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Salvador Vázquez: "Me siento muy feliz en el foso de un teatro de ópera"

Este mes de junio el director malagueño Salvador Vázquez regresará al foso del Teatro de la Maestranza de Sevilla para ocuparse de dos funciones de Carmen, la ópera de Bizet de la que ahora se cumplen 150 años. Conversamos con él recién presentada su segunda temporada al frente de la Orquesta de Córdoba, de la que es responsable musical y artístico.

Está inmerso en su primera temporada al frente de la Orquesta de Córdoba, una institución con la que tiene no obstante una relación de largo recorrido, si no me equivoco. 

Así es.Llevo desde el mes de septiembre al frente de la orquesta aunque mi relación con la formación viene desde muy atrás, desde 2014, cuando participé en un curso de la orquesta, que después de hecho gané en otra edición. Poco a poco se fue forjando con ellos una relación que ha terminado en titularidad.

Una titularidad que llegó pues de forma casi natural, orgánica.

Sí, se abrió un proceso de selección, obviamente, pero al final teniendo ya una relación previa, un conocimiento anterior por ambas partes, esto entiendo que ha facilitado un clima de trabajo propicio para que haya una gran sintonía.

¿Y cómo está siendo la experiencia, con su primera titularidad hasta el momento?

La experiencia es arrolladora porque una titularidad implica muchas cosas más allá de la música propiamente dicha. Pero lo estoy viviendo con ilusión y con tranquilidad. Son muchas las áreas en las que se debe trabajar por y para el bien de la orquesta, intentando generar el mejor clima de trabajo posible.

Hay un trabajo fuera del atril, semana tras semana, que intento enfocar como un constante descubrimiento, haciendo mucho equipo con todo el personal de oficina y administración, con quienes tenemos muchos retos por afrontar.

La Orquesta de Córdoba tiene una gran trayectoria, con muchísimos años a sus espaldas, y creo que se merece llegar a lo más lejos.

¿Cuál es la situación de la Orquesta de Córdoba en este momento? ¿Cuáles son los principales retos, cuál es la hoja de ruta que se han marcado, conjuntamente con el nuevo gerente, Roberto Pálmer?

La verdad es que son muchos los frentes en lo que queremos y debemos trabajar. La Orquesta de Córdoba, en términos de programación, debía volver a las bases de su repertorio, que no es otro que el que puede afrontar con su plantilla actual. Eso es lo que determina al fin y al cabo un proyecto artístico realista, ambicioso, pero realista y sobre todo muy responsable con la sostenibilidad a medio plazo.

Junto con Roberto nos hemos planteado ir dando pasos, peldaño a peldaño. Queremos que la orquesta salga más fuera, que gane en visibilidad y en actividad, por ejemplo, en festivales de ámbito nacional, sin olvidar el compromiso social, parte fundamental del proyecto.

También queremos que haya un equilibrio importante en la nómina de artistas invitados. La orquesta lleva por bandera la apuesta por el talento joven pero también es importante poder traer figuras de otro calado, con trayectorias diferentes, etc.

Y todo esto lo tenemos que hacer trabajado en un buen clima con el resto de instituciones locales con las que colaboramos en nuestro día a día, como el IMAE, con quien tenemos muy estrecha relación.

La orquesta necesita estabilidad y una sensación continuada de trayectoria ascendente.

Mencionaba ahora, al comienzo de su respuesta, la realidad de la plantilla de la Orquesta de Córdoba. ¿Cuál es exactamente? Hay en marcha, imagino, un proceso de renovación.

Sí, poco a poco están saliendo plazas para violines, violas y violonchelos. Fundamentalmente la orquesta necesita más cuerda, esta es una deuda histórica de la formación. Con más músicos de cuerda podemos construir otra sonoridad y podemos abordar mucho más repertorio, esto es así de simple y necesario. Hay plazas que llevaban años sin convocarse y de la mano de Roberto, nuestro gerente, estamos empezando a desbloquear esa realidad, no sólo en la orquesta propiamente dicha sino también en el equipo administrativo.

La Orquesta entiendo que desempeña su actividad más allá de la capital de Córdoba propiamente dicha.

Así es, la Orquesta de Córdoba trabaja muchísimo. A nivel provincial, por ejemplo, hay un convenio importantísimo que se amplía cada año con la Diputación para hacer conciertos en diversas localidades, algunas con salas estupendas como el auditorio de Lucena o el Teatro El Silo en Pozoblanco.

Estamos también en el ciclo Andalucía Sinfónica, un proyecto de red importantísimo, por el que las cuatro orquestas públicas andaluzas de Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga giramos con conciertos a las provincias donde no existen precisamente orquestas públicas. Esto es posible gracias a la Junta y a los Ayuntamientos de estas localidades con el apoyo fundamental de Unicaja.

Además, en la propia ciudad de Córdoba, y más allá de la temporada de abono como tal, nuestra orquesta desarrolla muchas otras actividades, como conciertos familiares y otros proyectos como la ópera, este año La traviata, o el festival de guitarra, entre otras cosas. También la orquesta lleva música a los hospitales, con grupos de cámara, en pequeño formato, desarrollando su labor social.

Y también hemos abierto un acuerdo con la Escuela Superior de Música Reina Sofía, para que los  alumnos y alumnas de la Cátedra de Dirección vengan a hacer prácticas con los profesores y profesoras de la Orquesta de Córdoba, a lo que se suma el apoyo a los jóvenes solistas con nuestra adscripción al Certamen Intercentros Melómano de la Fundación Orfeo y nuestra participación en el nuevo Concurso de Composición, impulsado por el Cabildo Catedral de Córdoba.

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Con respecto al público y la situación de los abonados, imagino que las cifras ya se han repuesto de la crisis que trajo consigo la pandemia.

Sí, los abonos se han ido incrementando y este último año de manera particular. Normalmente nuestros conciertos de abono tienden a estar llenos, sobre todo los programas que solo hacemos un día. Y los conciertos extraordinarios, hasta ahora, se han vendido al completo. En ese aspecto estamos muy contentos, aunque seguimos trabajando en varios sentidos.

En primer lugar para cuidar al público fiel que nos lleva sosteniendo durante tantos años; a veces se nos olvida que hay un público recurrente al que debemos cuidar y agradecer su fidelidad. Y naturalmente siempre enfocamos algunas cuestiones de repertorio y comunicación para llamar la atención de los nuevos públicos, colaborando también con entidades como los conservatorios, desde donde intentamos atraer a un público más joven. Como dato importante, de los nuevos abonos más del 40% han sido adquiridos por público menor de 35 años o familias.

Se acaba de presentar su segunda temporada como responsable musical y artístico de la Orquesta de Córdoba, bajo el título de 'Sinergias'. ¿Qué nos puede comentar al respecto?

Estoy muy feliz del resultado que ha surgido a través de un buen trabajo en equipo. Estas 'Sinergias' nos llevarán a escuchar con la orquesta obras del gran repertorio, clásicos y lenguajes no tan clásicos. Además tendremos de principal artista invitada a Ellinor D’Melon y una nómina de artistas estupendos como Iván Martín, Pablo García-López, Judith Jáuregui, Berna Perles… Pero si para mi hay un proyecto estrella esta temporada, ese es la recuperación completa de la comedia lírica de Joaquín Turina, Margot. Una partitura que rescató el maestro Juan de Udaeta hacia el año 2000 y que merece ser puesta en los escenarios de nuevo para poner en valor la gran aportación que hizo el maestro Turina al género en aquel momento, aunque no se valorara tanto en su día, como ha ocurrido con tantísimas grandes obras en sus estrenos. Además de llevarla al escenario, realizaremos la primera grabación de la obra completa gracias al apoyo de Fundación Cajasur.

Respecto a Córdoba, se trata de una ciudad con una extraordinaria proyección cultural y patrimonial. Pero no sé hasta qué punto la actividad musical de la ciudad está a la altura de ese prestigio y de la repercusión histórica de la ciudad. ¿Hasta qué punto la Orquesta de Córdoba debería jugar quizá un papel más definitorio en ese sentido?

Pues es una excelente pregunta, porque lo cierto es que Córdoba es un foco de atracción cultural y patrimonial de primer orden. El turismo está creciendo muchísimo, exponencialmente, y la orquesta tiene que ser capaz de formar parte de la oferta cultural de la ciudad, de manera natural y continuada. Me consta que hay público extranjero, turistas de paso, que acuden a nuestros conciertos, de hecho, hemos puesto una locución en inglés al principio de los conciertos. Pero seguramente podríamos hacer mucho más en este sentido y con el tiempo tenemos que pensar en cómo hacerlo.

La ausencia de un auditorio, que es una reclamación histórica en la ciudad, determina seguramente algunas limitaciones en esa ambición. Pero con la infraestructura que tenemos, debemos ser capaces de situar la orquesta en el centro de esa oferta cultural de la ciudad de Córdoba.

Más allá de Córdoba, tengo curiosidad por conocer el origen de su vocación con la dirección de orquesta. Creo que ha tenido además una importante experiencia como pianista repetidor y ha asistido asimismo a unos cuantos maestros en diversas producciones líricas.

Desde pequeño siempre me fascinó la cuestión de la dirección, de una manera natural, recuerdo que tendía a dirigir la música cuando mi abuelo ponía algún disco en casa. Es verdad que tardé un tanto en encauzar mi actividad profesional en ese sentido. Todo se fue precipitando conforme tuve la experiencia de trabajar con cantantes, acompañándolos al piano. Me gustaba mucho la experiencia de trabajar con otros músicos, en equipo. Y fui teniendo oportunidades en este sentido, poco a poco, conforme me formaba en dirección.

Llegó así la titularidad del Coro de Ópera de Málaga y a partir de ahí entré de lleno en el mundo de la lírica y poco a poco di el salto a asistir a maestros en producciones de ópera, como hice con Jordi Bernàcer, Gianluca Marcianò, Antonello Allemandi… Son muchos los maestros con los que trabajé en su día, también en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, donde debutaré ahora como director, con Carmen. La lírica me ha ido trayendo pues por el camino de la dirección de orquesta. Yo me siento muy feliz en el foso de un teatro de ópera, trabajando con cantantes en un arte tan completo y tan complejo.

Y su primera experiencia como director musical, ¿fue vinculada a alguna orquesta en particular?

Sí, es obligado mencionar en este sentido a la Orquesta Filarmónica de Málaga, una formación que siento como mi casa y con la que me he formado.

Yo empecé a estudiar dirección en el Conservatorio Superior de Málaga pero después continué formándome con muchos maestros, como Miguel Romea, Jorma Panula… Pero al final donde un director se forja, precisamente, es dirigiendo, acumulando horas de vuelo. Y yo esa oportunidad la tuve gracias a la Orquesta Filarmónica de Málaga, en muchas ocasiones.

La que yo cuento, no obstante, como mi primera experiencia profesional como director fue un Requiem de Verdi, en ocasión de un aniversario del Coro de Ópera de Málaga. Y fue para mí un antes y un después, algo de lo que guardo un recuerdo trascendental. La lírica, como le decía antes, ha ido marcando mi camino. También fue con Verdi con quien hice mi debut en un foso de ópera, con Rigoletto.

Con la Orquesta Filarmónica de Málaga, en todo caso, he hecho de todo: hemos grabado discos, hemos hecho giras, conciertos fuera de la ciudad, ópera, sinfónico… recuerdo una Primera de Mahler que fue muy especial. Realmente estoy muy agradecido a todos esos años y todas esas oportunidades.

Imagino que su titularidad en Córdoba le limita la disponibilidad para asumir compromisos fuera de la orquesta, pero doy por hecho que tendrá otros compromisos importantes por venir.

Sí, así es. Ahora mismo casi todos mis esfuerzos se concentran en Córdoba pero también tengo otros compromisos en mi agenda. Estaré en la temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, regresaré al Premio Jaén de Piano para su final, esta temporada debuté con la Sinfónica de Galicia y tengo muchas ganas de cerrar la temporada del Teatro de la Maestranza con Carmen, como antes mencionábamos.

¿Será su primera vez con Carmen?

Sí, aunque en realidad yo ya estuve trabajando en el Maestranza con la anterior Carmen, en época de post-pandemia, asistiendo a la directora de esas funciones, Anu Tali. Es una ópera con la que estoy relativamente bien familiarizado y eso creo que me predispone para poder disfrutar mucho de estas funciones en Sevilla, el próximo mes de junio.

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Fotos: © Marina M Luna