma de Bach, el idioma de las progresiones y la improvisación. Para mí, esto es algo que falta en la música de Bach hoy en día.
Parece que usted habla de la improvisación como una manera de aprender, pero ¿qué hay de la idea de improvisación como algo que ofrecer a la audiencia? Hablo, por ejemplo, de tocar las Variaciones Goldberg en una sala de conciertos con grandes dosis de improvisación. ¿Es algo que usted haría o es tan solo una idea terrible?
Bueno, (ríe irónicamente) creo que todo depende en quién lo haga. Pero ¿por qué no? Si alguien es muy honesto con Bach, le muestra un profundo respeto y su intención es entenderle, entonces, ¿por qué no? Entonces todo es posible. Yo no estoy cerrado a experiencias nuevas y experiencias diferentes. Me gusta la idea, pero al final todo depende en cuál es el sentido, esa es la pregunta fundamental.
¿Qué hay del repertorio para el clave, clavicordio u órgano? Parece que es bastante cerrado. ¿Qué hay de crear nuevas obras para estos instrumentos, que no sean instrumentos de museo, tan solo para Música Antigua?
Esta es una pregunta muy interesante. A principios de los años 60 hubo muchas experiencias en este sentido. Para mí el revival de la Música Antigua tiene un componente de creatividad muy grande. Y, del mismo modo, crear piezas contemporáneas es muy interesante. Hace años Alain Louvier compuso unas obras en el estilo francés. También es interesante trabajar con autores que recuperan el contrapunto, como Björk.
Tengo un proyecto para el Orgelbüchlein de Bach, para hacer creaciones sobre las partes que están incompletas, para muchos de los corales que no están compuestos. Es una oportunidad perfecta para componer o improvisar, tal como se hacía en esos momentos en las iglesias.
Ante la pandemia, usted ha organizado la iniciativa Monsieur Bach joins you at home! ¿Cómo se le ocurrió y cómo se ha recibido?
Bueno, estaba en Normandía, solo en mi habitación, con mi clavicordio, y no podía tocar conciertos como solía hacer cada semana. Así que intenté darle al público una experiencia íntima, casera, como se hacía antes, con los compositores tocando música para ellos mismos. Fue una idea de la persona que se encarga de mis comunicaciones y redes sociales. Una manera de conservar el contacto con Bach, con la música y con la audiencia. Pero también hicimos otras cosas como cantar corales de Bach con muchos cantantes diferentes. Me pareció muy natural, lo hice de una manera sencilla con mi iPhone, quizá no con una gran calidad, pero para mí fue muy importante el poder dar algo en esta situación.
Después de esta entrevista se va usted a tocar a la iglesia. Me parece una manera muy auténtica de interpretar la música de estos autores. ¿Cómo se siente uno cuando toca música religiosa en un contexto religioso, es diferente?
No es tan diferente. En el mundo de Bach todo es sagrado, es parte de la creación de su obra.
Foto: Bernard Martínez.