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2016, Odisea en el Palau de Les Arts

Valencia. 24/04/2016. Palau de Les Arts. Mozart: Idomeneo. Gregory Kunde (Idomeneo), Monica Bacelli (Idamante), Lina Mendes (Ilia), Carmen Romeu (Elettra), Emmanuel Faraldo (Arbace), Michael Borth (Sumo Sacerdote), Alejandro López (La voz). Ballet de la Generalitat. Coro de la Generalitat Valenciana. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Dir. musical: Fabio Biondi. Dir. escena: Davide Livermore

Cuando le entrevisté el año pasado, al poco de tomar posesión de su cargo, Davide Livermore se refería al Palau de Les Arts como una suerte de nave espacial que muchos valencianos percibían como algo ajeno a su día a día. Esa sensación de extrañamiento es sin duda uno de sus caballos de batalla, algo que quiere derribar a toda costa, abriendo cada vez más el teatro a la calle (cosa nada fácil, dicho sea de paso, pero que hasta la fecha se está acometiendo con mucha naturalidad). Como si hubiera decidido llevar esa metáfora hasta sus últimas consecuencias, Livermore ha decido ahora convertir el libreto del Idomeneo de Mozart en un trasunto que retoma en cierta manera el hilo de algunas películas como 2001: Odisea en el espacio, Apolo 13, Misión a Marte o la más reciente Gravity. El resultado es un trabajo ingenioso, de sobresaliente factura técnica y con puntuales momentos de brillantez (atinado el constante protagonismo del mar y las fuerzas naturales), al que sin embargo falta un verdadero hilo conductor que amalgame la sucesión de sugerencias, guiños y cuadros (bellísimo el final, con la muerte de Idomeneo recostado en un sillón mientras escucha la música del ballet). De toda la propuesta sobresale por méritos propios la extraordinaria videocreación, obra de D-WOK.

En la parte titular, de nuevo en Valencia tras su accidentado Samson, el tenor estadounidense Gregory Kunde demostraba que la vocación y el denuedo lo pueden todo. Venía de cantar el Requiem de Verdi en Bilbao y fue requerido en el transcurso de estas funciones para saltar también a cubrir a Francesco Meli en la Luisa Miller del Teatro Real. Junto con La clemenza di Tito y en menor medida ya Mitridate, Idomeneo es el tercero de los roles mozartianos que Kunde mantiene en su repertorio a día de hoy, con la consabida transición de su instrumento por el Verdi más dramático, llegando hasta el verismo. Ante estas coordenadas, sorprende la flexibilidad de su canto a la hora de plegarse a la minuciosa escritura vocal mozartiana. A decir verdad, no debería sorprendernos tanto que un mismo tenor sea capaz de cantar en el transcurso de apenas un mes partes a priori tan distantes como el Radames de Aida y este Idomeneo. El propio Pavarotti lo hacía a comienzos de los años ochenta. A la postre con Kunde se da ya ese fenómeno común a todos los grandes: por mucho que se le quieran buscar sombras, las luces de su hacer se imponen con mucho en una valoración global que vuelve a oscilar entre la admiración y el asombro.

Monica Bacelli es una solista de estilo impecable y material reconocible, ideal para la parte de Idamante, al margen de puntuales entubamientos en la emisión. Su compromiso con la producción es asimismo intachable. En la exigente parte de Electra, la soprano valenciana Carmen Romeu va de menos a más durante la representación, caldeando su entrega hasta brindar una teatralísima “D´Oreste, D´Ajace”, donde su soberbia expresividad se impone por momentos al belcanto, con alguna transición más amarga por el agudo. Lina Mendes, forjada en el Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo, ofrece una Ilia de canto limpio, fluido y fácil, de un lirismo aquilatado y con indudable potencial. Muy buen trabajo de las otras voces reclutadas en el citado Centro de Perfeccionamiento: el valiente tenor Emmanuel Faraldo como Arbace, el teatral Michael Borth como Sumo Sacerdote y el imponente instrumento de Alejandro López como “La voz”.

Como cabía esperar, la versión musical de Fabio Biondi es ejemplar: intachable en su adecuación estilística, vibrante en tiempos y dinámicas, da muestras de una comunicación forjada a base de naturalidad y buen hacer con el foso del Palau de Les Arts. Una vez más el coro titular de la casa demostró que es una formación sin apenas parangón en nuestro país.