Vizoso Vivaldi 

“Instrucciones para tropezarse a Vivaldi y otros ensayos (v. 2.0)”, Javier Álvarez Vizoso. Ed. Independiente, 2018

El texto del programa de mano ya casi se puede considerar ese género literario dado a luz en las salas de música. Y aunque a menudo sus funciones se reducen a resumir biografías y enumerar fechas, a veces nos encontramos con firmas que van más allá de los “wikidatos” y nos introducen en la fantasía que tendrá continuidad en la música del concierto, como pasa con Vizoso. A lo largo de treinta relatos breves, que en su día funcionaron como notas a algún programa, el autor nos muestra desde su perspectiva los perfiles de diferentes compositores en una combinación de filosofía, historia y ensoñación personal. Y es de este modo como, sin querer, va dejando caer importantes citas estéticas y musicales que luego darán mucho que pensar. Es por eso que la lectura se hace curiosa, ya que siempre ofrece una visión muy distinta sobre compositores que nos resultan familiares, aunque algunas veces los haga descender del Olimpo al mundo de los mortales y eso nos produzca algunos picores. Otras veces revuelve entre los desechos que quedaron del ser humano que se esconde detrás de monumentales partituras, y en este sentido resultan especialmente llamativos los textos sobre Mahler (a quien recuesta en el diván) o Wagner de quien, por ejemplo, dice que la “armonía se le pudría entre las manos”. 

Estos relatos están agrupados en cinco bloques organizados no sólo por orden de estilos, sino también de algún modo por su temática: “Relatos de la segunda edad”, “Los agujeros del canon”, “Rebelión”, “Rebelión 2.0”, “La eternidad murió mañana”. De todos modos, poco importa el orden en el que se lean ya que cada uno se sostiene sin ayuda de los demás. 

Es por todo esto que da igual lo mucho o poco que se sepa sobre los grandes compositores y sus obras o sobre música en general, porque en este libro siempre se va a encontrar algo nuevo. Escrito en un tono relajado y en ocasiones denso por la profundidad de los pensamientos que plantea, encontramos en él trazos de humor a veces pesimista, a veces gamberro. Resulta ideal para acompañar con la escucha de las composiciones a las que se refiere, para degustarlo en trayectos breves debido a su formato y para conservarlo en la estantería, ya que el material que ofrece resulta muy sugerente y muy útil debido a la cantidad de citas que encontramos.

El carácter del libro ya se desvela en el título, al cerrar la última página nos damos cuenta de que las ‘instrucciones’ consisten en no seguir instrucción alguna, de hecho y a modo de epílogo, el autor nos propone olvidarnos de la música en un texto de nuevo irónico pero lamentoso. Recomendado a profanos, melómanos, profesionales de la música y aficionados a las buenas lecturas.