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Gregory Kunde: Carta abierta al equipo humano de Les Arts

A través de un comunicado público que reproducimos a continuación, el tenor estadounidense Gregory Kunde ha querido agradecer al equipo humano del Palau de Les Arts el esfuerzo ealizado para hacer posible su debut como Samson a pesar de su lesión. Dice así:

 

Cuando sucedió, supe que estaba roto. Todo lo que pude pensar fue "¿y ahora cómo voy a poder hacer estas funciones?" Nunca habría imaginado lo que iba a suceder en los días posteriores a mi accidente.

En primer lugar, déjenme explicar en pocas palabras lo que ocurrió el 16 de diciembre. Durante un ensayo en Les Arts, mientras me incorporaba a la escena, me deslicé hacia abajo por una rampa, cayendo cada vez más deprisa (a pesar de haberlo practicado en numerosas ocasiones). Incapaz de reducir la velocidad, caí torpemente sobre mi pierna y terminé fracturándome el tobillo derecho.

Esto me obligó a llevar una "bota ortopédica" y a usar muletas cada vez que necesitaba moverme. De hecho, me aconsejaron que tuviera el pie en reposo tanto como fuera posible.

Así que, ¿qué hacer? Desde luego, no podía continuar como Samson. No como ese héroe fuerte y de larga melena que es Samson. ¡Si ni siquiera podía caminar! No había ninguna forma de hacerlo, pensé.

Pues bien, eso no entraba en el pensamiento de Davide Livermore. ¡¡Estaba decidido a hacer los cambios que hicieran falta en el escenario y en los decorados para asegurarse de que YO PUDIERA hacer esas funciones!!

Así que, durante el parón navideño, él junto con el equipo de La Fura dels Baus y el equipo técnico del Palau dieron con la ingeniosa idea que me permitiría estar en escena durante toda la representación sin tener que dar siquiera un paso. Trabajaron sin descanso para que, cuando estuviera de vuelta después de las vacaciones el día 4 de enero, hubiera un artilugio tipo "mochila voladora" al más puro estilo James Bond que me permitía hacer como si volara durante el primer acto. Tenía un sillín de bicicleta y reposabrazos con dos plataformas para mis pies que el público no podía ver. Para el segundo y parte del tercer acto estaba en una plataforma móvil que también tenía un sillín de bicicleta junto con una barra estabilizadora que me permitía mantenerme fijo mientras me desplazaba con la plataforma dentro y fuera del escenario. Y para la última escena, esa "mochila voladora" actuaba como un armazón colgante que me permitía flotar sobre la multitud para destruir las columnas del templo. Ingenioso, ¿verdad? ¡Absolutamente!

En pocos lugares del mundo se hubieran preocupado de esta manera, pero en estos últimos años, estas personas, estos compañeros, estos amigos del Palau se han convertido en mi familia. Me cuidan. Aquí me siento muy querido. No se lamentaron por mí ni se compadecieron de mí, me ayudaron y me apoyaron para que todos pudiéramos llevar a cabo un espectáculo exitoso. Y lo hicieron sin pensárselo dos veces. Me llevaban a todos los lugares donde tenía que ir, empujaban mi silla de ruedas y me abrían las puertas cuando lo necesitaba, todos lo hacían por mí. Eso es demostrar humanidad. Eso es respeto por el prójimo.

Así que, por favor, permítanme agradecer desde lo más profundo de mi corazón al departamento de vestuario, vestidores, maquilladores, a mis compañeros cantantes, coro, orquesta y administración por su increíble bondad y por ese fantástico espíritu. 

Y un enorme y gigantesco agradecimiento a producción, regiduría y a mis hermanos los técnicos.. Nunca olvidaré lo que hicieron por mí y nunca podré agradecer suficientemente su trabajo y su inagotable apoyo.

Espero que nos podamos ver todos de nuevo en marzo y abril en Idomeneo.

Mi agradecimiento más sincero y mi eterna gratitud,

Greg