Ernani Les ArtsMikelPonce 21

"Posición de tres"

València. 13/06/23. Les Arts. Ernani: Verdi. Piero Pretti (Ernani). Angela Meade (Elvira). Franco Vassallo (Carlo). Evgeny Stavinsky (Silva). Laura Orueta (Giovanna). Matheus Pompeu (Riccardo). Javier Castañeda (Jago). Cor de la Generalitat Valenciana. Orquestra de la Comunitat Valenciana. Michele Spotti, dirección musical. Andrea Bernard, dirección de escena.

Seguramente sea Ernani una de las óperas más complejas del llamado "repertorio" para llevar a escena. No por su hermenéutica verdiana aún deudora del bel canto (fuese la que fuese en esta época de galeras) o por posibles sustratos filosóficos, sino por el encorsetamiento que sufre su trama, suspendida en el aire y ahogada, de alguna manera, entre un pasado complicado de reflejar en el presente y la absurda obcecación por una mujer no de un hombre, ni dos, sino de tres... siendo uno de ellos el mismísimo Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico.

Unas arias bellísimas, la auténtica razón por la que recuperar este título, que han llevado, en la España del tren a 7€ (espero desarrollar este tema con más tiempo, más adelante), a poder disfrutar de él en poco tiempo en tres ciudades diferentes: en Las Palmas brillaron las voces hace un año, mientras que en Oviedo no todo terminó de encajar a principios de 2023. Aquí, en València, hemos encontrado, parece, el equilibrio.

Primero de todo y como gran protagonista, por la Orquestra de la Comunitat Valenciana - una vez más -, en esta ocasión con una lectura encendida, dinámica, que fluye y se enciende en manos de Michele Spotti. No había que escuchar más que el Preludio inicial, con sus rallentandi, con sus acentos marcados, con su melodismo incandescente en los momentos escogidos, como vienen a ser casi todas las intervenciones del coro, que Spotti aprovechó para insuflar contraste a la partitura (excelente, aquí, el Coro de la Generalitat, especialmente en la cuerda masculina). El italiano se replegó, asimismo, para acompañar a los cantantes en sus intervenciones solistas.

Por su parte, Andrea Bernard consiguió romper la soga que constriñe, parece que sin remedio, a tantos directores y directoras de escena al llevar a un "acartonamiento" la dirección de escena en Ernani. Posición para solista y coro en arias bipartitas, posición de dos en dúo y posición de tres para trío... sin poder salir de ahí. Es cierto, la visión de Bernard también está marcada por la obligación de lo clásico... y tiene algún punto demasiado cuestionable, como la utilización de la prolongada narrativa cinematográfica para explicar el pasado del protagonista, pero por lo general es una escena disfrutable. Marcada en negro y blanco y salpicada de color en momentos concretos, hay un movimiento escénico y de masas bien construido, se pretende dotar de psicología a los porqués de los personajes y, aun secuestradas de cualquier toma de decisión por el libreto, se otorga a las mujeres (Giovanna y Elvira) una visibilización de sus sentimientos, dudas, razones reales. Bravo por ello.

Elvira fue Angela Meade, a quien no escuchaba en vivo desde hace tiempo, encontrándola de nuevo como la auténtica fuera de serie que es. De menos a más, su presencia en el escenario se fue haciendo vital a medida que avanza la trama. Agudos pletóricos, graves asentados y coloratura vibrante, con una voz ancha, de apabullante proyección (tremenda en el último terceto), fueron los puntos fuertes de una noche que hubiera quedado más redonda con una mejor dicción, sobre todo ante un vibrato stretto que en ocasiones difuminaba en demasía la palabra que se cantaba, vital en Verdi. Junto a ella, encontré a Piero Pretti en una de las mejores intervenciones que le recuerdo (Butterfly, Trovatore, Pirata...), siempre cumplidor, con un timbre que no es el más bello de todos, pero con intención, acentos y pulcra línea de canto.

Tanto Franco Vassallo como Evgeny Stavinsky (cuya "desparición" entre funciones estuvo a punto de que se cancelara el mencionado Ernani de Las Palmas), Carlo y Silva respectivamente, no poseen, tampoco, timbres especialmente bellos ni sus voces resulta plenas en armónicos y dinámicas varias, pero cumplieron con sus respectivos cometidos, completando un plantel de papeles principales de lo más digno. A ellos acompañaron unos solventes comprimarios, de quien cabrían destacar las intervenciones de Laura Oretta, alumna del Centre de Perfeccionamente de Les Arts, como Giovanna.