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Laura del Río: "Mozart te enseña como nadie a cantar"

La soprano Laura del Río debuta hoy con el rol de la Condesa de Almaviva, en la producción de Le nozze di Figaro firmada por Miquel Gorriz en el circuito de la Fundación Òpera a Catalunya. Conversamos con ella para conocer mejor su acercamiento al rol y sus compromisos más recientes.

Debuta con el rol de la Condesa de Almaviva, un auténtico caramelo para cualquier soprano lírica. Imagino no obstante que no es su primer contacto con la obra de Mozart, ¿me equivoco? 

Debuté Susanna en un proyecto que hicimos en el máster de ópera, en el conservatorio, que fue uno de los premios que me dieron en el Viñas. Aquella Susanna la monté con Paco Azorín. Pero fue en el contexto de la pandemia y desde entonces no he vuelto a cantarlo. Ahora me reencuentro con Las bodas de Fígaro, pero ya con el rol de la Condesa de Almaviva, que es verdaderamente un regalo de papel, es maravilloso. Estoy disfrutando mucho del trabajo con el rol durante los ensayos, es una música increíble.

La propuesta escénica de Miquel Gorriz nos está ayudando mucho a entender la obra, una partitura que se estrenó apenas tres años antes de la Revolución Francesa. Hay todo un conflicto de clases latente, toda una cuestión moral que se pone en cuestión, ahí está por ejemplo ese momento bellísimo del ‘Contessa, perdono’. Y al mismo tiempo es una partitura que tiene un punto de enredo cómico que hace que la obra resulte muy divertida.

Imagino que es un rol que resume bien su vocalidad a día de hoy.

Sí, de algún modo sí. Ahora ya estoy en el repertorio de soprano lírica plena. Y Mozart te enseña como nadie a cantar, con Mozart se ve todo, todo queda al desnudo para bien o para mal. Yo me siento muy cómoda con el personaje, vocalmente creo que encaja muy bien con mi vocalidad actual. Es verdad que yo tengo un rango muy amplio, con bastante extensión en el agudo, pero ahora mismo me siento muy cómoda en roles de este perfil.

Su trayectoria hasta la fecha empezaría supongo con roles más ligeros, pero los últimos compromisos que ha asumido están en esa línea que apuntaba, de lírica plena. Pienso en óperas como Tosca o Madama Butterfly.

Sí, como tengo una voz con una tesitura bastante amplia, al principio sí que es verdad que hice un repertorio mucho más ligero, incluso canté Reina de la Noche en La flauta mágica. También hice Musetta, Giulietta, Manon… Papeles un tanto más fronterizos, entre lo lírico y lo ligero. Pero como tengo un timbre de color algo más oscuro, lo cierto es que el repertorio más lírico se ha ido imponiendo poco a poco con naturalidad en mi agenda.

Viendo su recorrido, creo que ha pasado por varios concursos importantes, incluido el Viñas que usted misma mencionaba. ¿En su caso los concursos han sido un buen trampolín a la vida profesional?

En mi caso, cuando yo concursé en esos premios, apenas se contemplaba el reconocer a los cantantes con compromisos directos en tal o cual producción, eso es algo más frecuente hoy en día. Pero sí que es verdad que tras el concurso que hice en Tenerife me dieron el papel de La tabernera del puerto, en unas funciones que por desgracia se cancelaron a causa de la pandemia. Pero luego me dieron otras oportunidades igualmente en Tenerife con Rowan en The Little Sweep de Britten. También fui la cover de Madama Butterfly allí el año pasado.

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En su curriculm destaca su formación como arquitecta técnica y sin embargo a día de hoy la carrera profesional como cantante se ha impuesto como dedicación principal de su agenda. ¿En qué momento el canto se impuso a la arquitectura, por decirlo de algún modo?

Hice las dos carreras a la vez. Empecé con el piano, que hice a la vez que arquitectura técnica. En mi entorno más cercano no tenía ningún referente vinculado al mundo de la música o las artes escénicas. No hace tanto se tenía la impresión de que era complicado vivir de la música, de manera sostenida y profesional. Y por eso hice también la carrera de arquitectura técnica, para tener otra salida con la que contar el día de mañana.

Pero hubo un punto de inflexión con la crisis del ladrillo en 2008. Ahí me planteé seriamente si quería seguir o no con una vida profesional vinculada a la arquitectura y a la construcción. Y en ese momento me lancé a la carrera del canto, con la que sigo construyendo.

La evolución de su repertorio, que ya mencionábamos hace un momento, incluye el paso por roles bastante diversos, desde Violetta en La traviata a Lauretta en Gianni Schicchi pasando por Donna Elvira en Don Giovanni.

En el caso de las sopranos, siendo además tantas las que estamos ahí haciendo carrera al mismo tiempo, uno no siempre decide lo que quiere cantar. En mi caso poco a poco han ido llegando papeles de soprano lírica, como antes le decía.

En efecto hice Donna Elvira recientemente en Palermo, tras haberla hecho antes en Oviedo, en el Teatro Campoamor. También estuve en Italia haciendo Lola en Cavalleria rusticana, en un programa doble con Dodici anni dopo, que es la secuela de Cavalleria precisamente.

Después me ofrecieron ya roles mayores como Cio-Cio-San, que interpreté en en Teatro de Bangkok dirigida por el gran maestro de escena Carlo Antonio De Lucia, y Tosca, en los que he trabajado mucho, pendiente sobre todo de la resistencia vocal, ya que son papeles largos y con una orquestación potente.

Participó hace unos meses en el proyecto Opera Garage de Emiliano Suárez, protagonizando Tosca en Bilbao. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Fue su primer contacto con esta fórmula lírica en espacios alternativos?

Sí, aquel fue mi debut con Tosca. Fue un proyecto muy interesante aunque tuve que montar la ópera en apenas tres días. La propuesta de Opera Garage me gusta mucho porque te saca por completo de la zona de confort. Además, al ser con piano requiere otro tipo de concentración, sin la referencia visual del director, que tanto ayuda en Puccini. Fue un proyecto muy intenso y muy bonito; Emiliano nos ayudó muchísimo y lo mismo puedo decir de José Ramón Martín al piano. El resto de compañeros, Antonio Lliteres y Manuel Mas, me ayudaron también muchísimo, ya que habían cantado la ópera previamente.

¿Qué otros proyectos destacaría de su agenda por venir, tras esta Condesa en Sabadell? 

Después de estas funciones tengo varios conciertos por Barcelona y Valencia. Más tarde haré Tosca en diciembre en el Teatre Principal de Terrasa, con dirección de Miquel Ortega, con quien tengo muchas ganas de trabajar. Con él, con sus composiciones, tengo un proyecto de canción española que haremos la temporada que viene. Y tengo también conciertos con la Sinfónica del Vallés y Xavier Puig, en un programa de valses y danzas que haremos en varias localidades, entre diciembre y enero, estrenando en el Palau de la Música Catalana.