isidoro fagoaga libro

WAGNER A LA ITALIANA

Isidoro Fagoaga, el tenor olvidado. German Ereña Mínguez. Gobierno de Navarra. Pamplona, 2018.

Parece claro que el ser humano se ve inclinado a olvidar el pasado y no aprender de los errores que sus antecesores cometieron. Olvidamos con mucha facilidad, sobre todo en aspectos históricos que si los conociéramos bien nos ayudarían en gran manera a comprender los acontecimientos que ahora vivimos. Esta perorata me sirve como excusa para reivindicar esas disciplinas que hoy por hoy se van abandonando por considerarse obsoletas y, sobre todo, inútiles: la filosofía y otros estudios humanísticos son relegados a recónditos departamentos universitarios, casi sin alumnos, porque no casan con las nuevas tecnologías y la ciencia. Evidentemente es un error que más pronto que tarde pagaremos. Pero esa es ya otra historia. Por eso es importante la reivindicación y más que eso, el conocimiento, de nuestro pasado para saber dónde estamos y también para valorarnos en ciertos aspectos donde nos creíamos una cultura de segunda. Por ejemplo en música, y concretamente (y es lo que vamos a tratar en esta reseña) en ser cuna de grandes cantantes de ópera que son parte fundamental de la historia de la interpretación de ésta.

Este demasiado largo (pero creo que necesario) preámbulo me permite presentar la excelente monografía que German Ereña Mínguez ha escrito sobre el tenor (y también escritor) Isidoro Fagoaga. Hay que reconocer que el trabajo de Ereña es exhaustivo y perfectamente documentado (como se puede comprobar en el anexo correspondiente y las aclaratorias notas a pie de página que jalonan el texto). Aunque la idea fundamental del texto es dar a conocer la vida y obra de Fagoaga, el mismo autor reconoce que el formato y la extensión de dicho texto puede resultar un poco intimidatoria al lector menos avezado. Pero como en todo libro de este tipo, recomendaría al lector que abordara los capítulos  que más le interesen (dejando para una posterior lectura el resto), pues la biografía del ilustre navarro bien merece conocerse. Yo mismo, aunque he repasado la parte dedicada a su vuelta del exilio y su dedicación a la literatura, me he centrado más en seguir su trayectoria como cantante de ópera.

Esta pasión musical nació de forma fehaciente (no están concretados sus escarceos en el coro de su villa natal) en su primer viaje a Argentina en el que buscaba un futuro económico mejor. Allí, en el mítico (ahora, entonces, principios del siglo XX, estaba recién inaugurado) Teatro Colón empezó a acudir a representaciones operísticas. En una de ellas, concretamente del Rigoletto verdiano protagonizado por el gran Titta Ruffo, se dio cuenta que su vocación era el canto, y con tesón y esfuerzo empieza sus estudios, primero en Buenos Aires y más tarde en Milán. La Gran Guerra truncó esta formación y el tenor volvió a España, empezando a compaginar la escritura (con publicaciones en periódicos y revistas)  con el canto. Fue en Madrid donde debutó, en el papel de Samson, en Samson et Dalilla de Camille Saint-Saëns. Comienza ahí una carrera llena de éxitos pero que se enfoca especialmente a la ópera wagneriana cantada en italiano (algo completamente frecuente y normal entonces en teatros latinos). Ahí es donde Fagoaga se convierte en el heldentenor más reconocido de su época, referencia absoluta en papeles como Parsifal, Sigfrido o Tristán; cantando habitualmente en los grandes teatros italianos y de otros países bajo las batutas más prestigiosas, como la de Toscanini o del mismo hijo de Wagner, Siegfried.  

Pero el bombardeo de Guernica, durante la Guerra Civil, fue un golpe demasiado duro para él pues Italia era aliada del régimen franquista y le hizo abandonar su carrera artística, trasladarse a San Juan de Luz y dedicarse desde entonces a su carrera literaria. Ya, simplemente con estas escasas pinceladas, sobrepaso el espacio que solemos dedicar a una reseña. En el libro hay muchísimo más y es completísimo a nivel bibliográfico y documental. Sin duda alguna, Isidoro Fagoaga no será ya el “tenor olvidado” para quien se acerque a este interesante volumen.

Foto: Gobierno de Navarro.