UN HOMBRE DEL ROMANTICISMO
Cuentos de música y músicos. E.T. A. Hoffmann. Ed. Akal, Madrid, 2019
No sólo hay hombres del Renacimiento, aquellos que en los siglos XV o XVI revolucionaron el mundo del arte y la cultura dedicándose a mil y una actividades distintas, abarcando materias antes separadas y estancas. Hay también hombres del Romanticismo, artistas que a comienzos del siglo XIX, en pleno auge de este movimiento, no dedican sus energías ni su impetuoso impulso a una sola de las artes sino que, con desigual éxito, quieren expresarse con diversos lenguajes. E.T. A. Hoffmann (Ernst Theodor Amadeus, aunque en realidad su tercer nombre era Willhelm, pero se lo cambió como homenaje a Mozart) es uno de estos hombres (y mujeres) románticos que se esforzaron en varias disciplinas aunque en la actualidad sean sólo conocidos por una de ellas. Fue músico, pintor, dibujante, caricaturista y claro, escritor. Por esta actividad ha pasado a la posteridad y por llevar su nombre (y uno de los géneros literarios que mejor cultivó) una de las óperas más conocidas del repertorio Los cuentos de Hoffmannde de Jacques Offenbach. Ahora la editorial Akal, en su colección Básica de Bolsillo, retoma alguno de los relatos más conocidos del alemán relacionados con la música y los músicos.
El volumen comienza, de manera didáctica, con una introducción en la que se van tratando una serie de aspectos que enmarcan y contextualizan los cuentos. Se repasa la situación política de la Alemania (que aún no existía como tal) de la época, los otros grandes literatos del momento, con Goethe como figura más destacada, para rematar con unas páginas dedicadas al autor y su obra. De ahí pasamos a los ocho relatos que conforman la selección y cuya edición ha estado a cargo de José Sánchez López. Todos tienen en común (además de la temática musical, claro está) ese estilo tan personal de Hoffmann que mezcla con habilidad inusual el sarcasmo, la reflexión sesuda, la pasión romántica, lo real y lo fantástico. Y sobre todo les une el placer que proporciona la lectura de una historia que fluye con soltura, que entretiene a la vez que te hace reflexionar.
Las influencias de cada uno de los cuentos son variadas y se nos comentan en la ya nombrada introducción. A El caballero Gluck se le considera el primer relato (o por lo menos el primero relevante) de su trayectoria como escritor, y el tema fue inspirado por el editor de la por entonces más importante revista musical alemana, la Allgemeine Musikalische Zeitung, editada en Leipzig y donde también se publicaría otro cuento de Hoffmann de este volumen, El enemigo de la música. Dos son los que tienen relación con España: Don Juan (historia que había puesto de actualidad pocos años antes Mozart con su Don Giovanni), y El Sanctus (en el que el exotismo del reino nazarí de Granada y su conquista por los Reyes Católicos atrapa al lector). Otro (El consejero Krespel) lo utilizarán los libretistas de Offenbach para su ópera. Completan la lista La fermata, El barón de B y La contienda de los cantores (que sin duda Wagner conoció y pudo ser parte de su inspiración para Los maestros cantores de Nuremberg). Cualquiera de ellos se sigue leyendo con gusto doscientos años después y muchos de los defectos y virtudes del mundo musical (de los cantantes, compositores, músicos, críticos o aficionados) se podrían extrapolar perfectamente a nuestro tiempo. Todo cambia, pero no tanto como creemos.
