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De primer mano

Diario de Berlín. Arnold Schönberg. Acantilado. Barcelona, 2024.

Son abundantes en estos últimos tiempos libros relacionados con Arnold Schönberg. Es indudable el interés que suscita el impulsor del dodecafonismo y líder de la Segunda Escuela de Viena, que tanta influencia tuvo en la composición del siglo XX y que también llega hasta nuestros días. Fuera de polémicas y controversias que a veces provoca su figura, el pequeño volumen que ahora publica Acantilado nos sirve para conocer un poco más al músico y también al hombre. Y lo hace de la mano de una compilación de uno de sus discípulos más allegados y que estuvo en contacto no solo con él sino también, y eso quizá sea lo más importante, con su legado: Josef Rufer. El texto, traducido ahora con precisión por Roberto Bravo de la Varga, recoge distintos escritos recopilados y publicados en 1974 y de los cuales el más importante es el que da título al libro: Diario de Berlín. Como nos aclara el propio Rufer en el prólogo, Schönberg, nacido y residente en Viena hasta su exilio norteamericano en 1933, pasó tres largas temporadas en Berlin: desde mediados de diciembre de julio de 1903, desde finales de septiembre de 1911 hasta el verano de 1915 y desde principios de 1926 hasta mayo de 1933, esta última como profesor de la Academia de las Artes de Prusia (ahí es nada, un judio en la Academia en plena efervescencia del partido nazi que tomaría el poder ese mismo 1933).

De esos tres períodos, en el segundo el compositor llevó un diario que es el que ahora podemos leer. Es un breve resumen de su vida profesional en una parte muy breve de esa estancia, concretamente en 1912 (con un apéndice en 1915, la época en la que se gestaba una de las obras cumbres de Schönberg, Pierrot lunaire). Rufer ha evitado, en esta edición, publicar acontecimientos personales y que, según él, no aportan nada al conocimiento de la obra del vienés. Son pinceladas de su vida diaria, ensayos, clases, reuniones con otros compositores, comentarios sobre conciertos de otros colegas y sobre directores y músicos. Un pequeño mosaico de lo que era la vida musical berlinesa en una época de plena ebullición previa a la Primera Guerra Mundial y que enriquece nuestro conocimiento sobre el compositor.

Dos textos más forman parte del volumen. El primero es un comentario introductorio a una transmisión radiofónica de la ópera cómica de Schönberg Von Heute auf Morgen (De hoy a mañana), estrenada en Fráncfort en 1930. La obra, de un solo acto, gira en torno a la relación matrimonial y las absurdas convencionalidades que rodean a las relaciones sociales (lo que el compositor llama “ser moderno”). El texto más largo que se incluye en el libro es el escrito por el propio Josef Rufer en homenaje a su maestro. Surge cuando él mismo es enviado a Los Ángeles en 1957 a revisar el legado del compositor que había muerto en la ciudad californiana en 1951. Esta visita, tan nostálgica, da pie a Rufer para hacer un repaso de su relación con Schönberg desde sus años en Viena. Es un texto admirativo pero también nos proporciona, de primera mano, una imagen muy personal y humana del músico, de su vida musical y familiar, de su relación con la política y, como no, de su labor compositiva y la revolución que supuso esa evolución lógica que él emprendió desde su profundo conocimiento de la historia de la música que le había precedido.

Un libro que nos haga conocer algo más de la figura Arnold Schönberg siempre es bien recibido y este se lee con gusto por el testimonio de ese breve diario y por el cariño con el que está escrito el homenaje que le rinde su alumno.