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¿Arqueología?

El baúl de los genios, el despertar del músico olvidado. Antonio Pardo Larrosa. Editorial Rosetta. 2018

No dejan de sorprender algunos lanzamientos editoriales alrededor de la música clásica. Entre los últimos, el de Ediciones Rosetta con el sugerente título “El baúl de los genios,el despertar de músico olvidado”, que firma Antonio Pardo Larrosa con la colaboración especial de Carlos Quinto Villaescusa. La primera sorpresa viene porque este libro, que entiendo que se publicita como novedad, ya vio la luz en 2010 con el mismo título en la editorial de autoedición Libros en Red, donde, curiosamente, los autores eran a la par Pardo y Quinto, no haciendo diferencia de autoría entre ellos. De hecho, en la revista de música clásica y reflexión musical “Sinfonía Virtual” aparece un artículo, en enero de 2011, firmado por ambos escritores, exactamente igual al que ahora sirve de introducción al editado por Rosetta, texto que por cierto nes muy esclarecedor sobre el impulso que anima al autor (o autores). También en la contraportada del libro se nos dice que “El baúl de los genios” supone el segundo volumen de un proyecto más amplio. Y efectivamente hay también una edición de Libros en Red, pero de 2012, firmada por los mismos autores “El baúl de los genios, tras las huellas del músico perdido”. Carezco de información para saber si ese es el primer libro de la serie, aunque su publicación en esa editorial sea posterior. Un enredo aparente que seguramente tendrá su explicación dentro del intrincado mundo editorial español.

Una de las ideas básicas de Pardo en la introducción de la que hablaba más arriba es su clara vocación arqueológica. Quiere presentar al lector un amplio grupo de músicos, poco o nada conocidos según él y que injustamente han sido relegados dentro de la historia de la música pese a su indudable interés. Habla de años de investigación y estudio para conseguir “desenterrar” estos talentos oscurecidos por el marketing musical que se ha centrado en los llamados grandes: Beethoven, Mozart, Wagner o Bach entre otros. Realmente el que esta reseña escribe vuelve a sorprenderse ante esta afirmación ya que los autores que aparecen en el texto, sin ser, efectivamente, conocidos por el gran público sí que son contemplados por los diccionarios y la bibliografía especializada. Y tampoco hay que bucear mucho para encontrar información rigurosa sobre ellos en, por ejemplo, el “Grove Dictionary of Music and Musicians” que aunque en inglés es de fácil acceso y constituye generalmente el primer paso que consulta un investigador cuando decide introducirse en el estudio de un músico concreto. Por tanto mucho trabajo arqueológico no se deduce de lo referenciado en este “Baúl”. En la pléyade de nombres recogidos en el texto se cuelan algunos que, si no son de programación habitual en la sala de conciertos o los teatros de ópera, si que son bastante reconocidos, por ejemplo Auber, J.C.F. Bach, Bellini (aquí la sorpresa es mayúscula aunque se incluya por ser menos conocida su obra sinfónica que la operística), D’Albert, Duparc, Enescu, Loewe, Mercadante, Piccini, Schrecker o Wolf-Ferrari. 

La estructura del libro, en forma de diccionario, recoge una pequeña biografía del autor y su contexto histórico, al que acompaña, siempre al final, una nota: “Con lupa”. Aquí se señalan una o dos obras destacada del compositor y que nos vemos obligados a suponer, porque no hay referencia alguna a ello (aparece simplemente el nombre de la composición y su número de catalogación), que Pardo considera o su mejor obra o la más representativa de su trayectoria. El catálogo es amplio y la atención prestada a cada uno de los autores diversa. Pero siempre hay una sensación de superficialidad que no abandona al lector en ningún momento. ¿Obra divulgativa? Puede. Seguramente habrá amantes de la clásica que encuentren autores apreciables (nunca genios enterrados, pienso sinceramente) que amplíen su mundo musical. Pero lo que es evidente es que este trabajo está lejos de ser una ardua labor arqueológica, apelativo que honestamente deberíamos dejar para investigaciones de mayor enjundia.

Foto: Editorial Rosetta.