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Lise Davidsen: "Busco la sencillez en la partitura"

Hablamos con una de las sopranos del momento: Lise Davidsen. Nos encontramos con la cantante noruega dos días después de su debut como Elisabeth en la inauguración de la 108 edición del Festival de Bayreuth, con una nueva producción de Tannhäuser. Davidsen, quien debuta en el Metropolitan de Nueva York cantando Tchaikovsky y quien acaba de grabar su primer disco en solitario dedicado precisamente a Wagner y Strauss, además de su primera ópera grabada: Der Freischütz, de Weber, se presenta natural y jovial, irradiando la felicidad de un éxito que lo dice todo.

Debuta en Bayreuth con una nueva producción de Tannhäuser, arriesgada y compleja. ¿Cómo lo ha vivido? ¿Es más difícil debutar con una propuesta escénica tan contemporánea?

Para mí no importa qué tipo de producción sea, me preocupa más que el director de escena sepa exactamente lo que quiere, como fue en el caso de Tobias, que a sus 42 años tenía clarísimo todo el concepto y desarrollo de la dramaturgia en un cien por cien.

Ha sido la primera vez que ha trabajado con él y tendrán en marzo de 2020 un nuevo encuentro, estrenando la nueva producción de Fidelio de Beethoven en la Royal Opera House de Londres. ¿Cómo ha sido trabajar con Tobias?

Me ha impresionado su preparación, ha sido un reto para él. El control de las luces, del material técnico del teatro de Bayreuth... lo tenía todo absolutamente bajo control. Me he sentido libre y estimulada con la creación del personaje, hemos tenido muchas conversaciones sobre Elisabeth, me ha ido guiando en su idea sobre ella para crear ese cuadro final del rol. Valoro mucho esa ayuda y creo que ha habido la química necesaria entre nosotros para ello.

La función del estreno se retransmitió a medio mundo por radio y por cine, ¿la presión ha resultado mayor?

Sentí que sólo debía pensar en que era un estreno más. Si hubiese sido consciente de que había radio y miles de personas en el cine viéndome en directo... ¡el nivel de estrés y presión hubiese sido difícil de llevar!. Pero he de decir que me sentí tan ligada y estimulada a la producción, estaba tan convencida que era lo que quería hacer y cómo, que eso templó mis nervios.

La verdad es que con el público de aquí, en el Festpielhaus, me sentí abrumada. Cuando cayó el telón y escuché el primer abucheo me preocupé, pero entonces Stephen Gould me miró y dijo con una carcajada: “Bienvenida a Bayreuth” (risas). Entonces entendí que no era por nosotros, sino una reacción puntual por la producción. Para mí significó mucho esa respuesta cálida del público, no lo olvidaré nunca.

El Festspielhaus de Bayreuth tiene una acústica legendaria, ha podido comprobarlo desde la escena y desde el público. ¿Qué sensaciones le ha despertado?

No pensé demasiado en eso, aunque cuando vi un ensayo del Tristan sí me fijé en cómo el sonido de las voces atraviesa la orquesta, aquí esto es único. La voz y la orquesta se acoplan perfectamente, tienes la sensación cuando estas en la escena de que puedes hacer un piano con toda tranquilidad y que llega a la sala sin problemas. Cuando estas como espectador se comprueba que es así.

El año que viene volverá a Bayreuth y esta vez en dos óperas, de nuevo Elisabeth pero también su primera Sieglinde del nuevo Ring que se estrenará el 2020. ¿Es también su primer Anillo?

Será mi primera Sieglinde, sí, pero no mi primer Anillo puesto que debuté como Freia, Ortlinde y tercera norna en el último Ring de la Royal Opera House de Londres, en otoño del año pasado.

¿Se siente encasillada ya como soprano wagneriana? En su primera grabación para Decca ha combinado los dos Richard: Wagner y Strauss, pero más allá del repertorio germánico, ¿tiene la necesidad o el gusanillo de cantar Verdi, Puccini, o adentrarse en el repertorio italiano?

Lo haré a su debido tiempo, pero claro que me gustaría. He audicionado para el Mozart italiano, pero hoy en día se buscan voces más ligeras y luminosas para ese repertorio, una Fiordiligi o una Electra por ejemplo, mi voz y sus características no casan con lo que buscan la mayoría de los teatros para estos papeles. Los Verdi vendrán con el tiempo porque son roles importantes y complejos también. Haber empezado por Ariadne auf Naxos, por ejemplo, o con pequeños roles en el Anillo, no dejan de ser retos en cierta medida todavía asequibles para mi voz hoy en día y no son tan pesados como los Verdi que podría hacer.

 

"LA VOZ ES UN "WORK IN PROGRESS CONTÍNUO"

 

¿Por qué Verdi le gustaría empezar?

Me encantaría Un ballo in maschera, Don Carlo o La Forza del destino, por ejemplo.

Fue la ganadora del concurso de ópera más importante de Escandinavia: el Queen Sonja Competition, que además se celebra en Oslo, en ese teatro de ópera tan bonito que está construido sobre el mar. ¿Que recuerdos le trae? También ue la ganadora del Operalia...

Fue un verano muy intenso porque los dos concursos fueron en el mismo periodo, pero sí, fue muy emocionante y, de hecho, en la sala de la ópera de Oslo, donde fue la final del Queen Sonja,  había tenido mi debut allí la temporada anterior. Recuerdos imborrables.

Cuando se habla de un cantante o estilo de canto escandinavo, ¿es correcto? ¿Realmente existe esa conexión Oslo-Copenhague-Estocolmo-Helsinki?

Bueno, yo estudié en Oslo y seguí mis estudios en Copenhague, y sí tenemos unos vínculos comunes y nos entendemos aún siendo lenguas distintas. Aún así, he de decir también que con Alemania y su idioma también me siento cercana y familiar. De alguna manera tenemos unas mismas referencias culturales, por ejemplo cuando habló con Stephan Milling, que es danés, hay un entendimiento muy cercano, pero tampoco hablaría de una familia escandinava como tal.

Continuó sus estudios en Copenhagen por su profesora de canto, ¿verdad?

Si, fue con Susanna Eken, quien es muy famosa en Noruega y muchos cantantes van a estudiar con ella. Es una referencia del canto. También seguí allí mis estudios con la Opera Academy que es muy buena y me ayudó mucho a perfeccionar mis estudios.

Usted es de Stokke, una localidad al sur de Oslo de la que nunca había escuchado hablar. 

Nadie conoce Stokke, no es una ciudad pues tiene unos doce mil habitantes, me recuerda más bien a Vilabertran. ¿Cúantos habitantes tiene Vilabertrán? (Risas). Estoy muy orgullosa de ser de Stokke, echo de menos Noruega cuando estoy fuera, vivo a caballo entre Oslo y Copenhague. Pero más que el lugar en si, echo de menos a mi familia, a mis sobrinas... mi hermana también vive en Oslo, o sea que es más una añoranza de la gente y mi familia que no de Stokke en sí.

Vio su primera ópera con diecinueve años, un Rosenkavalier. ¿Qué recuerda de esa experiencia?

Fue con mi profesora de canto interpretando el rol de Sophie, en una producción tradicional preciosa y recuerdo pensar que yo jamás podría hacer eso ni imaginarme allí arriba cantando, pues entonces ni siquiera imaginaba que me iba a dedicar a ser cantante solista de ópera. Hoy en día llegar a cantar el Rosenkavalier de Strauss es uno de mis grandes sueños, que espero poder hacer realidad.

¿Cúando decidió ser cantante de ópera?

No fue una decisión de un momento exacto. Estando en la academia de ópera, me di cuenta de lo importante que era para mí este mundo. Mi vida es cantar, me gusta cantar y pasar del hecho de cantar por placer y necesidad se convirtió en mi profesión de manera natural. En el fondo fue una decisión fácil, basada en lo emocional, pero natural al mismo tiempo.

 

"MI VIDA ES CANTAR"

 

¿Cómo describiría su propia voz? 

Bueno, hay que decir que como uno se escucha en la cabeza es diferente de como uno suena para los demás, así como el sonido de una voz también cambia en una grabación. Diría que mi voz en general es oscura para ser soprano, grande o de sonidos grandes en ciertos momentos y que va ganando en colores con el repertorio que voy asumiendo. La voz crece y se desarrolla con uno mismo y disfruto mucho porque puedo elegir entonces matices, colores, pero la voz es un work in progress continuo. Noto que mientras más la trabajo, más opciones para desarrollarla tengo y eso ayuda mucho.

Hay quien describe cierta frescura en su timbre, a pesar de la densidad o el color. 

No lo sé, recuerdo una amiga que a raíz de unas canciones de Sibelius que abordé me citó una carta del compositor que decía: “Me pregunto si los cantantes pueden cantar lo que está escrito y no todo lo demás”, ella se rió y me dijo: “Lise, es exactamente lo que tu haces”, cantar lo escrito.  No sé si es eso, pero sí es verdad que busco la sencillez en la partitura, en ese punto busco la musicalidad y los colores, pero siempre desde las notas de lo escrito. Bien, quizás allí sí tenga cierto sello, no lo sabría decir del todo. No hay que rebuscar en lo que está escrito, simplemente tienes que cantar lo escrito. Quizás suene fácil de decir pero no lo es de conseguir, la naturalidad del canto y el trabajo de la voz se basa en eso. Todo el mundo sabe que cantar ópera no es fácil. 

Parece que le gustaría combinar el repertorio operístico con el del mundo del Lied. ¿Qué le aporta el Lied? 

Bueno creo que es muy agradable cantar sólo con un piano, sin orquesta, director y lejos de los repertorios grandes. Me gusta la honestidad del Lieder, la manera directa de llegar a la audiencia, son dos maneras muy diferentes de mostrar tus características y creo que los break-lieder son fantásticos en medio de la grandeza del repertorio operístico.

Mucha gente la compara con la icónica soprano noruega Kirtsten Flagstad. ¿Cómo lleva esa comparación?

Bueno, por suerte estamos hablando de un tiempo lejano en que se cantaba con una tradición distinta y con una técnica distinta, por lo que no se puede comparar con la manera de canto actual, y eso para mí es un alivio. Por supuesto que me comparen con ella lo llevo a mi compartimento de las buenas cosas y solo puedo decir gracias, pero quiero hacer mi carrera, mis óperas y que el desarrollo de mi voz sea el que tenga que ser.

Debuta este mes de noviembre como Leonora de Fidelio, en versión de concierto en Montreal, ópera que luego llevará a escena en Londres en marzo del 2020 en pleno año Beethoven, y en el Met a finales de mes debuta como Lisa de La dama de picas de Tchaikovski. ¿Qué tal la experiencia de debutar una ópera en un idioma que no habla, con la dificultad añadida del ruso?

He dado algunas clases y ya canté el rol en la ópera de Stuttgart lo que me ha ayudado a llevar el papel con mayor seguridad. Pero sí es muy distinto cantar un rol en un idioma que uno no habla. Fue una elección de sí o no, pero después de haberlo cantado en Alemania he visto que ha sido una buena elección y estoy muy contenta al respecto.

¿Tiene algún plan para volver a cantar en España? 

No tengo planes por el momento de volver a España, pero recuerdo la respuesta del público de Vilabertran en mi debut allí con gran cariño porque fue muy cálida y cercana, ¡algo así como la de mi debut aquí en Bayreuth!

 

 

Foto: Ray Burminston.