JuanCarlosIsusi libro

Memoria musical bilbaína

Juan Carlos Isusi. Escritos musicales. Bilbao (1924-1936). Recopilación de textos realizada por Juan Carlos Ramírez-Escudero Isusi. Editado por Juan Carlos Ramírez-Escudero Isusi y El Eco de Valdegovía. 2022

Hace unas semanas recibí en mi domicilio un paquete que contenía un libro, el que nos ocupa en esta reseña, y al ver su portada no pude sino quedarme algo perplejo. ¿Quién era Juan Carlos Isusi, personaje que da título al libro y que se nos aparece en portada? ¿Podría ser algún compositor vasco para mí desconocido y, una vez más, estaba quedando en evidencia mi ignorancia sobre la historia de la música de mi tierra? Reconozco que me cupo cierta dosis de tranquilidad al saber que el músico que provocaba la publicación del libro era “solamente” violista y crítico musical, sin que tuviera labor de composición alguna conocida. Ya podía estar más tranquilo. 

Al repasar los datos del ejemplar que se encontraba en mis manos apercibía que el editor es una persona ciertamente conocida en el mundo musical alavés; y es que Juan Carlos Ramírez-Escudero Isusi es el personaje que decidió crear la Schubertiada en Valdegovía, la misma que acaba de realizar su quinta edición y que supone un remanso de calidad en esta provincia tan huérfana de música clásica. Estamos, por lo tanto, ante un regalo que un nieto hace a su abuelo y, por ende, a la sociedad bilbaína y vasca en general al recopilar cien textos firmados por el protagonista del libro. Y es que este libro, como el mismo responsable de la recopilación reconoce en un prólogo tan breve como interesante, no hay nada original excepto el poder conocer los textos de un crítico musical bilbaíno, violista de la primera Orquesta Sinfónica de Bilbao, dueño de filias y fobias como todo hijo de vecino y, queriendo o sin querer, retratista de una época tan convulsa como fue el Bilbao de 1924 hasta 1936, es decir, del Bilbao de finales de la monarquía de Alfonso XIII hasta el comienzo de la Guerra Civil provocada por el golpe de estado fascista. 

Reconozco que comencé a leer el libro sin grandes expectativas pero en pocas páginas el particular estilo de Isusi –pues tal era la firma más habitual del cronista, más allá de utilizar también otras como Martín de Iturralde- me fue atrapando, además de ser más que interesante pos apuntes que aquí y allá aparecen tanto en torno a la situación de la música como a la situación política en la capital vizcaína. Y es que Isusi, que como todos es esclavo de su tiempo, tenía profundas convicciones musicales que nunca esconde en sus reseñas además de tener convicciones políticas nacionalistas, lo que bien tuvo que pagar desde 1937 una vez que las tropas de Franco entraron a degüello en Bilbao.

A la hora de resumir el libro me centraré fundamentalmente en la parte musical. Juan Carlos Isusi fue viola de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, aquel grupo que nació en 1922 y que este año, por lo tanto, está celebrado su centésimo aniversario. Isusi nos da pelos y señales de los ensayos previos al primer concierto, de los primeros problemas de la agrupación provisional surgida con tan pomposo nombre, de la incertidumbre de su futuro y las dificultades económicas surgidas por las distintas obligaciones de los músicos de la OSB pues la mayoría pertenecían y vivían de otras agrupaciones, sobre todo de la Banda Municipal.

Los escritos recogidos son cien, apenas una pequeña proporción de los varios miles que escribió el músico y en ellos Isusi muestra con escaso pudor, ya quedó dicho y es de agradecer, sus filias y fobias. Vayamos a destacar algunas de ellas.

Entre las filias, la alta consideración hasta la pura veneración de que siente el autor hacia figuras como Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, a los que considera pilares fundamentales de la música llamada clásica. Cerca de ellos incluirá a Johannes Brahms. Otra filia es el cuarteto de cuerda, estructura que considera la más cercana a la perfección y ejemplo máximo de equilibrio sonoro. Así mismo podemos citar su alta consideración por la orquesta como instrumento y la necesidad de que incluso los grandes solistas –el arpista Nicanor Zabaleta, el pianista Anton Rubinstein o la contralto Marian Anderson- actúen con ella, huyendo de los recitales a instrumento solo. Aparecen también valoraciones laudatorias sobre nombres tan relevantes como Maurice Ravel dirigiendo sus obras, Pablo Sorozabal en tareas similares, el Padre Donostia como divulgador e intérprete o Luís de Freitas Branco, todos ellos de visita a Bilbao. Otra filia del escritor es la ópera, en la que sobre todo emerge la figura de Giuseppe Verdi, al que dedica varios artículos repasando su obra más importante.  

Otra de las filias de Isusi es reivindicar la música clásica vasca y a través de sus artículos poder leer de primera mano los comentarios sobre obras estrenadas en su época o recientemente de Jesús Aranbarri, Jesús Guridi, José María de Usandizaga, el ya citado Padre Donostia además de algunos hoy olvidados como José María de Etxebarrieta y otros.  

Las fobias del violista son también muy claras; por un lado, la música considerada por él moderna –sobre todo el jazz y otras similares- provocan urticaria en el bilbaíno. Por otro lado, compositores como Gustav Mahler o Anton Bruckner son vilipendiados por su planteamiento estético y finalmente el llamado género chico sufre de críticas bastante duras acerca de su dudosa calidad y nada estimado casticismo.

Quizás la fobia más curiosa sea la que profesa Isusi a los bises y los aplausos desmedidos. No puedo reprimirme el apuntar en esta reseña que firmo de arriba abajo su artículo titulado El aplauso y las propinas en los conciertos, donde afirma cosas como la siguiente: Cuando a un artista se le aplaude se hace con una forma ruidosa cuando merecía una acogida sin aparato alguno. La propina de obras no es cosa excepcional sino corriente y copiosa, algo así como el canto rodado del lugar común que cualquier artista nos endilga y que el público –no sabemos por qué- le pide sin merecerlo. Siempre hemos rechazado el exceso que supone la propina al programa. 

Uno lee esto y se da cuenta que las actuales polémicas sobre los bises del Va pensiero en el último Nabucco del Teatro Real o las rabiosas críticas a la música contemporánea son temas ya manidos. Qué decir de ese artículo, titulado Planes para instaurar ópera en Bilbao y donde Isusi propone que en la futura temporada de ópera de la ciudad se alternen lo moderno con lo tradicional y que se tuvieran en cuenta cinco pilares fundamentales para su construcción: los géneros italiano, francés, alemán, ruso y vasco. Desde luego, vistas las propuestas que nos caen últimamente Isusi hoy se desesperaría.

Nos dejamos muchas cosas en el tintero como su estilo de escritura de un barroquismo que hoy provoca cierta sonrisa, lo curioso que suponga ejercer se crítico cuando uno mismo ha interpretado a la viola el programa de concierto y otras cosas que hoy nos parecerían llamativas. Por ello lo más recomendable es que se lea esta recopilación y se pueda, así, profundizar en la vida musical de una ciudad que ve cómo nace una orquesta sinfónica, cómo grandes figuras de la música llegan a un Bilbao económicamente pujante a ofrecer su música, cómo se desarrolla la incipiente música vasca y cómo uno de sus protagonistas activos, desde su puesto de violista en la orquesta, nos deja su río de opiniones al mismo tiempo que cae la monarquía, se establece la Segunda República para más tarde los golpistas echar al traste todos los proyectos ilusionantes. Un libro que hay que agradecer a la misma persona que nos trajo el lied y la música de cámara a Valdegovía. Muchas gracias.