Berliner Ensemble

Recordare

* Editorial incluído en la última edición impresa de Platea Magazine disponible aquí.

Tenemos una memoria muy frágil; habrá quien diga que es selectiva cuando en realidad es más bien una memoria interesada. Dejamos atrás, en el cuarto oscuro de la memoria, lo que ya no nos sirve, o dicho de otra manera, lo que ya no nos ‘renta’, como dicen ahora nuestros adolescentes. 

La pandemia del coronavirus parece ya cosa de un pasado remoto pero en realidad apenas han pasado cinco años desde que paralizó nuestras vidas, deteniendo también la realidad musical en todo el mundo y dejando incontables pérdidas personales a su paso.

Nuestro país fue en aquel tiempo una referencia para la recuperación de la normalidad; hasta tal punto que todavía hoy es motivo de comentario y elogio en otros países el esfuerzo que se hizo en España por recuperar la actividad musical lo antes posible.

La memoria es un ejercicio recomendable porque suele llevar aparejada la autocrítica, una costumbre a decir verdad bastante desusada en España, donde parece que todo es magnífico o terrible, sin que sepamos a menudo encontrar el término medio. Y es que seguramente no seamos ni tan estupendos ni tan mediocres.

En una reciente conversación el director y clavecinista Ton Koopman me decía que el nivel musical en España es altísimo y se asombraba de la profusión de nuestras orquestas y la actividad de nuestras salas de concierto. Pero todo esto es muy frágil, bastaría un soplo para que se empezara a derribar como un castillo de naipes.

En tiempos donde la demagogia campa a sus anchas es más necesario que nunca recordar, como hace cinco años cuando irrumpió la pandemia, lo necesaria que es la música en nuestras vidas. La música nos repara y nos acerca; la música nos evade y nos sacude; la música nos aprieta el corazón y nos hace sentir vivos.

La música, en fin, nos hace mejores y por ello debemos exigir siempre más para la música: más recursos públicos, más patrocinio privado, más música en las escuelas, mejores condiciones laborales para los músicos, más accesibilidad para el público… No esperemos a que venga otra pandemia para tener que recordarlo.

Alejandro Martínez, Director de Platea Magazine