Clara Schumann 

Clara Schumann, íntima y real 

Madrid. 18/02/2017. Teatro Monumental.  Obras de Mozart, Chopin, Liszt, R. Schumann, Clara Shumann, Mendelssohn, P. Viardot, J. Brahms. Blanca Gómez, soprano; Raquel González, soprano; Paloma Cotelo, contralto; Diego Neira, tenor; Miguel Ángel Viñé, barítono; Suzana Stefanovic, violonchelo; Héctor Guerrero, piano.

El Teatro Monumental abre sus puertas nuevamente para mostrar un repertorio menos popular entre los amantes de la voz, pero exquisito, como son los lieder en el Romanticismo alemán. La figura de Clara Schumann suscita curiosidad allá donde se programa; pianista y compositora admirada en su tiempo, su música y personalidad  siguen provocando interés.

Para enmarcar su historia, su música, sus amistades y especialmente su amor por Robert Schumann, el concierto contó con la narración de la soprano Blanca Gómez, encarnando a la propia Clara Schumann y poniéndole también voz a dos bellísimas piezas. Comenzó el programa el cuarteto vocal formado por la soprano Raquel González, la mezzosoprano Paloma Cotelo, el tenor Diego Neira y el barítono Miguel Ángel Viñé con una pieza a capella y dos para piano, “Im Walde” de Schumann, y el Estudio en Mi mayor op.10 núm 3 de Chopin,  interpretadas de forma precisa por el pianista Héctor Guerrero, hilando de esta forma su relato de infancia y juventud. 

El lied “Der Mond kommt still gegangen” cantado por Blanca Gómez nos sumergió en la historia de amor entre Clara y Robert, seguidos de “Du Ring an meinem Finger”, interpretado por Raquel González;  el delicado dúo para mezzo y soprano “Liebesgram”; “Ich grolle nicht” en la afinada voz del tenor Diego Neira; y la Fantasiestücke op.73 para violonchelo, a cargo de la violonchelista Suzana Stefanovic.

Otra compositora entró en juego en el concierto, Pauline Viardot, a quien conoció Clara en París. La coqueta pieza”Le petite chevrière” interpretada de nuevo por Raquel González nos condujo a la etapa de feliz matrimonio, junto a dos piezas “Es ist verraten” para cuarteto vocal, y “Auf einer Burg” en la voz del barítono Miguel Ángel Viñé.

La locura de Robert Schumann se empezó a adueñar del relato, y un mágico lied de Liszt hizo la transición, “Oh! Quand je dors”, delicado y tierno poema de Victor Hugo, donde el que espera la muerte obtendrá la salvación a través del amor de su amada. Blanca Gómez fue la encargada de darle voz a tan bella música en el ecuador del concierto.

Continuó Miguel Ángel Viñé, con “Widmung”, disfrutando la partitura, seguidamente el coral para cuatro voces de Lutero” Ein feste Burg ist unser Gott”, y una tierna pieza para piano  “Kleine Studie” de nuevo en manos de Héctor Guerrero.

Brahms y Mendelsohnn, amigos de la pareja, hicieron aparición en el concierto con  “Abschied vom Walde” y “Brauner Bursche führt zum Tanze” respectivamente. La primera para cuarteto a capella y la segunda para cuarteto vocal y piano. Empaste, claridad y gusto definen el trabajo llevado a cabo por los cuatro cantantes en cada una de sus intervenciones conjuntas. 

En el crepúsculo de su vida “Zwielicht”, Raquel González nos llevó de la mano delicadamente hacia el final. El violonchelo y su “Volkslied” y luego el “Stücke im Volkston” op.102, num 2 para piano y violonchelo nos regalaron la atmósfera para, como público, acompañar a Clara hasta su sueño eterno.

Una flor roja, un velo, un texto bien recitado y unos intérpretes conocedores del repertorio y entregados a la música fueron más que suficientes para comunicarse con un concurrencia que se mantuvo atenta, concentrada, disfrutando de cada pasaje de la vida y música que rodeó a Clara, conmovida hasta el final.