Homo Emotionalis
Chaikovski, vida. Alexander Poznansky. Editorial Akal, Madrid 2023
Un enorme aporte a la bibliografía mundial, y concretamente a la editada en castellano, sobre el gran Piotr Ilich Chaikovski supone el libro nuevo libro de un gran especialista en el compositor ruso como es Alexander Poznansky y que ahora edita Akal, una editorial imprescindible cuando hablamos de música clásica, dentro de su colección biografías que abrió hace unos años Henry-Luis de La Grange con su obra sobre Gustav Mahler. En este trabajo, el autor, se centra en crear un retrato veraz y contrastado sobre Chaikovski, una figura, que como pocas, ha sufrido una banalización de su biografía, un relato de su vida que se aleja de la realidad y que ha caído en diversos clichés que el historiador ruso-norteamericano lleva tiempo intentando refutar. Ya en su libro Tchaikovsky: The Quest for the Inner Man, señalaba los principales fallos y mitologías que se habían tejido alrededor del personaje y su vida sentimental, olvidando otras de sus facetas. Ahora con su nuevo libro quiere centrarse en poner el objetivo en otros aspectos del carácter, de la actividad o de las circunstancias vitales de Chaikovski.
El autor intenta centrarse en relatar una vida rica y variada, con infinidad de matices, lejos de la visión de la personalidad del biografiado como patológica y que acabaría con un suicidio dando la imagen de un Chaikovski martir de la causa homosexual dentro de un régimen represos y autárquico. En realidad el compositor murió de cólera y era de ideas conservadoras, muy a tono con la clase social a la que pertenecía, defensora de los valores tradicionales y de la monarquía zarista. Aunque su obra musical forma parte del libro, Poznansky deja claro que no es un estudio de la faceta compositiva del personaje sino un repaso exhaustivo de su bibliografía a partir de nuevas fuentes, especialmente epistolares, a las que ha tenido acceso desde la caída del régimen comunista.
No cabe duda para el autor que la personalidad de Chaikovski está influenciada por sus sentimientos, por sus emociones. Pero esto no lo ve como un defecto sino como parte fundamental de la evolución del ser humano. De hecho, en el prefacio, rompe una lanza a favor de la música del compositor, vilipendiado y rechazado por toda una serie de compositores y estudiosos posteriores que calificarán su obra de melodramática, pretenciosa y hasta kitch. Indudablemente libros como este son necesarios para liberarnos de tantas opiniones prepotentes y muchas veces basadas en suposiciones. Como dice Poznansky, y demuestra a lo largo de su excelente e imprescindible trabajo, Chaikovski “no se engañaba a sí mismo en términos morales; tampoco ocultó sus defectos, faltas y vicios reales, aunque nunca cruzó la línea que separa el candor del exhibicionismo. Era sin duda consciente de su valía como artista, pero en todos los demás aspectos se consideraba un ser humano corriente, sometido a un juicio sobrio por exigencia de su propia conciencia”.
