Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano prosiguen con su proyecto dedicado a Monteverdi en el Liceu
Los madrigales de Monteverdi son un catálogo imprescindible dentro de la historia de la música y representan la culminación de un género. Sin embargo, en su evolución también dan paso al nacimiento de otro género nuevo: la ópera. Agrupados en nueve libros y publicados entre 1587 y 1651, el Liceu continúa este fascinante viaje por este corpus entendido como ejercicio de proto-ópera y un teatro de las emociones con el concierto de Los madrigales de Monteverdi (III)
Esta temporada, el Liceu comienza por Il secondo libro de madrigali a quinto voci, que se publicó en 1590, cuando el compositor tenía 22 años, y que representa la conquista de la pureza estilística y de la metáfora visual. Ninguna otra colección del compositor está tan inundada de imágenes visuales y descripciones de la naturaleza (ríos, amaneceres, brisas, pájaros, flores, cielos, fuentes…). Con el primer barroco todavía en estado incipiente, Monteverdi logra el triunfo en la descripción visual de la naturaleza mediante una música heredera de todo el legado renacentista. Es un homenaje a la naturaleza, también un canto al amor. Y es por eso que el segundo libro de madrigales ha sido en tantas ocasiones definido como "metáfora visual".
Publicado en 1590 este segundo libro capta un estilo vinculado al polifonismo del gran madrigalista del Cinquecento Luca Marenzio y en ellos se elabora una música profundamente emotiva y pura. Fiel a la palabra poética, Monteverdi sigue los cánones estéticos de la prima prattica, l’stile antico, propio del último Renacimiento, en contraposición al manierismo que utilizará posteriormente en la seconda prattica, más libre en el uso de la armonía y la polifonía. Una veintena de madrigales musicados sobre poemas de Casoni, Bentivoglio, Bembo, algunos también anónimos, y en su mayoría de Torquato Tasso, conforman este segundo volumen. Constan Se andasse Amor a caccia, Dolcemente dormiba mi Clori, Non si levantaba ancla el alba novela y de entre los que sobresale Ecco mormorar el onde, una plena conjunción entre texto y música e imbuyen al público dentro de la naturaleza.
No es casual que este conjunto fuera publicado con el objetivo de propiciar su posible contratación en Milán y que captara la atención de la corte de Mantua y del duque Vincenzo Gonzaga. Aquí Monteverdi establece ya las coordenadas de una fascinante ecuación entre oído y vista.
Rinaldo Alessandrini
Clavecinista, organista y pianista, además de fundador y director de Concerto Italiano. Con una trayectoria de más de cuarenta años en la música antigua, además de su actividad con Concerto Italiano, realiza una intensa actividad como solista en festivales de todo el mundo. Su vocación hacia la música italiana ha hecho uno de los mejores intérpretes de Monteverdi, a través de un ciclo completo de sus obras que se ha escuchado en el Teatro alla Scala de Milán en coproducción con la Opéra National de Paris, dirigido porRobert Wilson. En su vertiente como director, ha dirigido un gran número de formaciones, como laOrchestra del Maggio Musicale Fiorentino, Orquesta Ciudad de Granada, Detroit Symphony Orchestra, Orchestra della Toscana, Scottish Chamber Orchestra, Sinfonía del Norte, Orchestra of the Age of Enlightment, Boston Handel & Haydn Society, Freiburger Barockorchester y Orchestre Sinfónico de La Monnaie, entre otros. Debutó en el Gran Tetre del Liceu la temporada 1998/99 con Alcina.
Concerto Italiano
Formada en 1985, su historia coincide con el renacimiento de la música antigua en Italia. Monteverdi, Bach yVivaldi fueron los principales pilares sobre los que el grupo pudo renovar el lenguaje de la música antigua, descubriendo aspectos estéticos y retóricos completamente nuevos en ese momento. Tras estos años de trayectoria, las grabaciones de Concerto Italiano siguen siendo consideradas versiones de referencia. La formación ha visitado teatros, auditorios y festivales de todo el mundo. Concerto Italiano creó la trilogía Monteverdi en el Teatro alla Scala de Milán y en la Opéra National de Paris, dirigida por Bob Wilson entre los años 2009 y 2016. Ha recibido distinciones destacadas, como cuatro Premios Gramophone (1994, 1998, 2002 y 2004), también tres premios de la crítica discográfica alemana, el Premio Cini, cinco premios en el Midem de Cannes, además de dos Disque del Anée (1998 y 2005) y Grabación del Año por Amadeus (1998), entre otros. En 2002 recibió el Premio Abbiati por toda su actividad.
Nota de prensa: Gran Teatre del Liceu. Más información aquí.
