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El Liceu amplía sus Anales con materiales desde el año 1939 hasta la temporada actual

El Gran Teatre del Liceu continúa ampliando la base de datos que hizo pública en enero de 2020 y habilita una nueva etapa del Teatre que comprende el período entre laprimavera de 1939 a la temporada 1980/81. Desde hoy, los usuarios podrán consultar cientos de fotografías, programas de mano e información artística de las óperas, ballets y conciertos de los últimos 80 años, desde finales de la Guerra Civil hasta la temporada actual.

El Teatre perduró en manos de la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hasta el estallido de la Guerra Civil, momento en el que el Teatre es nacionalizado por la Generalitat de Catalunya. A finales de los años 70 del siglo XX, el sistema de financiación estaba del todo obsoleto en relación con los grandes teatros de ópera de Europa. En 1980, con la muerte del último empresario, Joan Antoni Pàmias, las administraciones catalanas toman conciencia del valor histórico y cultural de la institución y el 11 de diciembre, mediante un decreto de la Generalitat, se crea el Consorci del Gran Teatre del Liceu. En un primer momento formó parte la misma Generalitat, el Ajuntament de Barcelona y la Societat del Gran Teatre del Liceu; posteriormente se añadió la Diputació de Barcelona y el Ministeri de Cultura.

A nivel artístico, en la década de 1940 la estructura de los espectáculos queda fijada en una temporada de invierno con ópera, una de primavera con ballet y una de Cuaresma. Esta última perdura hasta la temporada 1953/54.

El Teatre continuaba funcionando con un repertorio conocido y apreciado por el público, centrado más en la calidad de las voces que en la escenografía, el coro o la orquesta. Los títulos más programados de esta temporada siguen siendo los italianos: Il barbiere di SivigliaAida, Rigoletto, La traviata, La bohème o Madama Butterfly; el repertorio francés queda reducido a Carmen, Faust, Manon, Samson y Werther. En el mundo germánico continúa la primacía absoluta de los títulos wagnerianos, equiparables en programación a los italianos más populares: Tristan und Isolde, Die Walküre (La valquíria) y Lohengrin. Mozart se incorpora plenamente al repertorio, especialmente Le nozze di Figaro, seguida de Don Giovanni, Così fan tutte, Entführung aus dem Serail (El rapto en el serrallo) y Die Zauberflöte (La flauta mágica); Strauss se reduce a tres grandes títulos: Rosenkavalier (El caballero de la rosa), Salome y Elektra. Entre 1939 y 1944, la compañía más habitual fue la Ópera de Frankfurt. Un hecho singular en la historia artística del Liceu fue la visita del Festival Bayreuth la primavera de 1955, que se materializó en los Festivales Wagner con las innovadoras propuestas escénicas de Wieland Wagner.

De este periodo destacan los estrenos de óperas italianas contemporáneas que representan una evolución de las corrientes anteriores románticas y veristas. Sobresalen autores como Salvatore Allegra, Licinio Recife, Vieri Tosatti, Jacopo Napoli, Ildebrando Pizzetti, Renzo Rossellini, Gianfranco Menotti, Luciano Chailly y Raffaello de Banfield.

La tradicional pasión liceísta por las grandes voces se encuentra en estos años en una situación especialmente propicia, puesto que pasan por escena las figuras más importantes de la lírica internacional. Entre el público y estos artistas se produce una relación de agradecimiento y devoción que estimula la mitificación de los artistas y garantiza la continuidad del Teatre.
Tres sopranos destacan por su vinculación personal con el Teatre: Victoria de los Ángeles, que fascinó al público con su estilo puro y elegante desde su debut en el rol de La condesa en Le nozze di Figaro; Renata Tebaldi, soprano ya consagrada en el momento de su debut en el Teatre, fascinó al público hasta convertirse en un ídolo del coliseo y de la ciudad. Sin duda la artista más plenamente identificada con el Liceu es Montserrat Caballé, tanto por su calidad altísima como por su presencia en la programación durante más de 30 años.

Otras voces femeninas queridas por el público son las de Maria Caniglia, Giulietta Simionato, Ebe Stignani, Fedora Barbieri, Kirsten Flagstad, Elisabeth Schwarzkopf, Gertrude Grob-Prandl, Astrid Várnay, Lisa della Casa, Birgit Nilsson, Maria Callas, Virginia Zeani, Fiorenza Cossotto, Magda Olivero, Grace Bumbry, Joan Sutherland, Renata Scotto, Leyla Gencer, Mirella Freni, Marilyn Horne, Ángeles Gulín, Ghena Dimitrova, Elena Obraztsova, Leonie Rysanek o Edita Gruberová, entre otras.

Dos tenores catalanes han emocionado de una manera muy especial a los espectadores: Jaume Aragall y Josep Carreras. Otras voces masculinas muy valoradas son las de Mario Del Monaco, Giuseppe Di Stefano, Wolfgang Windgassen, Mario Filippeschi, Carlo Bergonzi, Franco Corelli, Alfredo Kraus, Richard Tucker, Plácido Domingo, Eduard Giménez, Dalmau González, Pedro Lavirgen, Luciano Pavarotti, Hans Hotter, Manuel Ausensi, Ettore Bastianini, Piero Cappuccilli, Cornell MacNeil, Vicenç Sardinero, Joan Pons, Carlos Álvarez, Sherrill Milnes, Boris Christoff, Cesare Siepi, Bonaldo Giaiotti y Nicola Ghiaurov.

Entre 1939 y 1981 dirigen en el Teatre personalidades de gran fama internacional como Napoleone Annovazzi (director musical del Teatre de 1947 a 1952), Eugene Ormandy con la Orquesta Sinfónica de Filadelfia (1955), Georg Szell con la Orquesta de Cleveland (1957), William Steinberg con la Orquesta de Pittsburg (1964), Karl Böhm con la Orquesta Filarmónica de Viena (1965), Herbert von Karajan con la Orquesta Filarmónica de Berlín (1972), Georg Solti con la Orquesta de París y Lorin Maazel con la New Philarmonia Orchestra de Londres (1974).

En relación con la danza, pasan por el Teatre compañías como la del Marqués de Cuevas, los Ballets de Montecarlo, el Ballet de L’Opéra de Paris, el New York City Ballet, la Compañía Igor Moisseiev, el Ballet de Teatre Kirov de Leningrado, compañías de Sofía, Belgrado, Praga, Brno, el Ballet du Rhin, la Ópera de Estrasburgo, el London Festival Ballet y el Ballet del Théâtre Français de Nancy. También se consolida el Ballet Estable del Gran Teatre del Liceu bajo la dirección de Joan Magriñà, cargo que posteriormente asumió Assumpta Aguadé.

Esta nueva etapa se suma a los miles de registros que el Teatre abrió para documentar la etapa comprendida entre 1981 y la actualidad. Desde ahora y hasta la celebración del 175 aniversario del Liceu en abril de 2022, se abrirán gradualmente el resto de temporadas por tramos hasta publicar todo el legado artístico y cultural del Teatre desde su inauguración en 1847, unos tramos que coinciden con las etapas clave en la historia del Gran Teatre del Liceu (en rojo están marcadas las etapas abiertas):

1999-2020. El Liceu después de la reapertura y hasta a día de hoy.

1994-1999. Mientras el Liceu estaba en proceso de reconstrucción.

1981-1994. Desde la creación del Consorci del Liceu hasta el incendio.

1939-1981. Desde el fin de la Guerra Civil hasta la muerte del último empresario, Joan Antoni Pàmias.

1936-1939. Durante la Guerra Civil.

1894-1936. Tras la bomba Orsini y hasta el inicio de la Guerra Civil.

1862-1893. Desde la inauguración del segundo edificio hasta la bomba Orsini.

1847-1861. Desde la inauguración del Liceu hasta el primer incendio.

Los Anales son fruto de la investigación de Jaume Tribó, maestro apuntador del Teatre desde 1975, que ha trabajado conjuntamente con el Archivo de la Fundación del Gran Teatre del Liceu para hacer pública la historia artística del coliseo barcelonés.

Más información aquí. Nota de prensa: Gran Teatre del Liceu.