kaiserkern boccherini

EL ITALIANO ERRANTE

Luigi Boccherini, el clasicismo mediterráneo. Babette Kaiserkern. Ed. Arpegio. Madrid, 2018

Si muchas de las biografías de los músicos de todos los tiempos, pero especialmente los que desarrollan su labor en el siglo XVIII y más si son italianos, son un trasiego trepidante por la mayoría la de las cortes europeas, la de Luigi Boccherini no tiene nada que envidiar a ninguna de las de sus compatriotas. Y no sólo eso: su amplio corpus compositivo está depositado en una extensa cantidad de archivos europeos. De todo ello y mucho más da cuenta el libro que la editorial Arpegio ha sacado hace poco tiempo al mercado: Luigi Boccherini, el clasicismo mediterráneo, de la estudiosa alemana Babette Kaiserkern. En un esclarecedor prólogo, el profesor Germán Labrador nos aclara la relevancia de esta publicación y la razón del subtítulo elegido. Labrador hace un repaso a la bibliografía que sobre el maestro de Lucca se ha ido publicando desde el siglo XIX. Han sido pocas las biografías dedicadas al músico, pero todas contienen importante información y algunas han sido de gran calado no sólo por lo estrictamente biográfico sino por la catalogación de la obra de Boccherini, aunque ésta aún no esté completada. La publicada por Kaiserkern, traducida, con el apoyo del Instituto Goethe, por Ana Ferri y con el apoyo de la Asociación Luigi Boccherini, tiene dos características especiales. Por una parte, ser la primera del compositor que se publica originalmente en alemán , y por otra, que hace una importante aportación sobre la estancia alemana del músico. También se aclara en este prólogo esa denominación de clasicismo mediterráneo, término usado en contraposición al vienés, capitaneado por Mozart y Haydn, mientras que éste lo sería por Brunetti y el propio Boccherini.

El libro, ajustada biografía en la que se van intercalando comentarios sobre distintas composiciones de Boccherini, se lee con gusto porque el estilo y la redacción del mismo no es pretenciosa ni entra en tecnicismos solo al alcance del mundo musicológico. Esto no le resta valor en absoluto sino que hace que el lector con conocimientos medios o que se acerque a la figura de un compositor tan unido a España (de hecho, como es sabido, murió en nuestro país, protegido por la corte borbónica, en 1805) pueda hacerse una idea la vida tan poco asentada que llevaban los músicos de este siglo (siempre al albur de la suerte o el gusto cambiante de los más poderosos) y conocer sus mejores trabajos. Uno de sus mayores protectores fue el infante Don Luis de Borbón (de hecho parece que él es uno de los personajes que de la familia del infante pintó Goya  en el maravilloso cuadro que se conserva en la fundación Magnani-Rocca de Parma); para él compuso obras sobre todo de cámara, como sus quintetos encuadrados en el Op. 11, que incluye en el nº5 el celebérrimo minuetto. Estando aún al servicio de Don Luis, es llamado por Federico Guillermo II de Prusia para ser “Profesor de música al servicio de Su Majestad” y encargarle algunas obras. En esta misma época la corte prusiana es visitada por Beethoven, lo que indica el interés del rey por la música. La relación que mantuvo el de Lucca con Federico Guillermo y el estudio de la composiciones que se conservan en los archivos berlineses es de las aportaciones más interesantes a la bibliografía existente que hace Kaiserkern, en este libro de indudable interés para todos que quieran conocer a una figura fundamental del clasicismo europeo como es Luigi Boccherini.