libro farinelli martini

El continente y el contenido

Ascenso y caída del astro Farinelli contado por él mismo. Vega de Martini. Editorial Reino de Cordelia. Madrid, 2022.

Generalmente a la hora de reseñar un libro en esta sección nos fijamos, como es lógico, primordialmente en el contenido de la obra. Pero en el caso que nos ocupa, aunque la esencia del volumen está en el entretenido texto, es indudable que el continente, la excelente edición, hace que sea un plus en su lectura. Porque para los amantes de los libros, la edición también es importante. Tocar, hojear, contemplar las ilustraciones de un ejemplar con buen papel, excelente tipografía o exquisito diseño es siempre un placer. Estamos hablando de un volumen pequeño, manejable y bello (excelentes ilustraciones) que la editorial Reino de Cordelia (en su colección Paladares de Cordelia) ha dedicado a uno de los cantantes operísticos más famosos de la historia: Carlo Broschi, Farinelli. Concretamente el título completo del libro, que firma Vega de Martini (con una excelente traducción de Natalia Zarco y un interesante epílogo de Antonio Bonet Correa) es Ascenso y caída del astro Farinelli contado por él mismo. Y ese es el núcleo del texto que de Martini ha concebido como si fuera una autobiografía del famoso castrato dirigida e inspirada por su gran amigo (le llama constantemente “gemelo”), el dramaturgo también italiano Antonio Trapassi, más conocido como Metastasio, verdadero dueño de la escena europea en buena parte del siglo XVIII y cuya influencia también llegó al XIX.

La historia, por ser conocida, no deja de ser interesante, y la manera que la autora tiene de contarla resulta cercana y con facilidad el lector olvida que es una falsa autobiografía y se sumerge en la historia de un hombre que lo tuvo todo pero los mismos que le encumbraron, lo olvidaron. Después de recorrer Italia, Europa, y recalar por un tiempo en Londres, fue en la Corte de la España borbónica, la de Felipe V y su segunda esposa Isabel de Farnesio (de origen italiano y la que trajo a Farinelli al reino) donde el soprano de la Apulia triunfó.  Sobre todo con la llegada al trono de Fernando VI y Bárbara de Braganza, que supuso uno de los periodos más fecundos para las artes del siglo XVIII y de toda la época de la dinastía de origen francés. En ese Madrid (Palacios del Buen Retiro y Aranjuez, principalmente) abierto al gusto italiano, Farinelli no sólo triunfó como cantante sino también como promotor, director artístico y alma mater de las diversas celebraciones musicales (óperas, serenatas, grandes fiestas en las chalupas paseando por el Tajo) que se celebraron en ese reinado. El revés que supuso para él la muerte del rey Fernando y la ascensión de su hermanastro Carlos III le llevó a volver a su Italia natal, concretamente a Bolonia, donde acabó sus días, resentido con una suerte que al final le había sido adversa. Bonet Correa comenta en su epílogo, esta vez desde un punto de vista más historicista, el devenir de este inolvidable artista.