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José Luis López-Antón: "Con la zarzuela me siento como con un traje hecho a medida"
El director segoviano José Luis López-Antón ha estado estos días al frente de la ORCAM en Madrid, donde ha ultimado los ensayos para el estreno de El Orgullo de quererte, con música de Javier Carmena. López-Antón dirigirá de hecho dos de las representaciones en los Teatros del Canal, los días 19 y 20 de septiembre, tomando el testigo de Alondra de la Parra. En ocasión de esas funciones, conversamos con el maestro español para conocer más de cerca su trayectorai y sus próximos proyectos.
Estos días se encuentra en Madrid, donde ha estado enfrascado preparando los ensayos de El Orgullo de quererte, de Javier Carmena, título del que dirigirá de hecho dos funciones, los días 19 y 20 de septiembre. ¿Qué nos puede contar sobre esta partitura? No en vano usted mismo estrenó la obra en su versión de concierto, allá por 2022.
Sí, aquello fue en julio de 2022. Tuve el honor de poder dirigir ese estreno, en una versión de concierto, montada entonces con apenas una semana de trabajo. Es muy gratificante poder dar vida de nuevo a la obra en su versión completa, escénica; es una partitura de una belleza extraordinaria. Javier Carmena ha demostrado tener un enorme talento para escribir música para nuestro género lírico, con una inspiración melódica envidiable.
El propio Boadella decía estos días que algunos momentos le recordaban al maestro Alonso, otros a Sorozábal… Y lo suscribo totalmente, ya que Javier Carmena bebe de estas influencias pero escribe con voz propia. El resultado es una partitura de género grande, con dieciocho números musicales y con aproximadamente hora y media de música.
Durante estas semanas hemos hecho un trabajo intenso y extenso con los ensayos, primero a piano junto al Coro de la Comunidad y un elenco fantástico y después ya con la Orquesta de Comunidad de Madrid. Revisitar una obra es algo fantástico porque te da ocasión de descubrir nuevos matices, y aún más en este caso cuando a la música se suma la escena, creciendo en paralelo durante los ensayos. Es un trabajo precioso ver cómo se va dando forma a la partitura sobre el escenario. Me siento muy feliz y afortunado de trabajar en dicho proyecto y colaborar con la Maestra Alondra de la Parra en dicha producción.
La obra además tiene una temática de absoluta actualidad, planteando una visión en clave de diversidad, ciertamente bienvenida en nuestro género lírico. Seguramente esto pueda suscitar además la curiosidad de nuevos públicos; esta no deja de ser la primera cita de la temporada musical madrileña, antes de que empiecen todas las temporadas al uso de los teatros y orquestas en la capital.
Desde luego, la temática de la obra es expresión de los tiempos actuales. Y eso es sumamente importante, la zarzuela siempre ha sido una expresión musical de la actualidad, de su presente, acudiendo a las formas musicales más diversas, del bolero al pasacalles pasando por el fandango, el chotis o el fox-trot…
Recuerdo que en el 2022, cuando se hizo esa primera versión en concierto de la obra que citábamos, la vino a ver mucha gente que nunca antes se había acercado a una representación lírica. Unas amigas de mi hermana, sin ir más lejos, que se compraron sus entradas por la curiosidad que les despertaba una obra así, enmarcada en las fiestas del Orgullo, con dos hombres que se enamoran protagonizando la obra y rompiendo con el tópico de turno de la soprano y el tenor, como es tan común en la zarzuela.
Es muy positivo que nuestro género lírico se pueda acercar a las temáticas de nuestro presente y con ello a nuevos públicos e incluso diría también a un público más joven y variado del que tenemos acostumbrado ver en las representaciones de zarzuela al uso. No me cabe duda de que estas representaciones van a servir para que mucha gente se acerque por primera vez a la lírica y a la música clásica.
Para usted este proyecto supone volver a trabajar con la ORCAM, una entidad con la que ya ha colaborado en ocasiones anteriores.
Sí, la ORCAM es además una formación estrechamente ligada a la Zarzuela. Mi primera colaboración con ellos fue precisamente con El Orgullo de Quererte, en 2022, y durante la pasada temporada pude dirigir dos Galas de Zarzuela con ellos, una en Sanchinarro en el mes de marzo y el tradicional concierto del 1 de mayo, enmarcado en las fiestas de la Comunidad, que este año se realizó en Madrid Río.
Para mí es un lujo poder dirigir este repertorio con una formación tan estrechamente ligada a este género. Siempre lo digo, hacer Zarzuela con la ORCAM es como hacer un concierto de valses y polcas con la Filarmónica de Viena (risas). Hay ciertos códigos, propios del género, que están muy interiorizados en los atriles de la orquesta.
Además, me he sentido muy cómodo y arropado en dichas actuaciones por todos los músicos de la orquesta y coro, son unos grandes profesionales. Y por supuesto por todo su equipo, que hace una labor extraordinaria. Desde Maria Antonia Rodríguez en la gerencia, Alba Rodríguez en la dirección técnica; y todo el resto del equipo de la Fundación ORCAM. Durante todas estas semanas de trabajo en “El Orgullo de Quererte” he sentido esa sensación de pertenecer a esta gran familia de la ORCAM, donde hay un clima de trabajo fantástico.
© David Mudarra
Al hilo de esta cuestión, ¿cuál es su relación con la zarzuela? Creo que es un género al que tiene gran afecto y por el que siente gran curiosidad. No sé si ha tenido ocasión ya de dirigir algún título completo, en escena.
Es cierto que la Zarzuela es un género que he podido tratar más desde la versión concertística que desde la escénica. He dirigido muchas galas de zarzuela, con la Orquesta Santa Cecilia, con la OSCyL, con la Orquesta de Córdoba e incluso en mis incursiones en México y América Latina siempre he intentado llevar la zarzuela conmigo en los programas que he dirigido allí. Las ocasiones que he tenido de dirigir una zarzuela completa en el foso han sido mucho más reducidas. Esperemos que esta versión escenificada de “El Orgullo de quererte” sea un punto de inflexión y lleguen nuevas oportunidades, es un género con el que me siento cómodo y totalmente identificado con el que creo que puedo aportar un buen trabajo. Es algo que me suelen comentar los cantantes con los que he podido trabajar, en relación a mi afinidad al género. Esto es como el mundo de la moda, hay ropas que a uno le sientan mejor que otras y la zarzuela parece un traje hecho a mi medida con el que me siento a gusto.
¿Con qué orquestas diría que tiene ahora mismo una relación más o menos regular o estable? Me consta que con formaciones como la OSCyL o la Orquesta de RTVE viene trabajando con cierta frecuencia.
Sí, con la OSCyL, la orquesta de mi tierra, vengo colaborando desde la temporada 2015/2016, cuando todavía estaba Andrew Gourlay como director titular. Con ellos he dirigido conciertos sinfónicos, por ejemplo en el Festival de Música Española de León, al que vuelvo este año por cierto con la Oviedo Filarmonía, el 18 de septiembre; con la OSCyL he dirigido también en el Otoño Musical Soriano y he hecho las dos óperas de Igor Escudero, Los comuneros y Yo, Claudio. También con la OSCyL he hecho la gira de las Plazas Sinfónicas. Es una orquesta muy importante para mí, es la orquesta de mi tierra y es la primera orquesta que yo escuché en vivo siendo un niño, en un concierto que hicieron en El Espinar, en mi pueblo.
Con la Orquesta de RTVE, una orquesta histórica y emblemática, estuve el pasado septiembre en el Festival IKFEM, en mi cuarta colaboración ya con ellos y en el horizonte se vislumbra una nueva participación próximamente.
Con la Orquesta Clásica Santa Cecilia tengo también una relación regular con varios conciertos por temporada destacando el género sinfónico y el lírico, tanto ópera como zarzuela; actuando por diversos auditorios de la geografía española.
También he vuelto este año con la Orquesta de Córdoba, con quien realicé varios conciertos en el 2023. En México he colaborado con la Orquesta de Guanajuato y con la Filarmónica de Ciudad de México, he estado en tres ocasiones al frente de cada una de ellas. En Portugal con la Orquestra da Madeira en varias ocasiones también…
Mencionaba ahora México y creo que desde España no somos conscientes del tejido orquestal que hay allí. ¿Qué nos puede contar de su experiencia de primera mano en este país?
Sí, la verdad es que es un país al que he ido regresando de manera casi continuada desde mi primera vez allí en 2017, a excepción del parón forzado por el covid. En mi caso he colaborado habitualmente con la Filarmónica de Ciudad de México, considerada una de las mejores orquestas del país; es en cualquier caso una orquesta con mucha solera, el mismísimo Leonard Bernstein la dirigió en su día en ocasión de la visita de Carter a Ciudad de México.
También he colaborado con la Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes y también con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato. Esta es una singularidad de México, el hecho de que muchas orquestas están insertadas dentro de un organigrama universitario pero no son orquestas jóvenes, sino orquestas totalmente profesionales. Sucede lo mismo con la de Chihuahua, con la del Estado de Hidalgo, con la de Monterrey…
La diversidad sinfónica de México es rica y heterogénea, es un panorama muy atractivo; es un país muy grande, con una población enorme y ya solamente en Ciudad de México hay ya cuatro orquestas importantes: la Filarmónica de la UNAM, la Filarmónica de la Ciudad , la Sinfónica Nacional y la del Instituto Politécnico Nacional.
© Samuel Pereira
También le quería preguntar por una parte importante de su agenda durante la última temporada al menos, con varios conciertos de formato ‘crossover’, como los llevados a cabo con Sole Giménez y Juan Valderrama. Creo que este tipo de propuestas son muy importantes para quitarnos de encima prejuicios y complejos muy propios de la música clásica más al uso. Hace unas semanas el barítono Borja Quizá me decía precisamente que la música clásica y la música popular siempre han estado más vinculadas y más cerca de lo que podamos pensar hoy en día. Y creo que este tipo de conciertos son un buen ejemplo para demostrarlo. Y no obstante, de puertas adentro, es como si fuera un demérito que un director se preste a estos formatos, salvo que uno sea Dudamel y lo haga con Coldplay, por decirlo claramente.
Pues le agradezco la pregunta y el punto de vista. Yo siempre he sido partidario, sobre todo como director joven, creo que es fundamental quitar la caspa y el olor a naftalina del mundo de la música clásica. También imparto un ciclo de conferencias como divulgador musical en la red de bibliotecas de la Junta de Castilla y León tituladas “Contando la Música”, lo hice también en radio….y precisamente el objetivo es quitar el miedo en el acercamiento de la gente a la música clásica. Siempre digo que la música clásica le gusta a todo el mundo y quien dice que no le gusta es que no lo sabe o que ha tenido un mal acercamiento.
Estas propuestas de un formato ‘crossover’, como la que citaba con los ‘Boleros sinfónicos’ de Sole Giménez y Juan Valderrama, como los de cualquier otro género con cualquier otro artista, contribuyen a que haya un trasvase de público entre unos escenarios y otros. Y a los músicos de clásica nos obliga a salir de nuestra zona de confort. Como usted bien decía, Dudamel es un buen ejemplo de lo mucho que se puede hacer en este sentido, le vimos en Coachella con la Filarmónica de Los Ángeles y fue todo un hito.
Los más puristas se podrán llevar las manos a la cabeza, pero esto se ha hecho siempre y es sumamente necesario. La misma zarzuela, lo decíamos antes, es representativa de un género que recoge todas las influencias habidas y por haber de la música popular, y esa es precisamente su riqueza. La música clásica tiene sentido si es patrimonio universal; no puede ser algo elitista o minoritario y para lograr eso, este tipo de conciertos y fórmulas son una herramienta fundamental. Yo me estudio con la misma ilusión la Novena de Beethoven que el programa de estos ‘Boleros sinfónicos’ que hicimos con Sole Giménez y Juan Valderrama. Mostrando que todos los géneros musicales pueden cohabitar y son necesarios e importantes
Es además un trabajo de ida y vuelta, algo bidireccional; todos esos giros melódicos y armónicos, esos cambios, es algo que tú incorporas a tu experiencia el día de mañana, ya sea para un Ginastera o para un Villa-Lobos, o incluso para un Mozart. Hay que dejar atrás las mentalidades herméticas y tan compartimentadas.
La pasada temporada tuvo importantes compromisos, buena parte de ellos debuts con formaciones dentro y fuera de nuestro país.
Sí, fue una temporada intensa e importante para mí. Empezando por el final, a finales de julio hice tres conciertos con la Orquesta Sinfónica Siciliana, en mi debut con dicha agrupación y en Italia; es una orquesta con muchísima trayectoria, con su sede en el histórico Teatro Politeama, en la Plaza Garibaldi. Fue un programa muy bonito además, con el solista de castañuelas Tomás Martín.
En el mes de julio debuté también con la Sinfónica de Tenerife, con un programa que incluía la ‘Italiana’ de Mendelssohn, la obertura ‘Los esclavos felices’ de Arriaga y el Concierto de trompeta de Nepomuk, con Adán Delgado como solista.
También estuve en el mes de marzo con la Orquesta 430 de Vigo, haciendo la Segunda sinfonía de Brahms como plato fuerte de programa
En términos de repertorio, ¿por dónde va o por dónde querría que fuera su agenda en los años venideros?
En este momento de mi trayectoria, todavía considerado hasta cierto punto como un director joven, no tengo tampoco aún la posibilidad de escoger con total libertad el repertorio que quiero dirigir. Siempre he sido bastante ecléctico en este sentido y mi curiosidad es amplia. He hecho de todo: desde estrenos absolutos hasta repertorio barroco, clásico y romántico.
En fechas recientes me siento muy identificado con Brahms, por ejemplo; es un autor, junto con Schumann, con el que me gustaría insistir en las próximas temporadas. También he dirigido bastante la Octava de Dvorák y me gustaría ahondar en sus sinfonías pues es un compositor que siento muy cercano a mí (similar a lo que me ocurre con la Zarzuela) ; y lo mismo con Rajmáninov, de quien he dirigido recientemente su 2ª Sinfonía y próximamente haré lo propio con sus Danzas Sinfónicas.
Por otro lado, siempre me ha gustado buscar obras y autores menos frecuentados pero que considero auténticas delicias. Por ejemplo la Cuarta sinfonía de Glazunov, que dirigí en México en 2023 junto a la OFCEM, me parece una obra de enorme calidad. También la música de compositores portugueses, como Braga Santos y Lopes-Graça, dos autores del país vecino a los que no hacemos apenas caso en España.
Por último, ¿qué compromisos de su agenda por venir le gustaría destacar?
Sí, como le decía volveré a estar en el Festival de Música Española de León, esta vez con la Oviedo Filarmonía este próximo 18 de Septiembre. Y destacan también dos galas de ópera en el Auditorio Nacional en diciembre junto a la Orquesta Clásica Santa Cecilia, entre otros proyectos.
En el plano internacional tengo también próximamente mi regreso a Argentina, en noviembre junto a la OSUNCUyO, en Mendoza; y ya de cara a 2026 mi regreso a México junto a la OSEM, y los debuts en Colombia con la Filarmónica de Bogotá y en Lituania con una Gala de Zarzuela.