OBC Morlot Aimard enero22 a

Dispersión y comunión

Barcelona. 21/01/22. Auditori de Barcelona. Sala 1 Oriol Martorell. Temporada de la OBC. J.S. Bach. E. Carter. R. Schumann. B. Jolas, G. Mahler. OBC. Pierre-Laurent Aimard, piano. Ludovic Morlot, dirección musical. 

Primer concierto al podio del flamante nuevo director musical de la OBC, desde que se anunció su nombre el pasado noviembre del 2021. El francés Ludovic Morlot (Lyon, 1973), quien oficialmente asumirá su cargo el próximo mes de septiembre con la salida de Kazushi Ono. Morlot escogió esta vez un programa ecléctico, quizás demasiado.

El concierto comenzó con una pequeña formación de cuerdas de la OBC, diez músicos, más un clave como continuo, con el Concierto de Brandenburgo núm. 3 de J. S. Bach. La corrección y cierta austeridad expresiva fueron la seña de identidad de una interpretación que se quedó en algo anecdótica, más como excusa por la posterior ejecución del estreno de Letters form Bachville de Betsy Jolas, un estreno nacional que mira y se inspira en la música de Bach y la ciudad de Leipzig.

De hecho la siguiente obra presentada por la OBC, esta vez si con Morlot al podio, fue Interventions for a piano and Orchestra del compositor Elliot Carter (1908-2012), con la actuación al piano del francés Pierre-Laurent Aimard. Los casi tres siglos de separación entre la obra de Bach y la de Carter, estrenada en 2008 en la Symphony Hall de Boston por encargo de la Boston Symphony, pesaron demasiado.

El piano de Aimard, de pulsación clara y cálida, dio la réplica a una OBC recogida, de articulación precisa y sonido homogéneo en un diálogo de formación versus instrumento con un Morlot al podio algo tímido de acentos e intenciones. El dripping de Pollock al que la obra parece querer emular musicalmente se quedó demasiado diluído. 

La obra se vió condicionada en su gestación por las dos figuras que la estrenaron, Daniel Barenboim al piano y James Levine al podio. Según las propias palabra del compositor, el hecho de que dos músicos del carisma y la calidad de Barenboim y Levine estrenaran la obra, lo llevó a componer una pieza de un cuarto de hora donde no hay una sino dos voces a la par en importancia y diálogo. En efecto, una orquesta rica en ritmo, con preponderancia en la sección de percusión y cuerdas, da la réplica a un piano incisivo y juguetón de impecable ejecución por parte de Aimard. No es coincidencia que el pianista francés tenga la obra grabada con la BBC Symphony Orchestra y la batuta de Oliver Knussen, recomendada como discografía de referencia desde la propia web del compositor Elliot Carter. Como anécdota recordar que la obra se estrenó para conmemorar el centenario de Carter, un compositor que murió en 2012 a la edad de 103 años.

OBC Morlot Aimard enero22 b

Del barroco de cámara y el sinfonismo del s. XXI se pasó al romanticismo de Robert Schumann con la obra Introducción y Allegro para piano y orquesta opus 134. Una partitura poco común en los programas de concierto, de un cuarto de hora de duración donde la digitación dulce y elegante de Aimard se envolvió de una OBC cumplidora pero de nuevo demasiado austera y parca de expresividad. Morlot estuvo atento a las secciones y es evidente su complicidad con Aimard, pero a la OBC le faltó colores y sobretodo lirismo para hacer justicia al siempre embelesado y romántico lenguaje de Schumann. Notorio trabajo de la oboe solista.

Después de la pausa se volvió al espíritu de trencadís del programa con el estreno nacional de la obra Letters from Bachville de la nonagenaria compositora francesa Betsy Jolas (París, 1926). Antes de comenzar la interpretación Morlot quiso dirigirse al público, micro en mano y en inglés, con un traductor al lado en catalán. Fue una presentación cordial donde rompió una lanza por la música contemporánea y abogó porque el público diera una segunda, tercera y hasta cuarta oportunidad para volver a escuchar estas obras de estreno. También animó al público a encontrar las referencias que la obra de Betsy Jolas hace de la música de Bach y de Shostakovich. 

La OBC pareció esta vez más implicada con la obra de Jolas. Destacó la sección de metales y percusión, donde las referencias a Bach y el paseo por la ciudad de Leipzig que la compositora propone se insinuaron con fogonazos sinfónicos de sugerente riqueza tímbrica. Morlot mostró una sintonía natural con la obra, apelando a las texturas creadas con juegos de ritmo, silencios y dinámicas donde las trompetas, trompas, flauta y trombón destacaron junto a unos vientos y cuerdas de sugerente sonoridad.

De nuevo el loop temporal-musical llevo el programa del año 2019, estreno de la obra de Jolas, al finisecular s.XIX con el último movimiento de la Sinfonía núm, 3 de Gustav Mahler. Titulado “Lo que me dice el amor” este último movimiento, a la vez cierre del concierto, supuso el mayor logro musical de la velada. Aquí Morlot y la OBC fue donde se mostró un entendimiento mayor, estilístico y expresivo. Ganas de construir un sonido pleno, el himno al amor universal que Mahler quiso transmitir. Con una dosificación del tempi suave y compensada, un fraseo de las cuerdas ensoñador, unos vientos elegíacos y unos metales profundos y trascendentes, la orquesta y su nuevo director titular mostraron un baile de intenciones y trabajo que apunta a lo que puede dar sus mejores frutos con la nueva temporada 2022/23.

Ludovic Morlot supo encontrar el lirismo y la humanidad de la música de Mahler sin caer en el sonido efectista y sobredimensionado con el que otros directores suelen con el sinfonismo mastondóntico del compositor. La orquesta sonó redonda, homogénea y delicada y apuntó a un futuro esperanzador.