Reivindicando a un gran compositor
Robert Gerhard, un quijote con nobleza de espíritu. Oriol Pérez i Treviño. Ficta Edicions. Girona, 2024
Parece que la figura de Robert Gerhard va haciéndose un lugar en la bibliografía de nuestro país. Si hace unos meses comentábamos un libro sobre su relación con su maestro y amigo Arnold Schönberg a través de parte de su epistolario, ahora nos llega la traducción al castellano de la biografía aparecida originalmente en 2022 en catalán firmada por Oriol Pérez i Treviño y editada por Ficta Edicions. Y es que entre el público melómano sigue sin ser conocido este compositor, clave por la introducción de la cultura hispana en ese movimiento que se llama la Segunda Escuela de Viena y que tanto revolucionó el mundo musical del siglo XX, pero también por su conexión con el mundo popular de su Cataluña natal y por la importante influencia que sobre él tuvo el musicólogo Felip Pedrell, una conjunción que hace de su obra algo especialmente interesante y personal.
Oriol Pérez reconoce desde el prólogo que él no es un especialista en Gerhard pero que su interés, o su pasión por el músico es una mezcla de “obligación moral y patriótica” hacia el compositor más importante e internacional de Cataluña en el pasado siglo. Pérez, modestamente, declara que ha ordenado y configurado diversos trabajos ya publicados, pero su prologuista, el director Edmod Colomer, le reconoce una investigación más profunda, sobre todo centrada en la formación de la personalidad musical de Gerhard partiendo de su tierra natal. Gerhard pertenecía a una familia suizo-alsaciana asentada en la tarraconense Valls, su ciudad natal, que lo envió a estudiar comercio a Suiza aunque la aspiración del joven era estudiar música como efectivamente hizo en tierras helvéticas (y luego en Múnich), donde se afianzó su deseo de dedicarse a la composición. A partir de ahí Pérez recorre la trayectoria vital de su biografiado con su vuelta a España a estudiar con Enric Granados y especialmente con Felip Pedrell, profesor fundamental en su vida y cuya trayectoria es bastante estudiada en este texto. Después de una tentativa de ser alumno del gaditano Manuel de Falla, el joven compositor recala en Viena después de haber tomado contacto epistolar con Arnold Schönberg. Este compositor sí que va a ser su referencia musical y un gran amigo y que marcará su personalidad musical, pero siempre mezclada con una impronta propia que auspiciará una obra singular y especialmente interesante.
Gerhard regresa a Cataluña en 1929, convencido que podría vivir de su ya floreciente carrera en su tierra natal, estableciéndose en Barcelona y emprendiendo la creación de la Orquesta Pau Casals (uno de sus grandes apoyos), pese a la reticencia del mundillo musical barcelonés a todas sus iniciativas. Este capítulo es de los más interesantes (y más extenso) del libro y nos da idea cómo fue la vida musical en una época tan convulsa pero tan creativa también como la de la II República. Con el final de la Guerra Civil, nuestro compositor se traslada primero a París y finalmente a Cambridge, en Inglaterra, donde vivirá hasta su muerte, acaecida en 1970. Esa última época, de intensa producción creativa y de gran éxito internacional, es abordada más tangencialmente. Porque esta biografía se ha centrado principalmente en la formación del músico y las influencias que tuvo y de manera destacada en el Gerhard implicado en la causa catalanista y en la modernización de la vida musical durante todos esos años que comentábamos de la República, lo que nos permite ir conociendo mejor la trayectoria de un músico extraordinario que aún no tiene el reconocimiento general que se merece.