Oramo BBC Symphony AuditorioZaragoza2018

Sibelius con denominación de origen

Zaragoza. 24/10/2018. Auditorio de Zaragoza. Obras de Sibelius, Debussy y Hillborg. Martin Fröst, clarinete. BBC Symphony Orchestra. Dir. musical: Sakari Oramo.

Primer concierto del ciclo de otoño en el Auditorio de Zaragoza. Y con ello nueva visita de una orquesta relativamente habitual por estos lares, la BBC Symphony Orchestra. A los mandos de su maestro titular, el finlandés Sakari Oramo (Helsinki, 1965), ofrecieron un concierto con dos partes bien diferenciadas, siempre con Sibelius como protagonista. La primera mitad se abrió con la Suite no. 1 de sus Escenas históricas, alterando el orden habitual de estas tres piezas, sin aparente explicación para ello. Estas partituras tienen su origen en una de las primeras composiciones de Sibelius, la Música para las celebraciones de la prensa de 1899, de donde saldría también su célebre Finlandia. Oramo expuso esta música con nitidez, desparpajo y ambición, mostrando ya desde un primer momento la evidente sintonía y complicidad que ha labrado con su orquesta británica.

La sección central del concierto tuvo como protagonista al clarinetista sueco Martin Fröst (Sundsvall, 1970), todo un virtuoso de este instrumento, una referencia indudable. Sus virtudes y capacidades pudieron comprobarse con el Concierto para clarinete Peacock Tales de Andreas Hillborg, mucho más que un concierto al uso, concebido incluso en origen como una performance de alcance netamente teatral. Literalmete la partitura, aquí en su versión sinfónica y por ello menos performativa, narra los estados de ánimo de un pavo real, requiriendo al intérprete un sinfín de registros y recursos técnicos. Fröst estuvo extraordinario, apabullante en su dominio del clarinete. También había intepretado antes la Primera rapsodia de Debussy y como propina ofreció la Danza Klezmer n. 2, debida a su hermano Göran Fröst.

Como cierre para el concierto, ya en la segunda parte, se nos proponía la Sinfonía no. 2 de Sibelius, una obra aclamada en su día como "Sinfonía de la Independencia", habida cuenta del rol que la música del compositor desempeñó a favor de la autonomía política de Finlandia, que se completaría en 1917, quince años después del estreno de esta partitura. Oramo practica un Sibelius con denominación de origen pero desde una mirada más universal, intentando abstraer del localismo la música del compositor finlandés, como ya sucediera en Berlín hace unas semanas. Esta sinfonía desafía los convencionalismos, moviéndose con admirable equilibrio entre las resonancias clásicas del sinfonismo romántico y los nuevos vientos que inbuyeron la vida sinfónica a comienzos del siglo XX. La inspiración melódica y formal de Sibelius encontró en manos de Oramo y su orquesta una traducción ejemplar. Con un sonido algo acerado, evitando llevar el colorido crisol de esta música hacia un discurso complaciente, Oramo dirigió con familiaridad pero con ambición, desentrañando con nitidez la complejidad temática de esta obra. Sorprendió, francamente, la buena forma de la Sinfónica de la BBC, con una cuerda precisa, unos metales infalibles y unas maderas notables, aunque con margen de mejora. Como propina no podía faltar el célebre Valse triste de Sibelius, interpretado con una contención y un lirismo sobresalientes.