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Carlos Álvarez: "Existe un hueco entre la formación teórica y la realidad profesional de los cantantes"

A medidaos del pasado mes de septiembre se presentó el Ópera Estudio de Málaga, una iniciativa surgida al amparo del Teatro Cervantes de la capital andaluza, encaminado a disponer una plataforma de formación e incorporación laboral para jóvenes cantantes y orientado en última instancia a poner en pie un título escénico con el que se abrirá la temporada 24/25 en el citado coliseo malagueño. La iniciativa cuenta con el liderazgo de Carlos Álvarez y Carlos Aragón. Conversamos aquí con el barítono malagueño para conocer más de cerca los detalles de este importante proyecto. 

¿Cómo surge la idea de este Ópera Estudio en el Teatro Cervantes de Málaga? En Europa, sobre todo en aquellos teatros con un modelo de repertorio, es frecuente contar con un ensemble estable de cantantes que facilita la incorporación profesional de los intérpretes más jóvenes. Sin embargo, en España tengo la impresión de que nos queda mucho trabajo por hacer en este sentido, aunque cada vez son más las iniciativas encaminadas a subsanar este vacío.

La idea de que existe un hueco entre la formación teórica y la realidad profesional es la motivación que nos ha llevado a concebir este Ópera Estudio. Como bien ha dicho, las grandes casas de ópera europea tienen un Opera Studio encaminado a dar formación a los jóvenes proeisonales, a los cantantes de carrera incipiente, pero fundamentalmente destinado a ser una suerte de banquillo para sustituciones y pequeños papeles. Aquí en Málaga, en cambio, lo que queremos es dar toda la responsabilidad de una producción a los participantes del programa, desde el papel principal hasta el más pequeño. Un poco, por citar un ejemplo ya en marcha, a imagen y semejanza del Centro de Perfeccionamiento del Palau de Les Arts, solo que aquí encaminado desde el principio a poner en pie una producción profesional, con todo lo que ello implica.

Esto es importante, porque singulariza aún más el proyecto.

Sí, el proyecto tiene la ambición de ser el inicio de la temporada 24/25 del Teatro Cervantes de Málaga, teatro en cuya estructura está totalmente imbricado este Ópera Estudio. Sin ese respaldo este proyecto no tendría sentido. El Ópera Estudio va a aportar a los jóvenes cantantes una parte de formación, es evidente, pero sobre todo está pensado para facilitar el encontronazo con la realidad profesional y todo lo que implica ser parte de una producción con todas las letras. Y es que muchas veces los proyectos con jóvenes cantantes se hacen un poco a medias, de manera concertante o semi-escenificada. Este proyecto en cambio nace con vocación de expandirse, abierto a todas las realidades escénicas de Andalucía y más allá, llegado el caso.

¿Con qué título van a trabajar?

Es una ópera de Manuel García, El gitano por amor, un título que nunca se ha llevado a escena, con lo que también hacemos una aportación importante en términos de rescate de nuestro patrimonio musical. Juan de Udaeta se está encargando de recuperar la obra con el respaldo de la Fundación Málaga. Es muy ilusionante poder llevar a término una ópera que no se ha hecho nunca y que además está en español. Es una comedia casi rossiniana pero con un tema muy andaluz.

¿Qué papel puede desempeñar este Ópera Estudio dentro de la propuesta lírica de una ciudad como Málaga, en plena expansión cultural?

Creo que es importante, porque posiciona al Teatro Cervantes como punta de lanza de un proyecto orientado a nuestros jóvenes. Málaga ha crecido mucho, en términos culturales, durante la última década, sobre todo con la parte museística. Ahora tenemos que trabajar para que Málaga sea tambien un polo de atracción en el ámbito de las artes escénicas.

¿Cuáles son las fases en la puesta en marcha de este Ópera Estudio?

Se hizo una convocatoria internacional el pasado 14 de septiembre, cuando se presentó el proyecto. El material de El gitano por amor se ha colgado en la web del Ópera Estudio a disposición de todos los aspirantes. Las audiciones se llevarán a cabo con las arias de los siete personajes que hay en la ópera. Estamos buscando un número total de 21 participantes, para poder hacer un doble reparto; en un título que no se conoce es imprescindible tener la cobertura de todos los personajes. La convocatoria se cerrará el 15 de enero y estaremos haciendo audiciones hasta el mes de abril, cuando se decida finalmente quienes comenzarán a trabajar en el Ópera Estudio el 19 de agosto, con la mirada puesta en dos representaciones de El gitano por amor los días 20 y 22 de septiembre de 2024, en el Teatro Cervantes de Málaga.

¿En qué condiciones laborales y formativas se plantea el Ópera Estudio de cara a las cantantes?

Los participantes habrán de pagar una matricula de 800€ que incluye la formación, manutención y estancia durante cinco semanas. Y después los cantantes serán remunerados por su trabajo en esas dos funciones. Es fundamental que alguien que sube a un escenario para hacer su trabajo se vea remunerado por ello. Además se contemplan también becas como recompensa al trabajo bien realizado.

El proyecto cuenta al frente con dos artistas como usted mismo y Carlos Aragón, si no me equivoco.

Así es, ambos somos los impulsores de esta idea, que está abierta a ser participada por el resto de teatros líricos de Andalucía; confiamos contar con el apoyo de la Junta de Andalucía en lo referente a la distribución y las ayudas a producción. Carlos Aragón es el director musical del proyecto y yo soy el director artístico. Juan Antonio Vigar es el director del proyecto, en tanto que director del Teatro Cervantes de Málaga. Además contamos con un equipo docente para la parte formativa. Yo mismo me encargaré de la parte de la técnica vocal; Pedro Mari Sánchez se hará cargo de la parte actoral y de interpretación; y tendremos clases magistrales de Barbara Frittoli y Bruno de Simone. Y el encargado de poner en escena El gitano por amor es Emilio Sagi. Queremos que el proyecto tenga el atractivo suficiente para que los jóvenes cantantes, compañeros de carrera incipiente, quieran sumarse a ello.

Para los jóvenes cantantes que quieran inscribirse no hay más límite o condición que la edad, entiendo. Es decir, si alguien tiene treinta años pero lleva cinco años cantando, igualmente se puede apuntar, ¿correcto?

Sí, así es. Y es que cada carrera es un mundo. Quizá alguien tenga treinta años y lleve cinco o incluso diez cantando, pero a lo mejor nunca ha tenido acceso a un papel principal o no ha dispuesto de condiciones verdaderamente profesionales a su alrededor. Nuestra labor es precisamente esa: motivar a los jóvenes cantantes desde un ambiente serio y profesional que les garantice las mejores condiciones posibles para sentirse cómodos con su trabajo. Queremos trabajar con los mejores y en las condiciones ideales; por eso nos atrevemos a abrir una temporada como la del Teatro Cervantes.

Cambiando de tercio, y dejando atrás el Ópera Estudio de Málaga, le quería preguntar, sin muchos rodeos: ¿cómo está? Es usted un cantante icónico y emblemático para la lírica de nuestro país y recientemente ha cancelado varios compromisos y la gente, desde el cariño siempre, se preocupa.

Sí, es lógico. En todo caso es una cuestión de respeto a esta profesión: cuando uno no está bien como para poder afrontar un compromiso, lo que tiene que hacer es dar un paso al lado. Y así me encuentro, ya que la covid que tuve hace un año me ha dejado secuelas de las que dificilmente me recupero. De modo que conforme van llegando los compromisos, los tengo que ir anulando. En todo caso, el próximo 17 de noviembre confío en incorporarme ya en buena forma a los ensayos de Las bodas de Fígaro en el Teatro Cervantes de Málaga. Si todo va bien, yo espero que sí, podré cantar esas representaciones con normalidad, los días 1 y 3 de diciembre.

Se trata entonces de un conjunto de secuelas del covid, no es un problema de cuerdas o fatiga vocal.

Así es, pero es terrible porque este trabajo, esta profesión se basa precisamente en la regularidad, no se puede basar en lo aleatorio. Mi voz, en estos últimos meses, no ha sido fiable; unas veces funciona y otras no. Yo no me puedo subir a un escenario sin saber que voy a dar el cien por cien en cada momento; la expectativa sobre mi trabajo es alta y creo que por respeto, hacía mi mismo, hacia el público y hacia los compañeros, es mejor no subirse a un escenario cuando no se dan todas las garantías. Pero la agenda no se detiene, y de ahí los compromisos que se han ido cancelando en los últimos meses. En todo caso, eso me ha permitido poner más atención a este proyecto del Ópera Estudio en Málaga, que es muy ilusionante y del que me siento responsable, y también me ha dejado tiempo para poderme implicar más con el Sindicato de Artistas Líricos de España.

Sí, para finalizar, precisamente le quería preguntar también por el Sindicato de Artistas Líricos de España (ALE). En los últimos tiempos creo que se ha signficado de manera algo más presente al respecto, tomando un poco la voz cantante, y nunca mejor dicho (risas).

(Risas) Sí, es que es muy importante lo que se trae entre manos este sindicato. Yo soy ahora el secretario de relaciones institucionales de ALE. Nuestra profesión nunca ha tenido una idea de colectividad encaminada a la búsqueda de las mejores condiciones para todos. En este país afortunadamente la afiliación no es obligatoria; uno se puede beneficar de las condiciones resultantes de los convenios sindicales sin necesidad de estar afiliado. Pero en el caso de la lírica, tenemos pendientes muchas reclamaciones, en términos de derechos laborales y regulaciones, y eso requiere mucho tiempo y dedicación. Desde el comité ejecutivo de ALE estamos insistiendo en el desarrollo de un estatuto del artista, en la posibilidad de unas mejores condiciones de contratación e incluso en la idea de un convenio laboral con Ópera XXI, con los principales escenarios de nuestro país, quienes son al fin y al cabo la patronal en el mundo de la lírica más organizada en España. Hay mucho trabajo por hacer, sin duda.

Foto: © Fermín Rodríguez