Jean Rondeau warner 

Rondeau, le superbe 

Barcelona. 08/2/2019, 20:00 horas. Capilla de Santa Ágata, Festival Llums d’antiga. FRANÇOIS COUPERIN París 1668-1733 Premier Prélude en Do Majeur (Extracto de l’Art de Toucher Le Clavecin). Premier Livre de Pièces de Clavecin - Troisième Ordre (selección): La Ténébreuse (Allemande) La Lugubre (Sarabande) La Favorite (Chaconne à deux tems - Rondeau) Second Livre de Pièces de Clavecin - Huitième Ordre (selección) La Raphaéle. L’Unique (Sarabande). Passacaille (Rondeau). Huitième Prélude en mi mieuor (selección de l’Art de Toucher Le Clavecin). Troisième Livre de Pièces de Clavecin - Dix-septième Ordre (selección): La Superbe ou La Forqueray. Les Timbres.  Troisième Livre de Pièces de Clavecin - Quinzième Ordre (selección): Le dodo ou l’amour au berceau. Second Livre de Pièces de Clavecin - Septième Ordre (selección): La Ménetou. L’Adolescente. Second Livre de Pièces de Clavecin - Sixième Ordre (selección): Les Langueurs Tendres. Les Barricades Mystérieuses. Jean Rondeau, clave.

Esperada visita en Barcelona la del joven e inquieto clavecinista francés Jean Rondeau (n.1991), después de cancelar su recital previsto el pasado marzo del 2018, ahora reprogradado en esta Iª edición del Festival Lluís d’Antiga que tan bien le ha funcionado al Auditori de Barcelona en este inicio del 2019. Con sold out en la nueva e itinerante sede, la pequeña pero encantadora Capella de Santa Àgata, se pudo disfrutar de la estimulante e interiorizada emoción interpretativa que desprende frente alcave, el arte de este músico con aspecto de enfant terrible pero con una sensibilidad a las teclas del clavecín a todas luces irresistible.

Rondeau, que se hizo traer un clave especialmente desde Asturias, ofreció una selección de trece piezas del gran compositor y virtuoso del clave, François Couperin (París, 1688-1733), de quien el pasado 2018, fecha inicial de este recital solista, se celebraron los 350 años de su nacimiento. El recital fue un florilegio de entre las mas de 250 cincuenta piezas para clavecín con las que Couperin regaló las composiciones más fascinantes y ricas del instrumento de teclado estrella del siglo XVIII. En esta ingente obra, el compositor parisino supo enriquecer el lenguaje del clave como nadie con un aire trascendente, lleno de atmósferas, colores, profundidad psicológica y riqueza expresiva. 

El joven Jean, con una impactante barba digna de un seguidor de la dieta paleo, demostró desde la hermosa y sugerente La Ténebreuse, una Allemande que juega con el registro grave de la mano izquierda, su dominio técnico y un especial carácter para colorear un instrumento que puede resultar seco a oídos poco habituados. Rondeau mostró su capacidad para armar colores, ambientes e incluso imágenes como en la Sarabande de gusto francés llamada La Lugubre. 

Se recreo en la voz profunda y trágica de La Raphaéle, seguidas por el mágico transcurrir de la danza de L’Unique (Sarabande) para cerrar un miniciclo del Segundo libro con el Rondeau del Passacaille y su hipnótico ritmo repetitivo y majestuoso. Con La Superbe ou La Forqueray, Rondeau bordeó con elegancia para luego sorprender con unos Les timbres llenos de contrastes y casi uno diría: anhelos. Mágico, entre galante y como susurrando una nana, sonó Le dodo ou l’amour au berceau, dulce y suspendido en el aire con un control del tempo de nuevo hipnotizante. Voluptuoso y construyendo un espacio sonoro idílico que fluyó por el ambiente de la capilla del gótico catalán, recreó La Ménetou. 

Cerró el recital con dos de las piezas más emblemáticas y reconocibles del Grand Couperin: el pastoril y atmosférico Les Langueurs Tendres, y la icónica Les Barricades Mystérieuses, pieza de la que hizo un uso del rubato sugerente y jovial. Cerrada ovación para este músico apasionante y apasionado que ha hecho del barroco y su personal enfoque, entre atrevido y estiloso, un caballo de batalla ganador, como demostró con un celeroso pero desarmante Les Sauvages de Rameau como bis estrella.