Traviata Sevilla22 e

Bajo un sol de justicia

Sevilla. 20/07/2022. Teatro de la Maestranza. Verdi: La traviata. Nino Machaidze (Violetta Valery). Arturo Chacón-Cruz (Alfredo Germont). Dalibor Jenis (Giorgio Germont). Manuel de Diego (Gastone). Carlos Daza (Barón Douphol). Anna Tobella (Flora). Andrés Merino (Marqués D´Obigny). Christian Díaz (Doctor Grenvil). Juan José Almonte (Giuseppe). Megan Barrera (Annina). Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Coro del Teatro de la Maestranza. David McVicar, dirección de escena. Pedro Halffter, dirección musical.

Bajo un sol de justicia, al borde los cuarenta grados de temperatura en las calles, el Teatro de la Maestranza de Sevilla ha puesto el broche a su actual temporada representando nuevamente La traviata de Giuseppe Verdi, por cuarta vez ya en la historia del coliseo andaluz, desde su inauguración en 1991 (al año siguiente sería Riccardo Muti el encargado de dirigir allí esta partitura... qué tiempos aquellos...). Estas funciones suponían el regreso al foso del Maestranza de Pedro Halffter, quien fuera su director artístico entre 2004 y 2018, al tiempo que se desempeñaba también como director artístico de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla entre 2004 y 2014.

El regreso del maestro madrileño ha sido bienaventurado, resultando manifiesta la conexión aún entre su batuta y los atriles de la ROSS, que respondieron con su habitual eficacia y aplomo. Pedro Halffter estuvo ciertamente esmerado en la elección de los tempi, destacando la vibrante y teatral ejecución del segundo acto, tanto en el cuadro primero, con un precioso acompañamiento a Violetta en el 'Dite alla giovine' como en el postrero concertante que pone el broche a este acto (a partir de 'Alfredo, Alfredo, di questo cuore...').

Halffter buscó a menudo colorear y frasear con gusto, aportando seguridad a las voces, a las que parecía escuchar y cuidar, amoldándose a su hacer aunque sin caer en la labor de un mero acompañante. En conjunto escuchamos una Traviata intensa, lírica y consistente. De la ROSS destacaron sin duda las maderas, amén de la cuerda siempre solvente en esta formación. Muy notable asimismo el desempeño del Coro del Teatro de la Maestranza, especialmente implicado en su parte actoral.

El papel protagonista recaía aquí en la soprano georgiana Nino Machaidze, forjada tiempo atrás en las lides rossinianas y fogueada en el repetorio belcantista. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte el centro de gravedad de su instrumento ha descendido notablemente. Ya no es la suya la voz de una lírico-ligera de sobreagudos resueltos y brillantes. Pero tampoco es todavía la de una lírica con todas las de la ley.

En ese terreno fronterizo y en manifiesta evolución, su Violetta adoleció de un tercio agudo poco desahogado, corto y tenso, incómodo de abordar para la soprano (no en vano evitó concluir arriba el primer acto), pero en cambio su centro sonaba terso, dúctil y hermoso, con una capacidad espléndida para flotar el sonido en esas notas y regular la emisión con cada frase. Y así nos regaló algunas páginas muy esmeradas, como en 'Dite alla giovine'. Su trabajo con el libreto fue excelente, ya desde el mismo 'Sempre libera' y con especial logro en el 'Gran Dio! morir sì giovane', ya hacia el final de la función.

Traviata Sevilla22 b

Qué bien canta Arturo Chacón-Cruz. Qué espléndido fue su Alfredo, caluroso y elegante, entregado desde la primera nota, matizado en acentos, esmerado en el fraseo y con un agudo desenvuelto. Realmente impecable todo el desempeño del solista mexicano.

A pesar de lo espúreo de su emisión, cuajada de sonidos nasales y poco canónicos, el Giorgio Germont del eslovaco Dalibor Jenis fue ganando enteros hasta cuajar una interpretación solvente, sobre todo apoyada en unos acentos creíbles y en un buen desempeño actoral, si bien por lo general falto de nobleza.

Del elenco de comprimarios destacaría el buen hacer de Manuel de Diego como Gastone, la solvencia de Carlos Daza como Douphol y las buenas intenciones de Megan Barrera como Annina.

La propuesta de David McVicar para la escena es ya bien conocida por los aficionados españoles, tras haber pasado ya por los escenarios de Madrid y Barcelona. Se trata de una apuesta por lo convencional, haciendo pie en la tradición, sin ambición de despuntar en lo intelectual, pero sin desvaríos ni ranciedades, también hay que reconocerlo. La propuesta adolece, ya desde su estreno en la Scottish Opera en 2008, de una excesiva oscuridad en su iluminación (obra de Jennifer Tipton), hecho que creo que se ha ido matizando con las diversas reposiciones. En suma, una Traviata pretendidamente realista, austera pero eficaz. 

Traviata Sevilla22 c