Poder de seducción
Madrid 25/04/2023. Teatro Real. Wagner. Tristan und Isolde. Andreas Schager (Tristan), Catherine Foster (Isolde), Franz-Josef Selig (rey Marke), Thomas Johannes Mayer (Kurwenal), Ekaterina Gubanova (Brangäne). Dirección musical: Semyon Bychkov.
Al que firma estas líneas le parece que la ópera de Richard Wagner Tristan und Isolde es una de las cumbres del género. No voy a hacer aquí un ensayo sobre la influencia de esta obra en la música posterior. Esto es una reseña y no un ensayo, contaremos, sobre todo, lo que se pudo escuchar en esta versión concierto que está ofreciendo el Teatro Real de Madrid. Pero uno no puede dejar pasar la ocasión para poner en valor el magnetismo, la fuerza y la seducción que tiene esta partitura y más si es excelentemente interpretada, como es el caso. Decía un amigo recientemente que al oír Tristan, desde el famoso acorde con el que empieza el preludio, hasta los últimos compases del Liebestod, tu cuerpo debe estar alerta, atento y emocionado, disfrutando cada compás, cada frase, cada gesto. Si no es así, es que la propuesta no funciona. Si no emociona no es un buen Tristan.
Afortunadamente, lo que pudimos oír en el escenario del Real sí que fue un auténtico Tristan, y además de los de categoría. Varios fueron los puntos fuertes, que a la vez son los básicos para el triunfo: una dirección bella, cuidada, medida y profundamente wagneriana; una orquesta entregada y atenta, brillante; y unos cantantes completamente imbuidos en la obra, aunque fuera en concierto semi-escenificada, y dándolo todo en sus respectivos papeles. Semyon Bychkov es un auténtico especialista en este repertorio. Su lectura fue perfecta, dominando las dinámicas para que la orquesta en el foso no tapara en ningún momento a los cantantes. Con unos tempi generosos, bien medidos, elegantes y profundos, buscó en todo momento la esencia de la obra, los detalles que unen voz, texto y música construyendo para levantar esta magna ópera. Generoso en el gesto, atento siempre a los cantantes, preciso en sus indicaciones, acabó cada acto evidentemente agotado y sudoroso. Para él y la orquesta fueron los más calurosos aplausos (que los hubo abundantemente para todos los participantes) al final de cada acto y de la función. Y es que la Orquesta Titular del Teatro Real lo dio todo. Guiada por Bychkov tuvo una de las noches más brillantes que yo les haya podido escuchar, con una cuerda aterciopelada y un metal elegante y pulido, sin un fallo. Excelente trabajo.
El papel de Isolde lo defendió en este estreno Catherine Foster, que sustituyó en el último momento a Ingela Brimberg, baja por enfermedad y que parece que sí va a cantar las tres funciones restantes programadas para este título. La soprano inglesa, especialista en papeles wagnerianos, estuvo espléndida en los dos primeros actos, perdiendo algo de fuelle en el tercero, donde se le notó más cansada. Sin problema en el agudo y resuelta en la intrincada escritura musical de su parte, mostró su calidad sobre todo en los dúos con el tenor, sobre todo en un 'O sink hernieder, Nacht der Liebe' del segundo acto, en el que ambos cantantes, con el fondo magistral de Bychkov, estuvieron espectaculares. Menos intenso fue el siempre esperado Liebestod con él que se cierra la ópera y donde aparecieron signos de fatiga después del estupendo trabajo anterior.
Excelente Andreas Schager como Tristan. El tenor alemán desplegó todas sus cualidades para brindarnos un Tristan de una fuerza espectacular, más heroico que doliente, exultante y entregado. Schager está en un estado vocal excepcional y fue todo entrega y arrojo. Con una voz grande y de extensa proyección, consiguió momentos inolvidables como sus dúos con la soprano y, sobre todo, un soberbio tercer acto. Magnífico.
¡Cómo se agradece una lectura elegante y sopesada del papel de Rey Marke como la que ofreció Franz-Josef Selig! El legato impecable y una voz que expresaba el dramatismo contenido que siente su personaje, fueron sus mejores bazas. La larga experiencia en el papel le sirve a Ekaterina Gubanova para sacar adelante el rol de Brangäne, destacando especialmente ese increíble fiato que culmina los dos finales de los famosos “avisos” del segundo acto. Estentóreo y a veces atropellado sonó el Kurwenal de Thomas Johannes Mayer, barítono de tintes oscuros y con evidente volumen que dio lo mejor de sí en el tercer acto, donde tiene más participación. Estupendo grupo de comprimarios, comenzando por un estupendamente cantado Melot de Near Cooper, y seguido del buen trabajo de Jorge Rodríguez-Norton, Alejandro del Cerro y David Lagares.
